Capítulo 14

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"Disculpa"

Quizá si le hubiera contado toda mi historia a mi madre, incluyendo los detalles sobre las muchas noches en bares, las drogas que probé alguna vez, las borracheras donde termine en manos de otros hombres a quienes nunca volví a ver. Quizá ella me hubiera regañado menos de lo que Carolina estaba haciendo en ese momento –me vas a volver loca, de verdad, no debí haberme ido –se dejó caer en el sofá luego de sus miles de reacciones ante lo sucedido. Ella conocía sobre mi relación con Samuel, en algún punto cuando pasé por ese año, le dije lo mucho que lo extrañaba, ella creyó que era por nuestra amistad. Luego de mi prolongado llanto, se dio cuenta de que lo extrañaba de distinta forma, me vi obligado a decirle la situación, causando que lo odiara. La comprendí, yo odiaría a cualquiera que la lastimara, era por eso que permitía todos esos regaños y maldiciones al otro.

--Carol, basta –suspire ya un poco cansado –las cosas ya no son como antes, ambos somos adultos perfectamente conscientes de lo que hacemos –mentira, no éramos del todo conscientes –se lo que estoy haciendo, créeme que no tienes que preocuparte –otra mentira, no tenía idea de lo que estaba haciendo o haría. De hecho, nunca me había sentido tan confundido en mi vida, ni cuando descubrí que me gustaban los hombres, bueno, Samuel.

Me miro con duda, y tenía toda la razón de dudar, aunque yo estuviera fingiendo, últimamente me estaba volviendo bueno con las mentiras, algo de bueno debía tener eso –confiare en ti, sabes que lo único que quiero es verte feliz Guille –asentí y me acerque para darle un abrazo, eso la calmaría, aunque yo estuviera por explotar.

Pedimos comida a domicilio, era miércoles, ella había llegado esa mañana, por suerte no me había visto la noche anterior. Luego de que Samuel me dejara en casa, llegue y me metí a la tina por mucho tiempo, sentí que mi cuerpo me rogaba descanso, además de que no quería resfriarme de nuevo. Tenía poco de haberme curado por fin y luego todo termino en una discusión en medio de la lluvia, más dramáticos no podíamos ser. Pero eso no había sido lo importante, en mi mente seguían sus palabras, y es que él acababa de descubrir lo que yo viví. Pude ver la sinceridad en sus ojos, de verdad estaba desconcertado con todo, no sabía que tanto le había contado Frank, pero él no se sentía bien. Mi corazón se hundió un poco al verlo allí mojado y con esa expresión, sus palabras me molestaron, no iba a mentir, pero la molestia me duro poco, ya que verlo de esa forma me había destrozado demasiado. Sentía que él estaba débil, tan frágil como yo alguna vez lo estuve, tan perdido como yo en más de una ocasión, entonces pensé, que, si él me hubiese visto en ese tiempo, si él se hubiera enterado antes, él se hubiera sentido como yo en ese momento. Hubiera sentido que el mundo podía derrumbarse a su alrededor, que haría de todo, fuese lo que fuese por no verme así. Porque mirarlo frente a mí, con esas pronunciadas ojeras, ese rostro que demostraba lo mal que estaba, y esa mirada de arrepentimiento, tan solo mirarlo así era doloroso.

--Iré a la cama, te veo mañana –dije apagando las luces de la cocina, ella seguía con su ordenador en el salón, asintió y subí los escalones con pesadez, no me sentía enfermo, tan solo estaba cansado. Cansado del trabajo, cansado de mi vida, los últimos días, luego de haber pasado por todo eso con Santiago, había entendido que no estaba viviendo de la forma en que yo quería. Mi plan siempre había sido tener estabilidad, pero vaya, por primera vez la deseada estabilidad era lo que menos quería vivir. Revise mi libreta antes de dormir, dándome cuenta de la terrible realidad, al día siguiente tenía reunión con él, por cuestiones del juego. Solté un bostezo y me dejé caer sobre mi cama, trepe con dificultad hasta conseguir estar debajo de las cobijas, entonces me encontré casi cayendo en coma gracias al agotamiento que tenía.

...

Al día siguiente desperté tarde, pero con una energía diferente, había dormido demasiado, así que me preparé en pocos minutos para salir de casa. Mi cabeza seguía queriendo explotar de las múltiples emociones, por lo que decidí que tendría que poner al tanto a Anna, bien me vendría un consejo de su parte. Algo que me ayudara a encontrar lo que tenía que hacer, o decir, ya que mis soluciones eran nulas. Al llegar la vi frente a su escritorio, le envié un mensaje diciendo que la esperaba arriba, mire el reloj, todavía tenía tiempo antes de mi reunión con él.

Tus Ojos Brillan DiferenteWhere stories live. Discover now