Capítulo 9

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Al salir de la cafetería me despedí de Miguel y le agradecí por el almuerzo, pero luego este me llamó cuando ya me iba a la parada del bus.

—¡Adelé, espera!

—¿Si?— dije mientras me giré a ver a Miguel que venía caminando rápidamente hacía mi.

—Oye ya se que nos conocimos hoy por una pequeña casualidad, pero...queria decirte si te interesaría venir a un viaje que tienen mis amigos y yo... así que se me ocurrió preguntarte si quieres venir— dijo mientras se rascaba la nuca.

—Hmm, ¿Cuando es?

—Es para el Verano, cuando finalize este semestre de la universidad.

—Está bien, tengo un primo que vendrá de Argentina, ¿lo puedo llevar como acompañante?

—Sí, porsupuesto que no tengo problemas con eso.

—Está bien, Adiós Miguel te veré luego que llegó el bus.

—Hasta luego Adelé, bay, ¿Me puedes dar tu numero si no es molestia?

—Si, ¿Por qué no?— Dije mientras saqué de mi bolso un boligrafo y arranqué una hojita de mi libreta de aputes, escribí mi numero, dandole la pequeña hojita a Miguel,  luego me subí al bus, tomé un asiento de lado de la ventana, y vi como Miguel aun seguía ahí, haciendome una seña de despedida con su mano, y una leve sonrisa pintada en el rostro.

El Autobus arranca y puedo ver como inmediatamente la silueta de Miguel queda atrás.

Derrepente siento mi celular vibrar y veo que tengo varias llamadas perdidas de Rania, Así que marqué su número.

—¿¡Adelé, En donde te has metido hoy, por Dios!?— pregunta Rania.

—Estaba almorzando.

—Eso no es cierto, llamé a casa de tus padres para ver si estabas allá y me dijeron que no. Así que dime en donde te metiste.

—Rania no seas tan exagerada, hoy no comí en casa de mis padres.

—¿Qué?

—Si, es que conocí a un chico y...

—¡Qué conociste un chico! ¡por fin un  milagro!— interrumpió ella hechando un pequeño grito.

—Rania, deja de estar de mal pensada, el sólo me invitó a almolzar, porque tuvimos un pequeño accidente esta mañana y esa fue la forma que el ideó, para compensarlo.

—Hmm, me huele a boda— dijo mientras la escuché soltar una risa pícara.

—Rania, Por Dios, estás loca ¡apenas lo conocí hoy y ya estas hablando de boda!— dije un poco alterada llamando la atención de algunas personas del autobús que me veían hablar por teléfono con Rania.

—Calmate, yo solo estaba bromeando contigo.

—Está bien.

—Solo te llamaba porque no sabía nada de ti desde esta mañana.

—Ah, entiendo— Asentí.

—Si, bueno te hablaré luego por WhatsApp, bye Ade.

—Adiós Rania— dije mientras colgué la llamada, guardando mi celular en mi bolso.

Llegué hasta la parada de bus que queda cerca de mi apartamento, le pagué al chofer, me desmonté y seguí caminando hasta llegar a casa.

Desde que llegué, tiré mi bolso y puse mi celular a cargar, luego fui a mi habitación, tomé mi toalla  y me fui a dar un baño.

Mientras me duchaba me llegó el recuerdo de Miguel a la cabeza cuando tropezamos, pero borré eso de mi pensamiento de inmediato, solo fue un pequeño accidente. Salí del baño, me puse ropa comoda para pasar el resto de la noche sentada en el sillón con mi celular.

Cuando voy a tomar mi celular que ya estaba en un 80% de carga, vi que tenía varios mensajes de James, Antonio y Rania.

Tiburones Asesinos [Completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora