El Brillo De Tus Ojos - Parte 1

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Esa mañana Guillermo despertó más que dispuesto a comenzar su día, no tenían ni dos días en la nueva casa, pero él estaba ilusionado con empezar de nuevo, un extraño optimismo lo inundaba. La noche anterior se había ido a la cama llorando, miro a través de la ventana en el techo, ya que había elegido la habitación que tenía el tejado, miro la tarde terminar y la noche comenzar. Pensó en todo eso que había vivido meses antes, su vida anterior, llena de rechazo y maltrato. Cosas que ahora pensaba dejar ir, gracias a que el nuevo trabajo de su padre había llegado en el mejor momento, justo cuando Guillermo sentía que faltaba poco para que explotara con alguno de sus compañeros en la escuela.

La ventana le gustaba, dejaba ver el cielo en gran plenitud, justo debajo se encontraba su cama, y en el resto del cuarto sus muebles decoraban el lugar con una gran distancia entre ellos, esa habitación era más grande que la anterior. Se levantó por fin, sintió la pesadez en su rostro, se sentía hinchado por tanto llorar. Entro al baño saliendo de su habitación, era prácticamente todo un nivel para él, soltó un suspiro en alivio cuando no escucho ruidos abajo.

Guillermo siempre había sido callado, le costaba encontrar confianza con los demás, por ello carecía de amigos, y por eso mismo es que era molestado en la escuela. Él nunca hablaba con los demás, sus calificaciones eran perfectas y cuando había descansos siempre sacaba un libro para leer. Quizá esa era la principal razón por la que era molestado, porque no hablaba con nadie.

Una vez conoció a una chica muy amable, quien le sonrió durante varios días, hasta que se acercó y le dio su nombre, se llamaba Andrea. La chica era dulce y extrovertida, tanto que asustaba a Guillermo, este no quiso acercarse a ella al inicio, pero la chica siempre encontraba la forma de hacerle una conversación, sin embargo, el tiempo la alejo. Guillermo alguna vez escucho rumores de que su madre había muerto, al poco tiempo ella desapareció. De eso habían pasado ya dos años, y hasta ese momento, Guillermo sentía como su estómago se revolvía de recordarla.

Porque se arrepentía de nunca haber sido capaz de pedirle su número, su dirección... lo que fuera para estar en contacto.

Termino de cepillar sus dientes y regreso a su habitación, miro alrededor, todavía había detalles que terminar. Abrió la primera caja, era su reloj, uno que su abuelo le había regalado antes de fallecer. Lo colgó junto a la puerta y continuó revisando, la mayoría de cosas eran posters y juguetes. Cosas que ya no quería.

Volvió a cerrar la caja, pero esta estaba siendo forzada, algo había acomodado mal, sacó las cosas de nuevo y un muñeco le lastimo un dedo —mierda —lo quitó y se quedó observando al pequeño 'Power Ranger' azul, una de sus manos estaba rota y eso lo había picado.

Pero eso no era lo importante, al fondo de la caja estaba otra cajita de cartón, él sabía el contenido de dicha caja, sintió escalofríos y la saco deprisa. La dejo sobre el nivel más alto de su librero, donde nadie pudiera verla, se aseguró de que no se cayera y regreso a cerrar la caja grande de cartón.

El desayuno familiar fue rápido, su padre quería llegar temprano al trabajo y él los dejaría en la escuela, su hermana era menor que él así que todavía no irían a la misma. Guillermo respondió las preguntas de su padre con una sonrisa, la cual quería que fuese sincera, el problema era que el contenido de la pequeña caja lo había dejado como la noche anterior.

Pensar en Andrea tampoco le ayudaba, sintió la pesadez en su estómago de nuevo, la pesadez de un primer día de clases. El cual no sería normal, ya que él se integraba después de tres semanas de clases, lo cual sería todavía peor —recuerda tener un buen día y hacer muchos amigos —dijo su padre con una sonrisa genuina.

—Gracias papá —se acercó a su hermana y despeino su fleco como le era costumbre, se bajó del auto y camino con temor hasta la entrada. Una vez piso dentro del edificio, supo que estaba solo de nuevo.

Tus Ojos Brillan DiferenteWhere stories live. Discover now