El silencio se hizo presente y mi cabeza daba vueltas como una locomotora, Clementina, Nico y Theo me estaban volviendo loca. Era desconcertante, yo había esperado a Theo por mucho tiempo y ahora lo único que sentía, era una total indiferencia. ¿Acaso era normal que Nico llegara como un huracán arrastrando todo a su paso?, lo conocía de un día, sin contar el día en que lo vi por primera vez. Mi cabeza estaba asustada por no decir que todo mi cuerpo, era completamente extraño que una persona pudiera provocar todo esto en mí; por otra parte mi lado sensato me decía que Theo era importante y que era el en quien debía pensar.—Ya sabes lo que pienso de Theo Vale—
Ella otra vez, era Clementina de nuevo, empecé a sentir los latidos de mi corazón a toda prisa. ¿Cómo era esto posible?, quería gritar de nuevo pero la idea de que esto fuera real comenzaba a desvanecerse, probablemente me estaba volviendo loca. Nada podía asegurar la presencia de Clementina y yo no quería parecer una chiflada en frente de Nico, así que me lo guardé y sofoqué una emoción que quería explotar dentro de mí. Por si, sí o por si no, le dije a Clementina con mis pensamientos que aguardara; en la privacidad de nuestra habitación podríamos conversar tranquilamente.
—Siento mucho interrumpirte Vale pero, llegamos —sonrió divertido —parece ser que alguien viene pensando mucho —escondí mi cara apenada; habíamos llegado a mi casa y automáticamente fruncí el ceño.
— ¿Cómo sabes que esta es mi casa? —pregunté extrañada confrontándolo.
—Realmente ¿Crees que tu casa es un misterio?, tenía la ligera idea de que en esta casa vivían las gemelas y no me equivoqué —su apariencia confiada y falta de delito me hizo entender que este pueblo era demasiado pequeño como para conocer todo con lujo de detalles.
—Tienes razón Nico, no es difícil saber dónde vivimos todos en este pueblo, solo me falta saber en dónde está tu casa —solté esperando una respuesta.
—Yo vivo en la orilla, pasando la salida, una casa que está a unos metros del pueblo y del camino.
—Creo que se en donde es —mentí —muchas gracias por traerme, la pasé muy bien esta tarde —bajé del coche sin querer hacerlo.
— ¿Recuerdas que mañana serás mi alumna? —por la ventanilla sonreía esperando una respuesta.
—Lo recuerdo muy bien; ahí estaré —caminé lentamente a la puerta, tal como una enamorada lo haría, entré a mi casa y cerré la puerta con mi espalda, me quedé como una tonta, sonriendo y pensando en él. Salí de mis pensamientos cuando mi papa abrió la puerta y me hice a un lado.
—Hola valentina —su apariencia denotaba cansancio y tristeza y la sonrisa que me dedicó se veía completamente falsa — ¿Cómo estás? —me abrazó buscando consuelo, él se veía mejor, pero sin duda la estaba pasando muy mal.
—Estoy bien papá —sonreí con ternura, tomé su mano y lo invité a la cocina; era tiempo de que todos volviéramos a compartir la cena.
Cuando todos estábamos en la cocina pretendiendo ser una familia sin Clementina, mi celular sonó mostrando el número de Theo; todo parecía apuntar que realmente tenía un interés, me retiré de la cocina para atender su llamada.
— ¿sí?
—Hola de nuevo, espero no ser imprudente esta vez —su voz se escuchaba confiada y segura, al parecer pensaba que yo estaba contenta de responder sus llamadas.
—Hola Theo, es un buen momento ahora, ¿que necesitas? —sin saber que decir me limité a dejar todo en sus manos.
—Lo único que necesito es saber cómo estas, he preguntado por ti muchas veces, Marie debe de estar cansada de mi —rió como si acabara de contar un chiste.
—Estoy bien Theo, te agradezco tu interés —debió parecer una despedida lo último que dije porque el rápidamente siguió.
—Quería saber si... —dudó y su seguridad parecía haberse esfumado por completo —bueno, no sé si sea buena hora pero, quiero verte —mi boca se abrió con sorpresa.
—No sé Theo, es muy tarde y me gustaría descansar.
—Si lo entiendo —dijo con desilusión — ¿podríamos hablar en la escuela?
—Claro —conteste desinteresada —mañana está bien.
—Entonces nos vemos mañana Vale —en él no se escuchaba bien, o al menos no me provocaba nada en absoluto, Vale en boca de Nico era diferente, muy diferente.
—Adiós —alcancé a escuchar algo mas pero yo ya había colgado. Regresé a la cocina y mi mamá estaba ahí, esperándome.
— ¿Quién era? —preguntó mientras limpiaba.
—Era Theo —mi madre volteó a verme pasmada, secó sus manos con una toalla y se sentó con una curiosidad que desbordaba.
—Entonces ¿era Theo con quien estabas en el bosque?
—No, estaba con Nico —mi sonrisa se formó casi de inmediato —el que vi en la cabaña ayer.
Pasé un largo tiempo hablando con ella, se veía fascinada cuando mencionaba a Nico y le conté todo excepto lo de Clementina, ella creería que había perdido la cabeza o en todo caso se volvería loca también y no quería dañarla. Recordé que Clementina y yo teníamos una cita o quizá, mi locura y yo.
Tomé un baño y me puse cómoda. Comencé a llamarla, me quedaba en completo silencio esperando una respuesta y al no obtenerla volvía a llamarla así hasta quedarme dormida.
—Dime que esto es real Clementina, no quiero estar loca —entre sollozos me recosté en sus piernas, mientras ella acariciaba mi cabello con delicadeza, estábamos en el bosque, en nuestro árbol como todas las tardes.
—No estás loca, esto es real, pero debe de ser un secreto entre tu, Nico y yo —me incorporé extrañada para verla de frente.
— ¿Nico puede saber? ¿Y qué pasa con mamá? Sabes que podemos confiar en ella ¿Cierto? —negó lentamente con su cabeza, mientras sonreía.
Ella no puede saber porque está en duelo Vale, así como tú, pero ella podría ser más débil y no queremos que recaiga —negué rápidamente con mi cabeza.
—Theo me llamó, creo que él está interesado en mi —frunció el ceño —estoy confundida Clemen ¿qué debo hacer?
—Haz lo que tengas que hacer —se limitó a contestar.
—¿Siempre va a ser así? ¿Siempre voy a escucharte? —Clementina parecía una muñeca, se veía más hermosa que nunca.
—Yo tengo algo por hacer, luego de eso me iré; Nico va a ayudarnos, debes confiar en él.
-¿Qué es lo que tienes que hacer? ¿Nico puede escucharte? ¿Por qué va a ayudarnos? No entiendo.
—Nico no puede escucharme, el nos ayudará sin saberlo siquiera, no debes de entender ahora, con el tiempo lo harás.
—Clementina, clementina ¿dónde estás? —el bosque se empezó a borrar y todo a mi alrededor ha destruirse, hasta quedar dentro de un lienzo blanco.
—Valentina, Valentina se hace tarde para ir a la escuela, debes apresurarte —abrí mis ojos y mi sueño lo recordaba perfectamente como ninguno otro.
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El bosque y yo
ÜbernatürlichesValentina acaba de perder a su hermana gemela y su vida esta destrozada. En busca de paz visita el bosque en el que pasaba tardes enteras junto a ella. A partir de ese momento ya nada volverá a ser lo mismo Valentina esta a punto de encontrar...