En algunas ocasiones, podría pensar que esto es una maldita broma pero no. Salvador Blackson apuntando a la cabeza de su hijo, si de Nick. El intercambio era con él, y aunque yo no había bajado de la camioneta el sabia que la cabeza estaba entre ellos. El negocio era el siguiente: 200k x 2,000.000.00 de libras. Pero todo cambiaba cuando habia una persona en riesgo; uno de los dos tenia que perder, y yo no voy ha ser esa. Me coloque la mascara y salí. Me miró curioso; mientras que su hijo no podía creerlo, abrió loa ojos como platos.
- Querida Camilla, no cambias - sonríe de lado, haciendome estremecer - tu corazón es tan bueno que no matarías a una hormiga - sentía tanto odio, que solo pensé en explotarle la cabeza a balazos - un cambio de planes; tienes que presenciar esta pequeña discusión familiar.
- Mérida - la voz de Nicolás era un grito de pena, observe sus ojos; estaban vidriosos. No era ese chico tranquilo, semblante de mujeriego que conocía - vete - movió los labios y los leí. En el mismo instante de que Blackson golpeaba su mandíbula haciéndolo caer y escupir sangre. Apreté las manos en mis costados, haciendo que nudillos se tornaran blancos. Inmediatamente Nick pateo la mano con la que su padre le apuntaba, logro levantarse y golpear su nariz; un grito salio de su boca mientras sacudía la mano. Nadie hacia nada, todos se quedaban observando el espectáculo familiar; hasta que me harte y quería que esto terminara. Tome la escopeta que Luis tenia en sus manos y dispare al aire, haciendo que todos se estremescan y apuntaran a mi. Caminé apuntando directamente la cabeza de Nick.
- Blackson, no tengo mucho tiempo y me vale los problemas que tengas con tu primogénito pero si no quieres que lo mate y te mate a ti de paso, terminemos con esta porquería, cabrón!! - sonrió con superioridad.
- Bien - tendió su mano y le colocaron un maletín, lo abrió y me lo mostró. Miré a Luis, saco una caja de su camioneta y la tiro a mis pies, la abrió y mostró su contenido. La escopeta no bajaba de la cabeza de su hijo, y aunque no lo mirara a los ojos sabia que buscaba una pizca de diversión en los mios. Luis me tendió la pistola que era de mi padre y le entrege su arma, tomando otra pistola de mis caderas y apuntando a ambas cabezas - Pon el dinero enzima de la caja, Blackson - sonrió ladeado, aunque todos sus subornidados estaban apuntando a mi; tenia los mejores francoticadores de toda Rusia, el no me daba miedo. Luis tomó el dinero y yo patee la caja, a los pies de Salvador - Tu! - dije mientras mira a Nick - sube - señale con mi cabeza mi camioneta; me miro confundido como si estuviera bromeando - ¡estas sordo o que! - dispare a sus pies, y efectivamente; salio corriendo y se montó en la parte trasera.
- No imaginé que serias tan ruda, querida - dio un paso para acercarce y ambas pistolas apuntaron a su cabeza.
- Ahora mismo, pienso muchas maneras de como descuartizarte - dijo y esta vez soy yo quien me acerco presionando el frío metal bajo su mandíbula - y aunque todos pensaran que soy una asesina serial, prefiero que te quede muy claro que voy tras tu cabeza; voy a jugar al gato y al ratón con tus pelotas - sentí como trago por el movimiento de la pistola. Me aparte, Luis cubrió mi espalda mientras volvía con el dinero a mi camioneta; le lanze una pistola a Nick, si lo sabe usarla que aprenda. Me acerque a su oído - solo apuntale a las piernas - sonrió de lado y asintió, monte la camioneta y cuando escuche el disparo, arranqué.
