Tiburones Asesinos [Completa]

Capítulo 29

—Hola James, ¿Qué pasó? ¿por qué tienes esa cara?— pregunté.

—Prima Ade... la amiga de Fabiana, ella... murió.

—¡Que!— dije poniendo ambas manos en mi boca y unas lágrimas que amenazaban con salir de mis ojos.

—Sí, hace rato yo acompañé a mi novia a una especie de clínica que hay en este lugar y... Antonio, también nos acompañó, entonces cuando estábamos en donde tenían a Nicky, ella se veía muy mal, parece que estaba esperando a mi novia para despedirse de ella porque luego ella... dejó de respirar, Antonio salió de ese cuarto y no sabemos a donde fue.

—¡Vaya! Que mal, lo siento mucho por Fabiana.

—Intenté animarla un poco diciendole que se relajara en la playa mas tarde, pero yo la acompañaré para que no le pase nada.

—Recuerda que hay tiburones, deben tener cuidado— le advertí seriamente.

—Lo tendremos, sólo es para que ella se relaje un poco.

—Pero acá hay una piscina.

—Hmm... mejor entonces, yo le diré que se de un chapuzón ahí. Adele, mi novia está muy triste, estaba muy mal cuando su amiga...

—Es normal James, ellas eran muy unidas y yo reaccionaría igual si le pasara algo a Rania.

—Hmm entiendo, pues te veré luego, iré a darle animos a mi novia.

—Está bien— asentí.

Después de esa pequeña conversación con mi primo, iba yo caminando hacia una especie de lujoso balcón para contemplar la playa, cuando de repente sentí unas manos tapar mis ojos.

—Adivina quién soy— dijo Miguel con una voz ridícula.

—Miguel, deja de bromear—  dije mientras el me quitó sus manos de mis ojos y me abrazó por la cintura poniendo su mentón en mi hombro.

Ambos mirabamos a las inquietas olas de la hermosa playa.

—¿Qué hacías aquí?— preguntó el.

—Nada, sólo quería despejar mi mente un poco—  Respondí.

—Hmm, ya me enteré de que la amiga de tu primo falleció, es algo triste ¿no?

—Si, lo es, yo no me esperaba que eso pasara, pero por lo que escuché ella estaba muy mal.

—Ah, y apropósito ¿por qué Rania no ha querido darse una oportunidad con Rayden? El se muere por ella.

—No lo sé, Rania suele ser un tanto complicada para los noviazgos al igual que yo.

—Entiendo.

***

—Fabiana mi amor, no quiero que te pases todo el día aquí llorando.

—Tu no lo entiendes, Nicky era como mi hermana— dijo sollozando.

—Lo sé, pero yo estoy tratando de que no pienses en eso, yo no quiero verte así— dijo James acercándose a ella y dándole un beso en la frente, mientras limpiaba las lágrimas de su novia.

—Entonces que pretendes que haga, según tu, ¿Cómo puedo no pensar en eso?

—Ven a darte un chapuzón conmigo en la orilla y te pones ese traje de baño que me gusta— dijo dándole un beso en la mejilla.

—¡Estás loco James! Yo no volveré allá.

—Ven conmigo, prometo cuidar de ti.

—Está bien— ella asintió y salió con James.

Mas tarde ellos estaban cerca de la orilla, distrayendose un rato y olvidandose de las trajedias por un momento.

***

—Miguel ¿Recuerdas a ese científico que habló cuando ocurrió la desgracia?

—Pues si ¿Qué pasa?

—Yo creo haberlo visto antes, y estoy segura de que nos conocemos de alguna parte.

—Hmm que interesante.

—Sí, lo noté por la forma en la que dirigió a mi cuando yo estaba tratando de calmar a las personas que estaban ahí.

—Pues, tienes razón, ¿Scaso tu has participado en algo maritimo o algula otra cosa?

—Hmm si, cuando tenía 18, yo fui a una especie de campamento con otro grupo de chicos y allá tuve varias experiencias con animales marinos, ya que yo pertenecía a un grupo de chicos que eran fanáticos de eso, recuerdo que fui con un muy buen amigo que tenía en ese tiempo pero... el se fue del país y nunca mas tuve contacto con el, ni tampoco otra excursión marítima para fanaticos de eso.

—No me habías contado eso.

—Es que no soy muy abierta a contar mi vida, a menos que me lo preguntes.

—Disculpe interrumpir su conversación Sr. Miguel, pero el científico mandó a llamar a la señorita Adele— dijo un tipo con apariencia de mesero y asistente de alguien a la vez.

—No hay problema— asintió Miguel.

—Está bien iré ya mismo— dije y le di un pequeño beso a Miguel, luego fuí hasta donde el hombre me esperaba.

***

—Hola señorita Adele, soy el Doctor Stewart y la mandé a buscar porque tengo una curiosidad con usted.

—Hmm, pues dígame, ¿En que puedo ayudar doctor?

—Hace un par de años creo que usted y yo nos conocimos, supongo que tu eras una de las que andaba en aquella excurción marítima.

—Pues, sí, yo estaba ahí.

—Ahora lo tengo todo claro, tu eras la novia de mi sobrino Marcelo ¿verdad?

En ese momento tragué saliva por el comentario que hizo aquel científico, y con eso trajo unos recuerdos de mi primer noviazgo.

—Si, yo en ese entonces era la novi...a de Marcelo, el cual yo no tenía idea de que fuera su sobrino.

—Sí así es, pero el motivo por el que te llamé, es quiero que me acompañes a venir conmigo en un barco para descubrir lo que causó que los tiburones reaccionaran y decidieran atacar a las personas, además supe que una de tus compañeras murió por esta inesperada tragedia.

—Sí, así es— asentí levemente con un poco de tristeza al recordar que Nicky murió asesinada por esos monstruos.

—¿Entonces acepta venir conmigo? Para mi es muy importante que lo hagas, yo estuve buscando parte de los jóvenes que participaron de aquella excurción y solo te encontré a ti.

—Si, acepto ir, para mi es muy importante salvar vidas inocentes de esta trajedia y estoy dispuesta a lo que esté a mi alcance para evitar una desgracia mas grande, pero antes quiero que otra persona mas nos acompañe si no es molestia.

—No, no te preocupes, siempre hará falta la opinión de alguien mas que preste su voluntad.

—Ahora ya lo recuerdo, usted fue el guía que nos asignaron cuando estuvimos en aquel barco.

—Si, lo recuerdo bien, tu fuiste la mas participativa.