The Mysterious Prophecy of the Gods. (Editando)

Desacuerdo.

    —Amunet explícame de una maldita vez qué sucede— Exigió Dark mientras descendían, recibiendo una seria expresión de ella.
    Acto seguido la bella joven de castaños cabellos le explicó su teoría sin rodeos.
    —Sí, tienes razón, todo relacionado ya le ha dado tanto sentido, pero si dices que el causante de la masacre en Grecia y el casi asesinato de los dioses es un dios, ¿por qué culpas a Pit?
    —No, ya te lo he dicho, esa cosa no es Pit y puedo asegurarlo porque lo vi en éste fragmento de espejo como si estuviese atrapado en algún sitio.
    Ese maldito, sea quien sea es un dios servidor de Seth quien capturó a tu verdadera contraparte haciéndose pasar por él para cumplir un objetivo mayor por medio de esos dos acontecimientos.
    Debemos encontrar a Pit y...
    —Sí, podré detestar al estúpido clon con toda mi alma, odiarlo hasta la muerte por existir, pero no es suficiente para señalarlo como principal sospechoso o decir que es otra persona sabiendo a la perfección cómo es.
    Además, se comporta como siempre, fastidioso, horriblemente risueño y desagradablemente optimista.
    Amunet, desafortunadamente lo conozco más que tú.
    Me he dado cuenta de la carente comunicación entre ustedes dos, desde el día de su llegada apenas se dirigen la palabra.
    Sólo porque no lo conoces y es de otra dimensión no significa que debas desconfiar de él señalándolo, es injusto culparlo por sugestión y desconfianza tuya por darle preferencia a tus amigos dioses.
    — ¿Qué?, eso no es cierto...
    —Lo mismo sucedió cuando llegué, me encerraron sin siquiera darse la tarea de conocerme, le dieron lugar a su duda tachándome de invasor.
    — ¿Conocerte?, para empezar no ponías de tu parte, te mostrabas muy agresivo cuando se te preguntaba, te enojabas por estupideces, poco hablabas entre otras muchas cosas, ¿y aún así nos culpas por pensar mal de ti? —Suspiró exhausta suavizando su tono de voz. —Yo siempre te mencioné sobre la gran importancia que tiene Egipto para mí como la tiene Grecia, no sólo porque es tan hermoso como mi hogar, sino además porque de allí proviene una de las personas más importantes de mi vida.
    A pesar del mal inicio logré quererte tanto como una preciada parte de mi vida. Nunca lo llegué a imaginar, pero sucedió de sorpresa, y eso fue lo mejor.
    Nos conocimos poco a poco formando una relación genial, con varios obstáculos claro, sin embargo, sacamos lo mejor de los malos momentos.
    Nunca subestimamos nuestras palabras, pero ahora... simplemente me estás dando la espalda sin siquiera otorgarme la oportunidad de demostrarte que es cierto.
    Me duele ver tu desconfianza hacia mí cuando yo no miento, y desgraciadamente por un sólo momento así se desata toda una cadena de sugestiones y dudas.
    Se supone debemos estar juntos en esto.
    Te quiero, pero si vas a seguir dándole lado a tus erróneas ideas continuaré sola.
    Sin derramar una sola lágrima Amunet tenía un horrendo nudo en su garganta mientras Dark lo procesaba en silencio, sintiéndose mal por escuchar el dolor en las palabras de ella no sabía qué decir, pues además, se miraban a los ojos, él principalmente notaba tristeza, decepción y dolor en tan bellas orbes azules.
    Silente, Amunet se dio la vuelta emprendiendo vuelo yendo a quién sabe dónde, dejándolo solo se fue a acostar a su cama pensativo.