Cuando regresó al dormitorio de la cabaña, su primer pensamiento fue de sorpresa, al notar que los dedos de la mano de Franz se habían entrelazado con los suyos, a pesar de que las venas grises que cubrían una parte de su pecho seguían allí.
Luego su atención se centró en la presencia al otro lado de la cama y en la figura inconsciente de Tara en el suelo. Eva se incorporó en el lecho lentamente para observar al cazador a solo unos pasos, apuntándole con un revólver.
- Al fin te encuentro, cariño - dijo él - Me has dado más trabajo que todas estas bestias juntas. ¿Acaso estabas haciendo tu trabajito con este tipo? Sería en vano. Tengo muy buena puntería.
- ¿Quién te envió, Hunter?
- Ah, ¿me conoces? ¡Qué halagador!
- Solo conozco tu fama - respondió Eva, dándole a la expresión su debido tono despectivo - ¿Quién te envió detrás de mí?
- Soy un cazador de alma y corazón, querida. No necesito que nadie me mande de un lado a otro. Pero en esta oportunidad tienes razón. Ni el nuevo look ni el cambio de nombre te sirvieron de nada, aunque sí entorpecieron mi trabajado bastante. Un distinguido millonario adoraría tenerte en su colección. ¿Sabes las cosas que podrías lograr manipulando la mente de las personas?
- No puedo manipular la mente..., solo los sueños.
- Puedes ser Freddy Krugger, por lo que me importa. A él eso le parece suficiente. El dinero tiene un solo idioma y me pagó mucho en verdad para llevarte.
- ¿Qué hay de ellos? ¿Por qué los atacaste?
- ¿Ellos? ¿Estos salvajes...? Esto lo hice por gusto.
- Bien. César te mordió, ¿no es cierto? ¿Crees que será divertido dentro de un mes?
- Harías bien en cerrar la boca de una vez - replicó Hunter dejando de sonreír - Arreglaré eso en su momento. Ahora, aléjate del moribundo y ven aquí. Debemos irnos.
- ¿Qué te hace pensar que no preferiría que me dispararas antes que ir contigo?
- No me hagas perder la paciencia, Eva. Ya he desperdiciado demasiadas balas.
- ¿Porque temes que sus amigos aparezcan y te encuentren aún aquí?
El cazador dio dos grandes zancadas hacia ella, sujetándola del brazo con brusquedad, y sin aguardar más la sacó a rastras de la cama, llevándola consigo en dirección a la puerta. Pronto salieron de la habitación sin mirar atrás y sin percatarse de que las venas grises en el pecho de Franz habían comenzado a retroceder con rapidez.
***
Algunas nubes intentaban cubrir la luna de nuevo para cuando ambos salieron de la cabaña, internándose en el bosque, y Eva contempló a su alrededor, demasiado débil para luchar, preguntándose en dónde estarían los otros. La manada. Porque no podía creer que aún no hubieran dado con Hunter en su propio territorio. ¿Habrían perdido el rastro...?
Luego las palabras de Danny volvieron a su mente mientras Hunter la obligaba a detenerse y fue como escuchar su voz de nuevo allá en la posada, haciéndola comprender que él había tenido razón. No las había dicho como una amenaza, claro que no. Había sido una promesa.
"Créeme, podría encontrar tu rastro en cualquier parte ahora".
Quizás tenía la respuesta literalmente en sus manos. Eva se fijó en los ardientes puntitos rojos que en parte por los nervios y en parte por el miedo, Tara y su aguja le habían dejado en un dedo y comprendió cuál podría ser su salvación.
Hunter resoplaba y observaba las sombras entre los árboles, y volvió a tirar de ella al oír los aullidos cercanos, echando a andar en busca de la senda que los conduciría de regreso a la carretera principal, su arma siempre lista en una mano. Pero Eva sonreía a pesar de todo, y trató de recuperar el aliento y las fuerzas mientras susurraba:
- No ganarás... Ellos nacieron para esto.
Y antes de que Hunter pudiera sospechar de sus intenciones, la muchacha metió un pie entre los del hombre y lo hizo tropezar torpemente, cayendo al suelo y llevándola a rastras con él. Sin embargo, eso no le preocupaba. Eva ya había visto los singulares ojos del lobo negro asomándose desde las sombras de los arbustos y se apresuró a empujar a Hunter lejos de ella mientras gritaba:
- ¡Cuidado, aún tiene el arma!
Soltando una maldición, Hunter se volvió hacia la muchacha y la golpeó en el rostro, haciéndola abandonar sus repentinos intentos de huida, para poder centrar toda su atención en el animal. Pero los pasitos que pronto sonaron también a sus espaldas provocaron una ambigua sonrisa en Eva a pesar de que la negrura intentaba llevársela hacia la inconsciencia de nuevo. Porque le recordaron que él ya no estaba solo... y que aquella no era su primera noche de caza.
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Noche de caza
Loup-garouEva tenía un secreto y buscaba la forma de escapar del hombre que la perseguía implacable para obtenerlo. Su huída se verá interrumpida, sin embargo, cuando se vea obligada a ayudar a un grupo de amigos en el bosque. Su líder ha sido herido de grave...