Aturdida golpeé mi cabeza con mis manos una y otra vez, esto tenía que ser un sueño del cual no podía despertar. Cerré fuertemente mis ojos, quizá cuando los abriera ella ya no estaría, corrí al baño guiándome con mis manos, como una completa tonta; lavé mi cara repetidas veces, me miré al espejo y pellizqué bruscamente mi mejilla, pero esto no era un sueño, era real, algo simplemente inaudito.
¿Qué haría ahora? La llevaría a todas partes conmigo, como siempre había sido; esto era maravilloso. Regresé a mi habitación solo para darme cuenta de que ella no se había ido, corrí las cortinas, "a los fantasmas no les gusta la luz" pensé. Y aunque era algo bueno e increíble no podía evitar sentir miedo.
-¿Vas a seguir ignorándome? – Escuché su voz y mi corazón se hizo presente en todo mi cuerpo, dando la espalda, mirando por la ventana, guardé silencio- ¿No lo puedes creer? – Negué rápidamente con mi cabeza – y cuando me escuchabas ¿si lo podías creer?
-Es por eso que me estoy volviendo loca – volteé bruscamente a verla y no se había movido de lugar - y ahora te haces presente ¿Qué es todo esto? – me sentía en una especie de juego. Un juego del cual no conocía las reglas.
-¿Quieres que me vaya? – cuestionó afligida.
-No, quiero que me respondas ¿Qué está pasando? – se incorporó para acercarse a mí y en un intento de tranquilizarme comencé retroceder, como si ella fuera un peligro.
-Ya te lo dije, ¿es que no escuchas? No puedo decirte todo – replicó enfadada, se cruzó de brazos y se detuvo a observar cómo me alejaba entrecerrando sus ojos.
Guardé silencio por unos segundos, no debía temer así que me detuve buscando controlar los latidos de mi corazón; realmente no iba a decirme nada y yo debía detener mi cuestionario. Entonces me resignaría a esperar y disfrutar de su presencia. Mi miedo no me había dejado pensar que esto era como un regalo, tener a mi hermana después de perderla, sin locura de por medio solo podía ser un regalo. Ahora estaría conmigo y con Nico, eso era lo que yo más deseaba, que lo conociera y habláramos de el por horas, despedirnos al dormir y comenzar el día juntas, como siempre había sido; todo esto era lo que más había deseado, el tiempo que ella estuvo... muerta. Solamente que ahora la tendría en secreto y yo podía guardar silencio encantada, siempre y cuando ella nunca se fuera.
-Valentina – se posó frente a mi frunciendo el ceño – las cosas no pueden ser como antes – ¿acaso había pensado en voz alta?
-¿Cómo sabes que eso es lo que yo quiero? ¿Puedes leer mis pensamientos? – me cruce de brazos inmediatamente.
-Si Vale, siempre ha sido así.
-¿Qué quieres decir? – mi privacidad se acababa de esfumar.
-Yo siempre pude leer tus pensamientos, ¿increíble no? – declaró sonriente – y aun puedo hacerlo, y no, no voy a conocer a Nico, tus paseos en el bosque tendrán que ser como las últimas veces... sin mí.
-¿Por qué? ¿Por qué no puedes ir al bosque conmigo? Y ¿Por qué nunca me dijiste que podías leer mis pensamientos? – las dudas que tenía golpeaban bruscamente en mi cabeza, tanto que comenzaron a provocar dolor.
-Nico no debe saber que puedes verme, no puede saberlo y ya, no preguntes más por favor. Puedo saber lo qué piensas desde que teníamos ocho años y no quise alarmarte, tampoco quería que supieras que jamás tendrías esa privacidad que dices acaba de esfumarse, aunque en realidad se esfumó hace mucho tiempo.
Impresionada me tiré a la cama, ¿cómo es que todo este tiempo ella había sabido hasta mis más obscuros secretos? Mis pensamientos nunca estuvieron a salvo y sentía vergüenza, mucha vergüenza. Escondí mi cara entre mis piernas al recordar los más tontos pensamientos que yo aseguraba se encontraban solamente en mi cabeza. Intenté recordar todas las cosas que había pensado solo para darme cuenta que, horribles pensamientos que algunas veces tuve, ella los sabia, sentí mi rostro arder, rabia, tristeza, decepción, todo al mismo tiempo.
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El bosque y yo
ParanormalValentina acaba de perder a su hermana gemela y su vida esta destrozada. En busca de paz visita el bosque en el que pasaba tardes enteras junto a ella. A partir de ese momento ya nada volverá a ser lo mismo Valentina esta a punto de encontrar...