La terrible Sospecha y Certeza de Amunet.

37 2 0
                                    

    Los legítimos dioses del Olimpo solicitaron la presencia de los Destinados en el gran salón de reuniones donde yacían.
    Al cruzar los dos tan grandes puertas, Zeus primero que nada preguntó por el estado de Amunet, ella despreocupada aseguró encontrarse no totalmente pero sí recuperada.
    Después retomaron el tema respecto Amut, sobre todo por aquella cuestión acerca de su escape de la Tierra de los Muertos, puesto que, como la misteriosa diosa aseguró, se le mantiene en cautiverio, no obstante, lo más inquietante era el hecho de su aparición en Grecia.
    Si logró llegar allí fue por obra de un dios de su misma clase.
    Amunet recordó entonces lo dicho a su padre ocasionando en ella un anormal cosquilleo: un traicionero dios rondando entre ellos.
    Si su teoría era correcta posiblemente la persona causante del intento fallido por matar a los dioses sea la misma persona culpable de la masacre en la ciudad, porque siendo racionales debía ser alguien enterado de la ubicación del portal tanto como de los planes de los dioses, capaz de transportar a semejantes a otros lugares y devolver a cualquiera a su infancia con su magia.
    Sin lugar a dudas tenía que ser un dios, quien trató de asesinar a Anubis, Sobek, Bastet, Thot y Horus tras saber el paradero del portal.
    Finalmente, consciente de la ubicación del portal hacia Grecia lo aprovechó para enviar a Amut.
    Todo encajaba, pero, ¿quién podría ser?, y, ¿cuál era el objetivo en realidad?
    Sin previo aviso ella salió fugazmente de allí.
    Dark al ver aquello se despidió de los dioses en nombre de ambos siguiéndole el paso hacia Egipto.

    Ya sobrevolando el desierto se percataron de la presencia de un portal, aunque, sin chacales saliendo o entrando, obligándolos a descender lo más rápido posible.
    —Quédate aquí mientras revisó el interior— Indicó a Dark adentrándose al oscuro sitio.
   
    Al estar en tierra blandió su espada analizando sus alrededores.
    Curiosamente eran ruinas, parecidas a un palacio carecía de luz alguna junto inquilinos, o al menos en esa parte de la desconocida zona.
    La diosa de lo oculto bajó la guardia envainando su espada lista para salir hasta que al caminar escuchó que pisó algo. Al retirar su pie de sobre el objeto se encontró con que éste era un fragmento de espejo, lo levantó cuidadosamente examinándolo a detalle.
    De pronto una silueta aparecía poco a poco en aquel trozo, hasta hacerse totalmente visible sacó en Amunet una cara de sorpresa; era Pit, con una expresión de desesperación y angustia golpeaba el espejo dando a entender que estaba atrapado dentro.
    La ojiazul entonces abrió sus ojos a la par aterrada
    Con espejo en mano salió de allí como lo hizo en el Olimpo, sin decir nada ni detenerse fue seguida por Dark hasta el palacio.

The Mysterious Prophecy of the Gods.  (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora