- Ben, tranquilo; ella estará bien - mi hermano sufre lo que esa chica, no duerme, no come; en serio que la ama - vamos hoy a visitarla.
- Irás conmigo? ¿solo por no dejarme salir solo? - se altera, pero es la verdad; no podía permitir que le pasara algo al único hombre de mi familia y sobre todo que no sabe defenderse.
- Cuando aprendas con una de estas - doy un par de palmadas a mi cadera dejando ver una de mis armas - podrás salir solo.
- Bien, vamos a verla.
- Antes te duchas, y cambias; apestas - dije haciendo cara de desagrado, sonríe y se marcha. Analizo una de las doce entregas que hay que hacer esta noche, y aunque le busco una solución alternativa, la mejor es que la realice yo personalmente. Pienso los pasos a dar pero mi celular me saca de concentración y contesto - Buenas tardes.
- Hola - era Nicolás, su voz esta tan apagada pero con una pisca de esperanza; no era el Nicolás que conocía. En las ultimas tres semanas me llamaba a todas horas, y lo entendía; estaba solo prácticamente y mientras él atendía a su hermana en el hospital, Ruben se encargaba de la universidad de los dos y sus respectivas casas.
- ¿Como estas Nico? ¿y tu hermana?
- Bien, supongo; esta mucho mejor, ya reacciono del coma temporal.
-Me alegra saberlo.
- Llamaba porque necesito verte, se que apenas te vi hace cuatro semanas pero de verdad Mérida, te necesito - un jadeo se escucha del otro lado de la linea.
- Esta bien, nos vemos esta noche, a las 11:44 pm en el mismo parque.
- Te lo agradezco - y cuelga. En ese momento entra un Benjamín ya listo para salir. Solo unos quince minutos de camino. A la entrada del hospital, puedo ver el rostro iluminado de ese chico risueño que conocí, literalmente; hace un mes. No igual, pero es mejor que nada.
- Hola - dijo observandome directamente a los ojos con una sonrisa ladeada.
- ¿y Luna? ¿La dejaste sola?
- Tranquilo, solo vine hacer una llamada.
- ¿Como estas Nick?
- Un poco mas tranquilo - dice y mira mis ojos - es pacifico tener aquí, Megan - por la expresión de su rostro se que no lo dijo conscientemente, así que no le presto mucha atención a sus ultimas palabras
- Eso me alegra - sus ojeras eran mas oscuras de lo normal - ¿Puede Ben pasar a verla?
- Claro, te invito un café mientras él la visita.
- Hecho - mi hermano sale corriendo hasta llegar a la puerta de la habitación donde se encuentra Luna y luego de suspirar entra - ¿nos vamos?
- Vamos - al llegar a la cafetería, yo busco una mesa y Nick el café. Encontré una mesa, en el fondo; desde donde podía ver la cafetería completa sin problema alguno. Cuando se sienta frente a mi puedo observarlo mejor; tiene la sombra de su naciente barba en el rostro, sus hermosos ojos negros están apagados, su pelo esta mas largo.
- Puedo pedirte un favor?
- Claro, que necesitas, Nick? - le respondo.
- Tu hermano, puede quedarse con mi hermana hasta que vuelva en la madrugada? Sera rápido, necesito ver a alguien - tenia la cabeza abajo, y sonreía.
- Esta bien, nosotros nos quedaremos; ve y descansa - me mira con los ojos abiertos como platos.
- Tu?
- Si, no dejaría a mi hermano sólo después de lo que paso con luna.
- Esta bien - sonrió de lado - en la carretera - observó mis ojos, ampliando su sonrisa.
- ¿Qué? - respondí incrédula.
- Te conocí en la carretera del norte.
- Recordaste - dije curvando mis labios en una sonrisa.
- Si, también recordé que me sacaste el dedo mayor - una casi carcajada sale de mis labios.
- Con toda mi ternura - dije apartando algunos rizos de mi hombro izquierdo, como toda una diva; acto seguido de un revuelco en el estómago. Tenia que ser todo lo contrario a Mérida; atrevida, coqueta... Pero se me estaba haciendo jodidamente difícil, sacar una parte inexistente de mi.
