En el palacio creador de toda luz, el joven ángel descendía frente su gran umbral de mármol, tan brillante como el sol mismo. Atravesándole presuroso, irrumpió en la sala donde se hallaba su superior.
—Palutena, debemos hablar.
Levantándose de su asiento la mencionada pidió a sus invitados aguardasen fuera.
— ¿Qué sucede?
—Dark se ha ido de Grecia.
— ¿Estás seguro que no se fue a uno de sus lugares para estar solo? — Cuestionó dudosa.
—No, estábamos hablando y él simplemente se perdió entre las nubes.
—Seguramente fue a notificarle a Viridi sobre...
— ¡No! — Insistió exaltado. —él no está aquí y puedo estar seguro. Desde hace tiempo he tenido algo similar a una... cálida sensación cuando estoy con él, que ahora ya no percibo, como sentir su presencia gracias a su alma, y ahora estuviera... muerto.
—Pit cálmate por favor. Lo importante ahora es saber qué impulsó a Dark Pit para dejar Grecia.
—Yo sólo le pregunté si escuchó alguna vez sobre tierras más allá de estas, donde dioses con oro en las venas le regían, entonces alentó su curiosidad para ir a investigar.
—Entiendo. Llama a los dioses y espera afuera mientras lo discuto con ellos— Le ordenó seria dejándolo con la palabra en la boca.Mudo e inundado por la intriga, Pit salió de ahí yendo a su habitación, prefirió tomar una siesta, debido a la inquietud provocada por la seguridad de su indiferente gemelo, temía a lo peor que pudiese haberle pasado, sin embargo, la imagen de una chica no dejaba de presentarse en medio de sus pensamientos, claramente no le conocía.
—Bek es de mi total confianza, era irónico e irracional leer tu mente. Aunque desconozco sus motivos, me sorprende que haya confiado en ti hasta el punto de abrir su boca.
Dark se quedó pensando un rato extrañando a Amunet.
— ¿Todo bien?, te noto... preocupado.
—No te concierne.
—Bien... te dejaré un momento a solas.— ¿Quién es ella?, ¿qué lugar es ese?
Pit ya llevaba una hora dando vueltas sobre su lecho, buscando supuestamente el cobijo del sueño al preguntarse sinfín de veces lo mismo, y no obstante, sólo empeoró su insomnio junto con su angustia.
—Estoy harto— El castaño apartó rápidamente las sábanas de sobre sus piernas dando un salto de la cama. —Si creen que no soy de ayuda menos lo seré estando acá como una inservible berenjena.
Decidido, se equipó con su arco para después salir corriendo del palacio y finalmente emprender vuelo.— ¿Cómo que ya no está? — Zeus exaltado azotó fuertemente su mano sobre la mesa.
—Pit asegura no sentir más la presencia de al parecer el alma de Dark Pit— Palutena explicó lo más calmada posible.
—Eso es totalmente imposible para alguien de su especie— Agregó Poseidón.
—Ese no es el problema mayor, hermano. Si Dark Pit logró cruzar la barrera entre esta dimensión y la dimensión de Ra...
A Viridi le dio un mal presentimiento ante esa pausa.
— ¿Qué?, ¿cuál es el problema? — Cuestionó ansiosa recibiendo un inquietante silencio como respuesta.
Luego de unos minutos Zeus dejó su asiento, acompañado de un semblante inexpresivo dijo:
—Es momento de que lo sepan. He estado ocultándolo desde antes de la caída de Hades no porque supiese de ello, sino porque no tengo la suficiente información para saber de ello...—La llegada del individuo alado no se correlaciona con alguna casualidad mucho menos por voluntad de Ra.
En tiempos remotos, cercanos a la creación de los mortales, Ra junto con Zeus me encomendó una importante tarea: cuidar un sagrado papiro sellado.
Al entregármelo me advirtieron de una catastrófica profecía en blanco, no se sabría absolutamente nada de ella hasta el día en que los Destinados indicados se encontrasen. Para entonces el sello no debió ser profanado por ningún motivo ni por ningún otro individuo que no fuesen los destinados a éste objeto.
Podrían haber sido cualquiera, pues nunca me revelaron detalles acerca de los Destinados, lo cual quiere decir: esta profecía no es veredicto del Señor del Sol ni tampoco del Dios del Trueno— Explicó Thot ante los demás dioses.
—Según tú, ¿quiénes son los Destinados? — Preguntó incrédulo Sobek.
—Amunet y Dark— Confirmó el dios con seguridad.
— ¿Cómo puedes estar tan seguro Thot? — A Neftis la invadió la curiosidad.
—De acuerdo a mis conocimientos un mortal de su tipo tendría tan pocas posibilidades tanto en atravesar de una dimensión a otra sin perderse como en provocar una ruptura, sólo un dios podría hacer tales cosas.
Por lo que, esa sería las interrogantes, ¿por qué está aquí?, ¿cómo lo hizo?, ¿qué lo hace diferente de sus semejantes?, y, ¿quién es él? — A pesar de su vasto conocimiento no dejaba de fascinarse por el enigma que es Dark.
— ¿Y Amunet?
Horus ya había escuchado bastantes argumentos, pero involucrar a su única hija, era demasiado, aún más sin pruebas contundentes.
—Ella ha dado inicio a la tercer generación de dioses, siendo la primera de todos traerá consigo una nueva era la cual deberá ser acompañada de nuevos dioses, nuevos mortales, entre otras cosas, pero, a cambio de, la remota posibilidad de una terrible devastación para renovar todo Egipto, como sucedió con Seth.
Resignado el Señor del Aire se levantó de golpe.
—Neftis.
La mencionada se levantó.
—Ve por ambos a sus aposentos.
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The Mysterious Prophecy of the Gods. (Editando)
Hayran KurguEn Grecia, no sólo hay humanos, hay dioses benévolos y generosos, dioses miserables y crueles, demonios, y, ángeles. Entre todos esos seres mitológicos hay un ángel poco convencional, curioso de hecho. Él es Dark Pit, un soldado celestial, encargad...