Tiburones Asesinos [Completa]

Capítulo 35

—Fabiana amor ¿que haces aquí?

—Nada, solo dejando vagar mi pensamiento.

—Fabi... ¿Qué te ha estado pasando? Ya últimamente no luces como antes, toda linda y con tu cabello bien peinado, hasta ojeras tienes en esos verdes ojos que tanto me gustan.

Fabiana suspiró pasando su mano por su despeinado cabello y dirigiendose a mirar a su pareja a los ojos.

—James, perdón si ya no luzco tan bien como antes... Últimamente yo he estado muy depresiva y hasta con falta de apetito, incluso siento que estoy mas delgada de lo normal, también he perdido el ánimo de querer arreglarme y verme bonita para ti.

—Fabiana eso me preocupa bastante y quiero que sepas que tu apariencia no importa, lo único que me importa es que tu estés bien, sana y feliz.

—Tu no me ayudas, pasas mas tiempo con los demás que conmigo.

—Eso no es verdad, yo trato de pasar el mayor tiempo posible a tú lado, pero... Si estás todo el tiempo en esta habitación es obvio que en cualquier momento me necesitaran y no puedo quedarme aquí en estas cuatro paredes.

—Si lo que quieres es terminar de una vez por todas conmigo, yo lo entenderé.

—¡Que! —dijo poniendo los ojos como platos— ¿Estás loca? ¿Cómo piensas que te voy a dejar?

—Es un decir.

—Fabiana, quiero que te relajes con un buen baño para que te repongas y luego iremos a reunirnos con los demás ¿si?— dijo alborotando un poco su rubio cabello y dándole un pequeño beso en la frente.

—Ya ni en los labios me besas— dijo en seco.

—Fabiana deja de actuar como chica emo y haz lo que te dije.

—Emo ¿yo? Y ¿Para que es que nos reuniremos con los demás?

—Es para la situación de los tiburones, el científico le dijo a mi prima que los reuniera a todos para darnos unas informaciones.

-—Yo no veo la maldita hora en que nos larguemos de este lugar—  Bufó la rubia poniendo sus ojos en blanco.

—Fabiana quiero que hoy estés radiante, prometo hacerte una sorpresa para subirte el ánimo y que dejes de pensar en tu amiga por un momento. Al parecer los únicos que dolieron la  perdida de ella sólo fueron tu y Antonio.

—Es que Antonio estaba enamorado de ella— dijo en seco.

***

—¡Rania!

—¡No es lo que parece!—  dijo pasándose la mano por su corto cabello que hoy estaba ondulado.

—¿Y que me tienes que decir eh?— dije en tono sarcástico y cruzandome de brazos.

—Rania ya diles que somos pareja— dijo Rayden burlonamente.

—Eso no es cierto— dijo Rania.

—Pero yo los vi a ustedes muy juntos— dije alzando una ceja.

—Estábamos dándonos cariño Adele— explicó Rayden.

—Ajá, eso se nota por la forma en la que se besaban.

Rania  puso los ojos en blanco y puso su mano en su frente.

—Adele, está bien si somos pareja, acabo de aceptar a  rayden— dijo serenamente como cuando confiesas haber matado a alguien.