- Eres hermosa, Megan - observa el reloj en su muñeca - puedo ir a descansar y darme una ducha en casa? Creo que - se olfateo a si mismo - apesto.
- Claro ve tranquilo - coloca una de sus manos encima de la mía y me estremezco, trago en seco y por la falta de aire sé que entraré en pánico en algún segundo.
- Gracias, cariño - me sonríe tierno, se levanta y sale de la cafetería. Salgo disparada al baño mas cercano a lavar mis manos y a respirar o por lo menos intentar hacerlo.
Salí en busca de mi hermano, y lo encontré lo mas alegre haciéndole de mimo a su novia; aprendió de mi padre que a las mujeres se les hace sonreír para enamorarlas y que nada es mas tierno y chistoso que un mimo. Deje que se sintieran a gusto. Son las 4 de la tarde y tengo trabajo que hacer. Llamé a Luis diciéndole que necesitaba dos hombres con Benjamín encubiertos y que esta noche tendríamos trabajo personalmente. Esperé a que llegaran mis empleados. Salí del hospital solo hasta que pueda resolver estos dos grandes problemas: la entrega y Nicolás. Son las 7:00pm y ya todo esta listo, incluyéndome.
Tomo las llaves de una de las camionetas. -Nana!!- grite bajando las escaleras.
- ¿Que pasa?
- Hoy tengo una entrega; recuerdas todo, ¿verdad? - sonríe triste y empieza a cantar las instrucciones mientras ha directo a la cocina.
- Si algo te pasa, no decirlo hasta tres días después, clausurar tu habitación y darle a Benjamín el mando del territorio a los veinte años - se gira y me miera a los ojos - volverás, se que volverás - sonríe.
- Te llamaré - cruzo el mesón de la cocina tomándola desprevenida y soplando en su oído - hasta luego - sonríe y tiembla, voltea a verme y sus ojos están cristalizados por las lágrimas que contienen - hey! Ni que me fuera a la guerra, nana.
- Es peor que eso; ya vete se hace tarde - me tiende una taza con café y leche caliente - para el camino - sonrió, siempre lo hace; cuando tengo trabajo fuera de la casa, prepara la misma taza (con forma de un jarrón para galletas, con pajilla y tapa rosca) de café con leche caliente, la misma cantidad y con la misma frase - no manehes como sicaria, por favor - dijo mientras yo tomaba un sorbo del café mediante la pajilla y gruñí, recibiendo una sonrisa de satisfacción de parte de ella; dice que es mi gesto peculiar para cuando algo me gusta.
Le doy la espalda y salgo directo al garage. Tomo el celular y marco el numero de Evelyn. Dos tonos y contesta.
- Hola caracola!! - grita con euforia.
- No puedes contestar con modales - le dijo entre dientes mientras caliento el motor de la camioneta - en fin, necesito que acompañe a Ben con Luna en el hospital, ¿puedes o te iras a cogerte a Ruben en cada espacio estrecho de su departamento?
- Pensaba que era hora de ir a estrenar tu cama - pongo los ojos en blanco - esta bien ya salgo para allá - cuelgo la llamada y Marcy entra tambaleándose recostada de Ana. Y riendo.
- Pero que coño - le grito - ¿que paso?
- Su madre le ha llamado - dice Ana.
- Marcy, mirame - la tomo por la barbilla.
- Que...rid...aaa - la lengua se le trababa.
- Llevala a su cuarto, Ana. La nana te ayudará - le digo y Marcy me mira y se abalanza contra mi abrazandome. Lloraba y me apretaba mas. Yo estaba fría, no sabia que hacer. Ana la tomo de los hombros y la despego, me miraba disculpándose y arrastraba a Marcy con ella. Me monté en la camioneta y salí del garage.
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Triste ArcoIris (EDITANDO)
Teen FictionMientras buscaba en la biblioteca de la casa de mi tia Luna, un libro forrado en piel con un pequeño listón rosa llamó mi atención. Al sacarlo de la estantería y abrirlo, una fotografía y unos pétalos de girasol ya negros, salieron de el. Era un lib...