Amunet, por otra parte, se percató de tan profunda inspiración, que llegó a sentirse identificada con su contrincante.
Por ende, ella se acercó ahora al pensativo Dark, con el objetivo de atacarlo de frente con un corte recto, él, en cambio, no tardó en evadirle haciéndose a un lado con la ayuda del impulso provocado por sus alas. Encontrándose a la chica de espaldas, lo único que le pudo causar fue un rasguño en la misma, ya que se volteó rápidamente bloqueando su próximo ataque. Así, se encontraron cara a cara, los dos imponían toda su fuerza en ambos brazos para tratar de empujar al contrario con su arma, cosa que, la nueva diosa aprovechó para desaparecer y reaparecer detrás del extraño, al cual pateó fuertemente enviándolo instantáneamente al suelo.
Sin dudarlo, el mortal alado se incorporó instantáneamente colocándose de cuclillas, y tensando su arco disparó. Aquella de larga cabellera, con su mano, dibujó en el aire frente ella, una especie de símbolo, éste se tragó su flecha oscura.Por consiguiente, la diosa pasó a realizar un ademán hacia arriba, teniendo como resultado una copia lo puso encima del original; en cuestión de segundos la flecha oscura del angel regresó disparada aún con más fuerza del segundo, teniendo como objetivo su cabeza, tan sólo le costó inclinarla a su derecha para no perder la vida.
Un pestañeo fue suficiente para Dark, darse cuenta de lo mal que le iría; ya tenía enfrente a Amunet. Élla golpeó fuertemente el rostro de él con el mango de su espada, como el impacto lo envió a su lado izquierdo aprovechó la inercia de ello, colocó su mano sobre el suelo, apoyó su fuerza en dicha parte y, tomando impulso con un pequeño salto, acertó un seco impacto en la cintura de la sorprendida Amunet con la parte delantera de su pantorrilla.
Finalmente, la aparentemente delicada joven fue a parar hasta uno de los pilares cercanos a la salida que conducía al río.
—Basta— Espetó Horus entrando al aposento acompañado de Thot.
El primero, se dirigió al aún agachado Dark.
—El que estés aquí no te da el más mínimo derecho de armar un alboroto en mi palacio, mortal— Parecía asesinarlo con la mirada, no tanto por correr el riesgo de perder una parte de su palacio, sino por haberse metido con su único y más preciado tesoro: su hija.
De no ser por su postura y prudencia, Horus hubiese iniciado de nueva cuenta un combate.
Aquel señalado, silente, alzó la vista un poco, notando a lo lejos cómo su adversaria tosió lo que al parecer era un líquido dorado. Esto lo reconfortó, era cierto después de todo lo dicho por Pit.
Se levantó apoyándose en su pierna izquierda, sonrió triunfante y por fin mostró su rostro mientras limpiaba la sangre de su herida más grave con el dorso de su mano.—Afortunadamente, diosa del misterio— Recalcó las últimas tres palabras con una pizca de burla. — me haz encontrado de buen humor hoy, por ello, debo admitir que nunca me había divertido tanto.
Durante tales inesperadas palabras del alado, Thot estaba ofreciéndole ayuda a su aprendiz extendiéndole su mano cuando ella, interpuso la suya negándose, se puso de pie apoyándose de su báculo con algo de dificultad, sonrió de lado, miró a Dark y dijo:
— Sí... Tal parece, mortal y extranjero guerrero, que, aunque atrevido e impulsivo, me toca el día de hoy reconocerte lo hábil y fuerte que eres— Ya recuperada, se acercó al receptor de su mensaje.
—Sin embargo— Horus intervino en la conversación. —gracias a ella sigues con vida, así que yo no llamaría a esto una completa congratulación a tu favor. Salvar una vida es ganar más de mil batallas, no lo olvides.
—Como sea— Se encogió de hombros ante el sermón. —Hubiera preferido morir en medio del maldito desierto, ¿para qué querría ser salvado?, aunque ahora tengo mejores cosas que hacer además, así que me largo.
—Lamento decirte, no te podrás ir de aquí hasta cerciorarme de que no eres una amenaza.
—Si claro, como si poseyeras poderes dignos de un dios para impedírmelo.
Amunet sorpresivamente arrebató de sus manos su arco de plata. Lanzándolo fuera de la habitación cayó a orillas del Nilo.
Dark Pit reemplazó las palabras con una mueca de absoluto odio hacia ella para después volar con el fin de recuperar su fiel acompañante de aventuras, no obstante, hizo contacto con una pared invisible regresándolo precipitadamente a tierra firme.
—Nunca subestimes a los dioses de Egipto, mortal— Horus dándole la espalda caminó a la salida del aposento mientras Dark trataba de alcanzarlo.
— ¡Mi nombre no es mortal! — Se detuvo contemplando su ida.
ESTÁS LEYENDO
The Mysterious Prophecy of the Gods. (Editando)
FanfictionEn Grecia, no sólo hay humanos, hay dioses benévolos y generosos, dioses miserables y crueles, demonios, y, ángeles. Entre todos esos seres mitológicos hay un ángel poco convencional, curioso de hecho. Él es Dark Pit, un soldado celestial, encargad...