Simplemente Mía © || Trilogía Híbridos #1 ||

Capítulo 3

Sofía

- ¡Maldición, apaguen esa cosa! - gruñí mientras me tapaba con la almohada la cabeza.

Sin embargo, el molesto sonido de la alarma no dejaba de resonar por toda la habitación.

- ¡Mierda! - exclame molesta y a la fuerza me levante a apagar el despertador de Lila.

Ella estaba desparramada en su cama, tenía los auriculares puestos y todas las sábanas en el suelo.

Apague la alarma y me estire. Mire la hora y... ¡Dios mío, llegaba tarde a mi primer día!

- ¡Lila, despierta! - le grité mientras corría a mi closet y sacaba algo para vestirme.

Ella gruño.

- ¿Qué...? ¿Ya amaneció? - preguntó desorientada mirando a todos lados.

- Sí, ¿Acaso no escuchaste tu despertador? - dije mientras me vestía. Elegí ir con una falda corta y una simple camisa, como obviamente no tenia zapatillas, me coloque unos tacones.

Los detesto, pero ya me acostumbré a usarlos seguido y todo por mi madre.

Lila se levantó y se estiró. Vio la hora y abrió los ojos sorprendida, al igual que yo se comenzó a alistar lo más rápido que pudo.

- Demonios, olvide hacer el trabajo que dejó el profesor - maldijo Lila mientras se colocaba una remera y unos jeans oscuros.

Tan yo.

Me adentre al baño y me lave la cara, me maquille y peine lo más rápido que pude. Una vez lista salí y Lila entró rápidamente.

- Lila, apresúrate... ¡Nos quedan quince minutos! - le avisó.

- Ya, ¡Acabó en cinco minutos! - grita desde el baño.

Agarre mi bolso - que la usaría de mochila - y coloque lo más importante, una libreta en blanco, unas cuantas lapiceras, la tarjeta de la habitación y lo último pero no menos importante, mi amado celular.

- ¡Ya estoy lista y quedan 5 minutos, Lila! - le grité.

Ella salió del baño y agarro su bolso.

- Bueno, vamos - apago las luces y ambas salimos de la habitación.

Bajamos al primer piso - donde estaban todos los salones -, Lila me agarro la mano y me arrastró hasta mi primer clase.

- Bueno, solo tenemos que esperar a que toque la campana y comiencen las clases - dijo Lila.

Asentí y me apoye contra la pared. Los pasillos estaban repletos de estudiantes, la mayoría estaba hablado y usando el celular. Saque el mío y revise si tenía mensajes.

Vacío. ¿Por qué no me sorprende?

No esperaba que mamá me mandará un mensaje y mucho menos mi padre, pero esperaba que al menos mi hermano me mandara uno o me llamará. Pero no... No había ningún mensaje.

Revise mis redes sociales. En mi cuenta de Instagram tenía nuevos seguidores y varios 'me gusta' en mis fotos. No subía mucho, pero las pocas fotos que subía les encantaba a mis seguidores.

- ¡Auch! - me queje cuando sentí el codo de Lila en mi costilla.

- Mira a tu derecha - me susurró.

Mire a la derecha, todos los alumnos que hace unos momentos estaban charlando ahora estaban callados y pegados un poco más contra la pared.

Mire sin entender, hace un momento no dejaban de hablar y ahora todos parecen estatuas.