—¿Papá? —pregunta, observo al señor Carlin y sí que es verdad, son bastante parecidos, a excepción de las canas del señor Alexander que se asoman a través de su cabello rubio, y las pequeñas arrugas alrededor de sus ojos verdes, tan claros como los de ella, a la edad de Alex ha de haber sido idéntico sólo que en masculino, ellos se observan sin decir una palabra.
—Señor Carlin, es un placer conocerlo en persona —tenía que desvanecer el incómodo silencio, él dirige su mirada hacia mí y sonríe, me acerco a él y extiendo mi mano, él hace lo mismo y la sacude, se ve bastante amable.
—El placer es mío señor Anderson —expresa.
—Oliver por favor —digo de manera amable, él asiente y ahora vuelve su mirada a Alex.
—¿Cómo estás, Alex? —pregunta, esbozando una agradable sonrisa hacia Alex.
—Bien —contesta ella, arqueando la comisura de sus labios pero la conozco bien y sé que es una sonrisa bastante fingida, más silencio incómodo y yo ya no sé que hacer.
—Es normal que Alex no le hable a nadie de la marca de vino que poseemos —añade finalmente, siento un gran alivio porque ya surgió un tema de plática, el aún observa a Alex, ¿Marca de vinos? De inmediato frunzo mi entrecejo.
—¿Poseen una marca de vino? —pregunto, intrigado. Esto es algo que Alex no me había dicho ni pensaba decirme. El señor Carlin asiente con la cabeza.
—Si me das tiempo Frank y yo podemos llevarte a recorrer el viñedo y pruebes nuestro vino.
Eso suena bien para comenzar a conocerlo, la verdad quiero comprender muchas cosas y escuchar su versión sobre lo que Alex dice de él ayudaría bastante, nunca sabes la verdad hasta que no escuchas de ambos.
—Eso sería estupendo, creo que me voy a emborrachar hoy —bromeo, y él ríe, aún tiene una dentadura perfecta como la de Alex, ya puedo sentir como la tensión se va esfumando.
—Todas las visitas que llegamos a tener aquí terminan ebrios —agrega, en ese preciso momento Frank baja rápidamente los escalones, tomando nuestras maletas.
—Señor Frank, no es necesario —me volteo y camino hacia él —yo puedo llevarlas —no puedo permitir que crean que los tendré como empleados.
—No sobrino, Walter y yo vamos a ayudarles.
—¿Walter? —interroga Alex, viendo a Frank con desconcierto.
—Y yo que creí que ibas a ser lesbiana —una voz a nuestro costado nos hace voltear a mirada en esa dirección, un joven delgado y bastante alto mira a Alex divertido, ¿Lesbiana?.
—¡TÚ! —Alex con una sonrisa mira al chico —necesitas una hamburguesa muchacho —me hace reír, casi olvido que no me ha contado nada sobre el viñedo, Walter la mira con toda seriedad y Alex corre hacia él y lo abraza, No me molesta ya que ha llamado a Frank "papá".
—Bueno Oliver, te contaré todas las veces que Alex casi me mata, desde un árbol, desde el segundo piso, desde estos escalones de aquí...
—Walter... —Alex lo mira, con esos sus ojos verdes enfurecidos.
—Yo de ti tengo cuidado —continúa. Creo que eso ya lo sé.
—Cuando Alex se enoja mejor desaparece —agrega el señor Frank, tirando de mi maleta sobre las ruedas que posee.
—Eso ya lo sé —añado, y la observo divertido. Lo que ellos no saben es que con un buen beso se calma.
—Pasen por favor. Supongo deben de estar cansados —habla el señor Carlin, extendiendo su mano en dirección al interior de la casa, tomo a Alex de la cintura y nos dirigimos hacia esa dirección, abro la puerta para que pase ella, seguido de ella el señor Carlin y luego yo cerrándola a mis espaldas.
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Casado con mi secretaria © (Borrador de la 1era edición - 2016)
RomanceEste libro se encuentra en físico gracias a Nova Casa Editorial y puedes encontrar los puntos de venta en un link en mi descripción. [DISPONIBLE SOLO LOS PRIMEROS CAPÍTULOS] Oliver Anderson, un millonario y apuesto joven de 25 años está a punto de p...