Capítulo 3

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"Una ligera brisa"

Quise evitar mirarlo, de verdad luche para dejar de seguirlo con la mirada, sin embargo, algo me venció. Sus mejillas sonrojadas formaron una sonrisa al ver a ese tipo, al cual ni siquiera le preste atención, mis ojos estaban en Guillermo, camino de prisa como si no lo hubiese visto en mucho tiempo, tropezó y termino en sus brazos. Él también le sonreía igual, como una pareja, como si fuesen felices. Desvié la mirada en cuanto Guillermo lo beso, di un largo trago de mi cerveza, dejando que ese sabor amargo se volviera dulce en algún punto, sonreí ante lo que sea que contaba un compañero, no me sentía nada bien. Me excuse para ir hasta el sanitario, moje un poco mi cara y revise mi teléfono, en busca de nada... no había nada importante allí. Y lo recordé, recordé la primera vez que nos hablamos:

"Note desde lejos que Frank venía con alguien más, no lo conocía, lo cual era raro, ya que yo conocía a toda su clase —Samuel, te presento a Guillermo —estreché mi mano con la suya y ambos nos sonreímos— es nuevo, acaba de mudarse —añadió Frank, lo miré más a detalle, sus ojos me eran conocidos... ahora que lo pensaba mejor, parecía que lo había visto antes.

—De hecho, ayer me golpeaste con un balón —me explicó, sonreí apenado, él también se rio junto conmigo. Era agradable, su sonrisa era contagiosa y la forma en que sus ojos se achicaban al sonreír me era adorable.

—Digamos que fue tu bienvenida —bromeé, Frank asintió y le dio una palmada en la espalda— ¿vamos a comer algo? —cambie el tema, desconocía si nos acompañaría así que me dirigí a mi mejor amigo.

—¿Guillermo te gustan las hamburguesas? —le preguntó Frank, él asintió tímidamente, de nuevo me pareció tierno— entonces vamos a buscar a Alex y nos vamos —ambos lo seguimos hacia el edificio donde ellos tomaban clase juntos. Aquella fue la segunda vez que me encontré con él, y la primera vez que nos dirigíamos la palabra."

...

Dos semanas habían pasado muy rápido, mi relación con el equipo era buena, nos adaptamos muy fácilmente a los cambios que yo propuse, y yo a su forma de trabajo. Estábamos en la tercera semana, por lo que tenía que comenzar a trabajar en mi primer informe mensual, decidí que sería buena idea involucrarlos a todos de cierta forma, así que llame a cada líder a mi oficina. Solo me faltaba uno, Guillermo. Desde la vez que hablamos lo único que conseguí fue que tomara su distancia, y como Frank me lo había dicho, era adecuado que nos mantuviéramos así. Sin embargo, yo no me sentía nada cómodo, es decir, nos conocíamos de hace años, ¿por qué fingir por completo?

—¿Puedo pasar? —toco a la puerta, seguramente mi secretaria no estaba en la entrada, lo cual era raro.

—Sí, pasa —me levante para mirarlo, me sentí extrañado ya que con ninguno hice eso, lo mire entrar y me senté de nuevo, era muy incómodo— toma asiento —señale las sillas del frente a mi escritorio. Era la segunda vez que estábamos a solas, todas las otras veces eran reuniones con los demás, no encontraba como actuar, incluso me sentía presionado, ya que solo eran pocas palabras las que debía decirle, se iría rápido y me encontré a mí mismo no queriendo eso.

—¿Necesita algo? —me interrumpió, lo miré a los ojos y desvié la mirada de inmediato, me sentí apenado.

—Si —me aclare la voz— necesito un informe detallado sobre tu trabajo durante las últimas dos semanas y la que está cursando —él asintió mirándome con atención— para... —capture su mirada que estaba fija en mí, como si quisiera descubrir algo— para el día viernes —volvió a asentir.

—¿Es todo? —preguntó desinteresado y miro hacia otro lado, note que su teléfono sonó. Lo saco para mirarlo rápido, leyó la notificación luciendo decepcionado, su mirada tomo otro camino, sin embargo, regreso a mirarme. No pude hacer algo más que asentir, se levantó y salió de mi oficina.

Tus Ojos Brillan DiferenteWhere stories live. Discover now