Luego de la narrativa, Dark se quedó a hablar con Bek para encontrar muchos datos que apaciguasen su ansioso interés.
—Sí, sí tengo algo de conocimiento, de cuando caminaba entre nosotros, pero siendo honesto no sé mucho con respecto a Seth después de muerto. Quien sí podría darte esos detalles es Amunet.
— ¿A qué te refieres con que ella podría darme esos detalles? — Inquirió alzando una ceja extrañado.
—Si bien recuerdas, Amunet es la diosa del misterio y lo oculto. Eso quiere decir su estrecha relación con el más allá, para nosotros los humanos la muerte es todo un enigma, la magia, la religión, incluso los propios dioses. Implica también toda clase de conocimientos aún no descubiertos sobre los mismos y un sinfín de cosas. Sería mejor que ella te lo explique, después de todo, es normal que no comprendas al ser oriundo de quién sabe dónde.
El silencio acompañado de una mueca de resignación y maldiciones proveniente de Dark indicaba cierto grado de orgullo, al no querer acudir a la persona menos deseada causó la risa de Bek.
—Te lo dije, mejor tenerla de amiga que enemiga ya que nunca se sabrá de quién rayos vas a necesitar.
— ¿Dónde la encuentro?
—Quiero pensar que irá al Nilo, o tal vez se quede en su habitación. En realidad es algo impredecible para lo que hace pero eso sí, diariamente sale por las noches a quién sabe dónde.Caído el ocaso, el escurridizo Dark salió de su "celda" para dirigirse al aposento de la joven diosa, no sin antes cerciorarse de la carencia de personas, sobre todo de su padre, en los pasillos de su prisión, donde, con suerte, pudo andar a sus aires tranquilo, agregando el hecho de lo silencioso que es al caminar no tenía motivo para preocuparse o andar atento.
Si alguien se pregunta qué tiene por mar de pensamientos en su mente, la realidad sería una enorme bola de garabatos pintada por un niño pequeño. Sí, la dichosa maraña nació a raíz de una variedad de preguntas e injurias llenas de ego, pues, era obvio el desagrado ya conseguido por la causante de tal alboroto mental, ¿por qué tenía que ser ella?, ¿por qué sabe tanto?, ¿por qué tenía que ir?, ¿por qué le pediría ayuda?, y una larga lista de por qué seguido de palabras negativas referentes a Amunet.
—Ahg, no puede ser que vaya a hacerlo— Se quejó por lo bajo ya frente las grandes cortinas rojizas. Suspiró pesadamente seguido de un leve gruñido dándose paso a través de las dos cortinas.
Estando dentro, una tenue oscuridad lo rodeó, pero gracias a la luz del astro nocturno se acostumbró a aquella poca luminosidad encontrándose a la dichosa, entonces se le acercó.
Ésta, levantándose de su cama ni siquiera notó su presencia hasta chocar con él y caer al suelo.
— ¿Qué demonios haces aquí? — Reincorporándose de pie lo regañó.—Sólo busco información— Admitió.
— ¿Acaso no está Thot para eso? — Sacudió su vestido junto con sus manos.
—Me dijeron lo mucho que sabes acerca de Seth.
Por consiguiente, la enigmática deidad detuvo su acción fijándose seriamente a él. Tomó asiento en su cama suspirando pesadamente en el acto.
—Tanto en vida como en muerte se convirtió en una figura de destrucción, caos, desorden y violencia.
Durante el periodo de guerra, catorce años atrás, era el dios del desierto, puesto allí por Ra lo condenó a días y días de rondar solo en las dunas, según Ra una prueba para él que lo llevó a la envidia y odio hacia mi abuelo Osiris, ese fue el motivo principal del desastre causado aquí.
Al derrotarlo mi padre, Seth llegó a las tierras inferiores del más allá, donde apenas la luz penetraba las ruinas impuestas por Ra dirigidas a los condenados espíritus juzgados por sus acciones, ahí se dio su resurrección como una bestia con cabeza de chacal capaz de crear a sus nuevos hijos a su imagen y semejanza. Al suceder esto fue proclamado rey del inframundo, ahora conocido como Seth, dios de la muerte violenta, amo del caos y desorden, encargado de dar castigo a los espíritus carentes de bondad, volviéndolos demonios sirvientes a su veredicto.
Ahora espera pacientemente en su falso trono otro encuentro con mi padre y el padre de mi padre para su destrucción, allí, donde, ese rostro carente de señales de vida consigue esbozar una sonrisa todos los días mientras una y otra vez mueve sus dedos, haciendo chocar sus afiladas uñas contra el frío brazo de metal sabiendo la infinita guerra a la que se enfrenta.
El chico imaginándose aquello experimentó un violento escalofrío recorrerle todo su cuerpo.
—Los dioses no son inmortales, si te lo preguntaste. Únicamente Osiris y Seth resurgieron siendo gobernadores del más allá por voluntad de Ra, pero no te confundas, la Duat, no es el dominio de Seth— Diciendo esto lo observó. —Ahora que tienes la información deseada también me gustaría saber algo.
—No cuentes conmigo.
— ¿Cómo supiste que estaría despierta?
—No es asunto tuyo.
—Insolente... espera... — Guardó silencio de golpe. — ...Bek — Frunció el ceño.
— ¡Maldita sea la persona que permitió a los dioses fisgonear en las mentes ajenas! —Musitó notablemente molesto.
— ¡Exacto!, es una pesadilla escuchar tantas ideas, injurias, elogios y toda clase de cosas. Siendo diosa me desagrada hacer eso ya que va en contra de la libertad de los hombres, a veces nos culpan por sus decisiones tomadas— Explicó con tono exhausto sorprendiendo a Dark.
—Será mejor salir de aquí, ya es suficiente contigo enterado sobre esto.
—Te recuerdo, no puedo salir de acá.
—Permíteme— Amunet retiró de su muñeca un elegante pero simple brazalete de oro con un escarabajo hecho de amatista. Después lo colocó en la muñeca de Dark. —Sólo acéptalo y no lo pienses mucho.
—No te confundas, todavía no confío en ti y no pienso hacerlo después.
—Como quieras— Se encogió de hombros yéndose.Dark se encaminó hacia el balcón donde yacía Amunet parada sobre la cornisa de aquél, entonces se dejó caer de espaldas al vacío.
El sombrío ángel se asomó siendo empujado levemente gracias a la ráfaga de viento provocada por las grandes alas de Amunet al ascender.
Comenzando a volar lejos él le siguió el paso portando ese semblante fiel a su arrogancia.
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The Mysterious Prophecy of the Gods. (Editando)
FanficEn Grecia, no sólo hay humanos, hay dioses benévolos y generosos, dioses miserables y crueles, demonios, y, ángeles. Entre todos esos seres mitológicos hay un ángel poco convencional, curioso de hecho. Él es Dark Pit, un soldado celestial, encargad...