Stay (Jared Leto)

Capítulo 36

🔙  -Espero que nunca deje de ser así- susurro poniendo mis manos sobre sus mejillas- No soy buena con las palabras, cuando dices esas cosas yo... -muerdo mi labio inferior por un segundo diciéndome que debo ser honesta y no pensar tanto en si decir o no las cosas que siento- Jared, no quiero que te vayas nunca de mi lado.

Él me ve y me sonríe.

-Mi pequeña -besa mi nariz- Estaré todo el tiempo que quieras que este -promete y seguido besa mis labios lentamente.

Sus besos lentos se detienen con una sonrisa en sus labios.

-Ahora ven, quiero mostrarte algo -dice una vez que se para y me tiende su mano.

¿Ah? ¿No se supone que ibamos a tener sexo?

  

Capítulo 36: 

Su risa me confunde aún más.

-Lo digo en serio, nunca dejes de ser tan transparente -dice entre risas.

-Tienes que dejar de reírte de mi -lo apunto en el pecho con los ojos entornados.

-No, de verdad ven, te quiero presentar el Mars Lab -me vuelve a ofrecer su mano con una sonrisa ladina pero al ver que no lo sigo explica:- He decidido que debemos controlarnos o no podremos cuando estemos con tus padres y yo realmente quiero ser buen chico.

Suspiro porque sé que probablemente tiene razón, así que tomo su mano y me dejo ser guiada por cada cuarto del segundo piso y cada lugar del primero mientras trato de poner atención a las palabras en lugar de a su trasero.

-...Y entonces fue Jamie el que me dijo que por qué no le ponía vida a la pared así que le hice caso y comencé a dibujar en ella, a mamá le encantó- me sonríe mordiendo la punta de su lengua mientras me muestra todo el arte dibujado en la pared del primer piso- Aquí es todo Bart.

-¿Quién mierda es Bartholomew Cubbins? -me río ante la frase de su sudadera.

Ríe palmandola.

-Epica -me sonríe de nuevo- ¿sabes quien es Bart Cubbins, no? -arquea una ceja.

-Sí, pero tuve que investigar -me encojo de hombros- no es una historia común en México, ¿sabes?

-¿Nunca oíste hablar de Dr. Zeus? -me pregunta con el ceño fruncido.

-No antes de ti -me encojo- pero luego que leí el cuento de los 500 sombreros me pregunté si el seudónimo era por algo en especial -lo miro como si descifrara un enigma.

-Tal vez -dice pero ya no está sosteniendo mi mirada, ahora está de espaldas recogiendo una guitarra electro-acústica de su respectiva base.

-Iluminame -le pido, mordiendo mi labio inferior porque siempre que piso terreno desconocido no sé cuál será su reacción aunque por lo regular siempre me ilumina, a menos que se trate de ex-novias, entonces ahí si se molesta, o bueno eso pasó cuando le pregunté por Cameron.

-Es un secreto -me da una sonrisa de labios, algo tierna, sacándome de mi embriollo de pensamientos.

-Oh vamos -alzo las manos al aíre y las dejo caer con pesadez.

-Bart era un niño pobre que corrió con suerte, -comienza- me siento como ese niño pobre que corrió con suerte y que ahora es rico -ladea su gesto sin ganas.