Capítulo 1

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"Como si fuese un sueño"

Han pasado diez años desde que dejé la ciudad, demasiado tiempo para mis amigos y familia, poco tiempo para mí. Me alejé excusándome con mis estudios, "una mejor oportunidad para mi futuro" explicaba tontamente, era un joven de diecisiete años, quien vivía descuidadamente, sin valorar todo lo que tenía. Y no. No es arrepentimiento, es nostalgia y melancolía, la maldita melancolía que me acompaña todo el tiempo. Era de esperarse que me sintiera así, puesto que frente a mi tengo a muchas personas paseando... puede sonar extraño, pero desde joven iba a alguna cafetería, pedía algo y me quedaba horas mirando a las personas, imaginándome que sería de sus vidas. Quizá alguien me miraba así en este momento, ya que tan solo era un hombre con un par de maletas, y nadie a su lado.

Baje del avión y nadie me recibió, lo cual yo me busque porque no le dije a nadie que regresaría a Madrid. Tomé un taxi y sin pensarlo demasiado le pedí que me llevara a una cafetería en específico, un lugar entre restaurantes y tiendas con mucha gente. Al bajar del coche me percaté de lo mucho que extrañaba solo cargar una maleta ligera, traer dos era muy incómodo. Luego de tomarme mi tiempo en acoplarme en el café, pedí un té inglés y regrese a mi lugar en el fondo, saque mi laptop y revise la dirección del edificio donde comenzaría a trabajar, era muy cerca de mi ubicación así que probablemente iría caminando. Bebí de mi té, a la vez que una pareja se sentó frente a mí, ambos eran hombres, uno de ellos se recargo en el hombro del otro y se mantuvieron así un largo rato... no pude evitar no acordarme de él.

Cuando tenía apenas dieciséis años conocí a un chico muy alegre, a mis ojos era muy especial, me encantaba pasar tiempo con él, íbamos al mismo instituto, solo que en diferentes clases porque era menor que yo por dos años, nos habíamos conocido en un partido de fútbol... donde lo golpeé con el balón. Recuerdo su sonrisa tan amable, repetía "no te preocupes" mientras yo me disculpaba apenado, fue una conexión instantánea. El tipo de contacto visual que uno ve en las comedias románticas, ahora lo veía con más claridad, en ese entonces no entendía nada de lo que sucedía conmigo. Con el paso de los meses nos dimos cuenta de lo diferente que era nuestra relación, porque con otros compañeros era diferente, nosotros mismos nos portábamos de otra forma con nuestros amigos. Y honestamente puedo decir que es la etapa más difícil que he vivido, ya que ambos nos enfrentamos a batallas con nosotros mismos para aceptar que éramos homosexuales, y que nos gustábamos como locos. Además de que unos años si cambian las cosas, cuando estábamos juntos la sociedad tenía muchos más prejuicios, y la homosexualidad aún no era bien recibida... o al menos no como en la actualidad. Por suerte los dos nos confesamos el uno al otro, porque nos queríamos sinceramente, y un enamoramiento así de fuerte no pudimos evitarlo. Sin embargo, siempre nos ocultábamos de los demás, porque temíamos demasiado.

Sin duda los mire con envidia, en esta época era más fácil ser abiertos ya que más gente lo comprendía. Gracias a esos viejos prejuicios, yo me había cansado de vivir así y terminé con él de la forma más desastrosa posible. Era un crío sin consideración, fui cruel y hasta grosero... de solo recordarlo sentía mis lágrimas nacer. ¿Por qué lo hice? Sin que suene a excusa, porque no lo es, yo era muy ambicioso con mi futuro, y busqué entre muchas posibilidades irme a estudiar la universidad a otro país, lo cual logre. Termine con él dos días antes de montarme a un avión que me llevó a Nueva York. Después de eso viví en tantos sitios, trabaje en tantas cosas, pase la noche con personas que en mi vida volveré a ver, hice cosas que jamás imaginé.

Hasta que el destino o una coincidencia me trajeron de vuelta, los últimos tres años los pasé en Londres, conseguí un muy buen empleo en una desarrolladora de videojuegos, gracias a un profesor de la universidad, quien juro que mi talento era prometedor. Me recomendó con un amigo suyo en Londres, el cual me dio una oportunidad como practicante, la cual aproveché lo suficiente como para que mis avances de unos meses me dieran ascensos importantes. Luego de dos años era el jefe de una sección, tenía una muy buena relación con mis superiores, ellos me enseñaron más y más, por lo que transcendí a la zona más alta de aquella empresa. Mi profesor fue a visitarme una vez, dijo que de alguna forma yo debía pagarle, tenía toda la razón, por lo que me permitió ocuparme de algunas de sus acciones de la empresa. Siempre he dicho que gracias a él yo llevaba la vida que siempre busque. Dos meses antes de llegar aquí, fui llamado por el presidente el cual me pidió comer con él, acepté, y esa misma tarde me convenció de firmar un contrato para hacerme cargo de la sucursal de Madrid, la cual no tenía mucho de comenzar y necesitaba crecer deprisa.

Tus Ojos Brillan DiferenteWhere stories live. Discover now