Cap. 34

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Al llegar a casa note la puerta abierta, arrugue las cejas dudando quién podría estar adentro. Me acerque más hasta encontrar a Enid y Ryan sentados en el sofá.

Tú: No quiero que lo vuelvas a golpear. —fue lo primero que dije refiriéndome a Ryan, él me volteó a ver algo enojado.

Ryan: Pero...

Tú: ¡Nada! Esto es entre él y yo, y si es necesario irme para no volverlo a ver, ¡Lo haré! —conteste decida, Ryan se quedó callado.

Enid: ¡Tú no te vas a ir!

Tú: Enid no quiero discutir, y mucho menos contigo.

Enid: Sólo te estoy pidiendo que no te vayas, me harías mucha falta...

Tú: Enid, tienes a Ryan.

Ryan: Sí, Enid. —interrumpió —Me tienes a mí, ¡Podemos hacer cosas locas! —comenzó a reír

Enid: Pero a mi mejor amiga no la dejaré. —sentí muy lindo al escuchar eso, me hacía falta ese cariño de amiga.

Tú: Y yo tampoco a ti, créeme... Pero por ahora no quiero estar aquí.

Enid: Tú puedes con todo, superarás poco a poco lo que pasó, no es fácil, pero tampoco te ahogues en tu propio vaso...

Tú: Es que no puedo, me duele mucho...

Enid: Tienes que ser fuerte, por Glenn, y por él tú te vas a quedar, a él no le hubiera gustado verte así, mucho menos que te fueras sin rumbo, es hora de afrontar todo y nosotros confiamos en que vas a poder... ¿Entendido? —me dio una sonrisa tierna, me hizo sentir bien lo que dijo, porque en realidad ella no mentía, Glenn jamás me hubiera dejado ir sabiendo que yo no tenía un rumbo en mente.

Tú: Esta bien, ganaste —le devolví la sonrisa.

Ryan: ¿Y qué pasará con Carl?

Enid: Es asunto de ellos, no te metas.

Ryan: Entonces tú y yo vamos a hacer nuestros asuntos.

Enid: Pues vamos. —se sonrieron picarones, entendí completamente a lo que se referían estos pillos.

Tú: ¡Qué calenturientos! —exclamé riendo.

Enid: Siempre es así —rió.

Ryan: ¡No es cierto! —contestó apenado, de inmediato se puso rojisimo.

Tú: Pues no los detengo más, vayan a hacer sus asuntos.

Sin pensarlo se fueron de mi casa, de pronto sentí mucha hambre, hasta que me di cuenta de que no he comido en todo el día, sin más fui a prepararme algo ligero para comer.

Después de comer me quedé pensando en toda la situación con Carl, subí a mi cuarto hasta que de un momento a otro caí rendida, me quedé profundamente dormida.

Tres semanas después:

Todo ha sido algo complicado, Carl y yo no cruzamos palabra, ni siquiera nos hemos topado, de vez en cuando alcanzo a verlo de reojo, pero él no me ve, mucho menos ahora que ye tratado de mantenerme ocupada haciendo distintas cosas, precisamente para evitar pensar en todo lo que ha pasado. Y en realidad me ha ayudado, últimamente me he sentido un poco mejor en cuestión al tema de Glenn y de Maggie, pero lo de Carl aún me da vueltas.

Hoy desperté en el sillón, cosa la cual me sorprendió, ¿cómo logré dormir aquí toda la noche? Pues ayer que llegué estaba tan cansada que me dio flojera subir y caí rendida aquí.

Decidida, me fui a bañar, me cambié y peiné, después bajé a ver qué podría desayunar.

No encontré nada que se me antojara, me quedé en la silla de la mesa de la cocina sentada, pensando en qué prepararme, pero se me atravesó por la mente de nuevo Carl. Lo extraño, y mucho... Extraño verlo, abrazarlo, besarlo, reír con él... Sé que hemos tenido malos ratos, pero han sido más cosas buenas en realidad. Y justo pensé en ir a buscarlo, hablar con él y pedirle una disculpa por la última vez que discutimos, esa fue culpa mía y él no merece cargar con toda la culpa.

Mi chico perfecto (Carl Grimes & Tu) [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora