The Mysterious Prophecy of the Gods. (Editando)

Los Destinados.

    —Aguarden, ¿alguien quisiera explicarme qué rayos pasa? — Exigiendo colocó sus manos sobre su cintura.
    Todos los dioses se prestaron para ayudar al dios de la sabiduría y al Señor del Aire a resumir y volver lo más entendible posible la situación donde ambos arrogantes se encuentran profundamente involucrados.

    Amunet en esos instantes era invadida por borrosas imágenes dentro de su mente cuyo personaje principal era ella siendo rodeada por esos demonios que ahora combate a las afueras de la capital, sin embargo, había algo distinto, no podía verlo pero lo sentía, algo en ella le avisaba la carencia de algo en ese recuerdo.

    —Mhm. A ver, ¿están seguros de no estar equivocados?
    —Te he otorgado los suficientes argumentos...
    —Ella no podría ser mi compañera— Le interrumpió el azabache. —Y si tanto aseguran es una profecía en blanco también podría aplicarse en los Destinados. En cualquier otro caso, sólo uno de los dos es el indicado, siendo en realidad un Destinado y no dos, tal vez a eso se referían al mencionar dos involucrados como posibles candidatos, mas no como equipo— Arrebató el papiro de las manos de Thot sacando de quicio a Amunet por no limitar cuando menos su altanería y orgullo ante los dioses.
    —Suena razonable— Dijo el mayor de marrones ojos.
    — ¡Bien, entonces muéstranos tu magia digna del Destinado! — Exigió la chica fastidiada haciendo reír burlón a Dark quien desenvolvió el pergamino.
    — ¡¿Cómo?! — Decayó aquel satisfecho gesto. — ¡No hay absolutamente nada escrito!
    A no ser por haber contemplado atónito el papiro lo hubiese lanzado enseguida.
    —Ay, el niño alado está fuera de la jugada, que lástima. Mejor suerte para la otra.
    La sarcástica decepción expresada por Amunet empeoró el humor del azabache.
    —Observa y aprende mortal— Dicho eso le arrebató el objeto.
    En cuestión de segundos, el misterioso trazo de palabras se hizo presente.
    — ¡Ja! ¡Era evidente!
    Esa inexistente confianza llena de orgullo en ella impresionó a su padre e instructor, para finalmente desvanecerse al leer las ya plasmadas palabras.
    —Isis bendita, esto tiene que ser una broma...
    — ¿Qué?, ¿qué dice?
    —Destinados son dos, provenientes de distintos panteones dimensionales unirán fuerzas por un único destino.
    —Se los dije, nadie puede subestimarme.
    Sin importar su disgusto mutuo, forzosamente estarán la mayor parte del tiempo juntos, así que les recomiendo comenzar a establecer una relación apta para el excelente funcionamiento de su responsabilidad como Destinados.
    —Prefiero la muerte— Musitó Dark.
    —Y yo dársela— Amunet cruzó ambos brazos.
    Thot no negaba lo complicado que sería, sin embargo, no sería imposible y de ninguna forma pensaba complicar todavía más el asunto con el total desacuerdo del padre de su pupila.
    Lo quiera o no deberá aceptarlo, tarde o temprano.