Cualquiera diría que es adrenalina pura pero no, en esta vida no hay adrenalina; aquí solo estas para vivir o morir en cualquier lugar, hora, minuto, segundo y sin ninguna razón aparente. Voy sumergida en mis pensamientos cuando unos golpes en el cristal del copiloto me hace frenar de golpe y apuntar con la pistola. Olvide a Nick. Le abro la puerta y ya acomodado continuo manejando.
- Piensas matarme de un infarto, niñato - le digo mientras lo observo de reojo atravez de la mascara.
- Yo? ¡yo! Tu fuiste la loca que aceleró haciendo que me golpeara la puta frente con el borde del vehículo! - levanta las manos - Y aparte me deja detrás para que me maten! - gritó; la furia era aparente en sus ojos. Suspira cansado - pero gracias, se que mi padre me habría matado de no ser así - una risita intensa salí de mis labios y la contengo - te burlas de mi chichon verdad? - busca su reflejo en su celular, mientras de mi sale una gran carcajada; respiro y vuelvo a mi semblante duro, lo observo de reojo y me mira con ternura - aunque allá sido una carcajada transformada apuesto que en tu voz es el sonido mas angelical de todo el mundo - gruñí al sentir la calentura asomarse en mi rostro.
- Busca en la guantera una venda, colocatela - me mira y suspira cansado.
- Esto sera siempre? - sonrío a mis adentros.
- Siempre, Nick - su ojos brillaron y sonrió como tonto. Busco la venda y obedeció mis ordenes, detuve la camioneta y me quite la máscara. Encendí el radio y comenzé a cantar soñando contigo de una banda americana de rock llamada Saurom. Sonrió, mientras escuchaba como yo cantaba por lo bajo. Llegamos a una llanura, a unos 45 minutos de la ciudad. Apage el motor y me gire a mirarle; respiraba pausado, como si estuviera intentado controlar su respiración.
- Mérida?
- Mm.. - murmuro.
- Puedo salir? Necesito aire - sonríe tímido.
- Estas nervioso o que? - este hombre tenia que ser quinpolar.
- Para nada, pero soy asmático y necesito aire puro, para no entrar en crisis - salí del auto y di la vuelta a la puerta del copiloto.
- Tiende tu mano - la tendió y le coloque las llaves, siguió el tacto hasta que llevo a la puerta. Al ayudarle a salir del coche, hizo el mejor de todos los gesto que pudo haber hecho.
- Eres tan caballerosa - dijo mientras ponía una de sus manos en su cintura y con la otra tapaba su boca con supuesta timidez. Reí a carcajadas, por unos 7 segundos; luego me compuse y volví a mi semblante. Esto no puede estarme pasando.
- Lo escuchaste? - apuesto mi cabeza a que dirá algo mas estúpido aun.
- No, el que?
- Un coro de demonios que se crugieron en el infierno cuando soltaste esa maquiavélica carcajada - el era romántico a su manera.
- Eres un estúpido.
- Gracias, cariño - lo empuje para que caminara - pero que salvaje eres!.
- Deja de gritarme idiota o te rompo la nariz.
- Eso me paro los vellos de la espalda; eres... - bajé el puerton de la cabina de la camioneta haciendo que sonara fuerte y el dio un salto hacia atrás - me vas a matar del corazón! - gritó - maldito demonio sexi, de pelo precioso y carcajada malévola - murmuró por lo bajo sin saber que le entendía a la perfección.
- Sube - dije señalando la camioneta, golpee mi frente al olvidar no podía ver.
- Claro, piensas tirarme por un barranco ahora que estoy ciego, verdad bruja maléfica - me gustaba la idea de que el pensaba en mi como una bruja, al fin y al cabo era peor que eso. Tengo su mano hacia mi - enseñame donde - tome su mano.
- Maldición! - susurré.
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Triste ArcoIris (EDITANDO)
Teen FictionMientras buscaba en la biblioteca de la casa de mi tia Luna, un libro forrado en piel con un pequeño listón rosa llamó mi atención. Al sacarlo de la estantería y abrirlo, una fotografía y unos pétalos de girasol ya negros, salieron de el. Era un lib...