—La muerte no es tan mala después de todo—comenzo a platicar su historia y yo ansiosa a morder mis uñas—Cuando mueres instintivamente sientes miedo, renuencia y un sinfín de sentimientos, yo los sentí todos a la vez pero, reaccionar de esta forma ante algo desconocido es completamente normal, aunque esto lo entendí hace algunos días, justo cuando acepté que estaba muerta y que eso, lamentablemente ya nunca cambiaria.
Creí que estaba soñando, que pronto despertaría de la horrible pesadilla sintiéndome aliviada, así como en varias ocasiones había ocurrido, pero por más que intentaba no lograba despertar. Podía ver como mi cuerpo inerte yacía enseguida de otro, en una cama repleta de sangre, una imagen aterradora que con toda la fuerza que tenía quería dejar de contemplar, pero no podía, estaba pasmada, no podía dejar de mirar, solo quería despertar inmediatamente, pero no podía hacerlo.
La llegada de cuatro policías me sacó del trance en el que estaba. El primero dirigía a los demás para no acercarse demasiado, para no tocar nada en absoluto y para inspeccionar toda la habitación en busca del asesino, el cual ya no encontrarían. Yo, como si hubiera olvidado que era una muerta, intenté hablar, contarles todo lo que había ocurrido pero, ellos no escuchaban ni una sola palabra. Uno de los policías se acercó a mi ensangrentado cuerpo, observó durante algunos segundos para luego santiguarse con cierta compasión, meneó la cabeza con desapruebo, "¿Quién te hizo esto?" pensó. Fue en este momento cuando descubrí que yo podía escuchar los pensamientos de las personas, pero ellos no podían escucharme a mí. Así que quizá ya no servía de nada seguir torturándome, no quería estar ahí, pero no había un pasillo y mucho menos una luz al final de este, ¿A dónde tenía que ir? ