XI

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- Ben, tranquilo; ella estará bien - mi hermano sufre lo que esa chica, no duerme, no come; en serio que la ama - vamos hoy a visitarla.

- Irás conmigo? ¿solo por no dejarme salir solo? - se altera, pero es la verdad; no podía permitir que le pasara algo al único hombre de mi familia y sobre todo que no sabe defenderse.

- Cuando aprendas con una de estas - doy un par de palmadas a mi cadera dejando ver una de mis armas - podrás salir solo.

- Bien, vamos a verla.

- Antes te duchas, y cambias; apestas - dije haciendo cara de desagrado, sonríe y se marcha. Analizo una de las doce entregas que hay que hacer esta noche, y aunque le busco una solución alternativa, la mejor es que la realice yo personalmente. Pienso los pasos a dar pero mi celular me saca de concentración y contesto - Buenas tardes.

- Hola - era Nicolás, su voz esta tan apagada pero con una pisca de esperanza; no era el Nicolás que conocía. En las ultimas tres semanas me llamaba a todas horas, y lo entendía; estaba solo prácticamente y mientras él atendía a su hermana en el hospital, Ruben se encargaba de la universidad de los dos y sus respectivas casas.

- ¿Como estas Nico? ¿y tu hermana?

- Bien, supongo; esta mucho mejor, ya reacciono del coma temporal.

-Me alegra saberlo.

- Llamaba porque necesito verte, se que apenas te vi hace cuatro semanas pero de verdad Mérida, te necesito - un jadeo se escucha del otro lado de la linea.

- Esta bien, nos vemos esta noche, a las 11:44 pm en el mismo parque.

- Te lo agradezco - y cuelga. En ese momento entra un Benjamín ya listo para salir. Solo unos quince minutos de camino. A la entrada del hospital, puedo ver el rostro iluminado de ese chico risueño que conocí, literalmente; hace un mes. No igual, pero es mejor que nada.

- Hola - dijo observandome directamente a los ojos con una sonrisa ladeada.

- ¿y Luna? ¿La dejaste sola?

- Tranquilo, solo vine hacer una llamada.

- ¿Como estas Nick?

- Un poco mas tranquilo - dice y mira mis ojos - es pacifico tener aquí, Megan - por la expresión de su rostro se que no lo dijo conscientemente, así que no le presto mucha atención a sus ultimas palabras

- Eso me alegra - sus ojeras eran mas oscuras de lo normal - ¿Puede Ben pasar a verla?

- Claro, te invito un café mientras él la visita.

- Hecho - mi hermano sale corriendo hasta llegar a la puerta de la habitación donde se encuentra Luna y luego de suspirar entra - ¿nos vamos?

- Vamos - al llegar a la cafetería, yo busco una mesa y Nick el café. Encontré una mesa, en el fondo; desde donde podía ver la cafetería completa sin problema alguno. Cuando se sienta frente a mi puedo observarlo mejor; tiene la sombra de su naciente barba en el rostro, sus hermosos ojos negros están apagados, su pelo esta mas largo.

- Puedo pedirte un favor?

- Claro, que necesitas, Nick? - le respondo.

- Tu hermano, puede quedarse con mi hermana hasta que vuelva en la madrugada? Sera rápido, necesito ver a alguien - tenia la cabeza abajo, y sonreía.

- Esta bien, nosotros nos quedaremos; ve y descansa - me mira con los ojos abiertos como platos.

- Tu?

- Si, no dejaría a mi hermano sólo después de lo que paso con luna.

- Esta bien - sonrió de lado - en la carretera - observó mis ojos, ampliando su sonrisa.

- ¿Qué? - respondí incrédula.

- Te conocí en la carretera del norte.

- Recordaste - dije curvando mis labios en una sonrisa.

- Si, también recordé que me sacaste el dedo mayor - una casi carcajada sale de mis labios.

- Con toda mi ternura - dije apartando algunos rizos de mi hombro izquierdo, como toda una diva; acto seguido de un revuelco en el estómago. Tenia que ser todo lo contrario a Mérida; atrevida, coqueta... Pero se me estaba haciendo jodidamente difícil, sacar una parte inexistente de mi.

- Eres hermosa, Megan - observa el reloj en su muñeca - puedo ir a descansar y darme una ducha en casa? Creo que - se olfateo a si mismo - apesto.

- Claro ve tranquilo - coloca una de sus manos encima de la mía y me estremezco, trago en seco y por la falta de aire sé que entraré en pánico en algún segundo.

- Gracias, cariño - me sonríe tierno, se levanta y sale de la cafetería. Salgo disparada al baño mas cercano a lavar mis manos y a respirar o por lo menos intentar hacerlo.

Salí en busca de mi hermano, y lo encontré lo mas alegre haciéndole de mimo a su novia; aprendió de mi padre que a las mujeres se les hace sonreír para enamorarlas y que nada es mas tierno y chistoso que un mimo. Deje que se sintieran a gusto. Son las 4 de la tarde y tengo trabajo que hacer. Llamé a Luis diciéndole que necesitaba dos hombres con Benjamín encubiertos y que esta noche tendríamos trabajo personalmente. Esperé a que llegaran mis empleados. Salí del hospital solo hasta que pueda resolver estos dos grandes problemas: la entrega y Nicolás. Son las 7:00pm y ya todo esta listo, incluyéndome.

Tomo las llaves de una de las camionetas. -Nana!!- grite bajando las escaleras.

- ¿Que pasa?

- Hoy tengo una entrega; recuerdas todo, ¿verdad? - sonríe triste y empieza a cantar las instrucciones mientras ha directo a la cocina.

- Si algo te pasa, no decirlo hasta tres días después, clausurar tu habitación y darle a Benjamín el mando del territorio a los veinte años - se gira y me miera a los ojos - volverás, se que volverás - sonríe.

- Te llamaré - cruzo el mesón de la cocina tomándola desprevenida y soplando en su oído - hasta luego - sonríe y tiembla, voltea a verme y sus ojos están cristalizados por las lágrimas que contienen - hey! Ni que me fuera a la guerra, nana.

- Es peor que eso; ya vete se hace tarde - me tiende una taza con café y leche caliente - para el camino - sonrió, siempre lo hace; cuando tengo trabajo fuera de la casa, prepara la misma taza (con forma de un jarrón para galletas, con pajilla y tapa rosca) de café con leche caliente, la misma cantidad y con la misma frase - no manehes como sicaria, por favor - dijo mientras yo tomaba un sorbo del café mediante la pajilla y gruñí, recibiendo una sonrisa de satisfacción de parte de ella; dice que es mi gesto peculiar para cuando algo me gusta.

Le doy la espalda y salgo directo al garage. Tomo el celular y marco el numero de Evelyn. Dos tonos y contesta.

- Hola caracola!! - grita con euforia.

- No puedes contestar con modales - le dijo entre dientes mientras caliento el motor de la camioneta - en fin, necesito que acompañe a Ben con Luna en el hospital, ¿puedes o te iras a cogerte a Ruben en cada espacio estrecho de su departamento?

- Pensaba que era hora de ir a estrenar tu cama - pongo los ojos en blanco - esta bien ya salgo para allá - cuelgo la llamada y Marcy entra tambaleándose recostada de Ana. Y riendo.

- Pero que coño - le grito - ¿que paso?

- Su madre le ha llamado - dice Ana.

- Marcy, mirame - la tomo por la barbilla.

- Que...rid...aaa - la lengua se le trababa.

- Llevala a su cuarto, Ana. La nana te ayudará - le digo y Marcy me mira y se abalanza contra mi abrazandome. Lloraba y me apretaba mas. Yo estaba fría, no sabia que hacer. Ana la tomo de los hombros y la despego, me miraba disculpándose y arrastraba a Marcy con ella. Me monté en la camioneta y salí del garage.

Triste ArcoIris (EDITANDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora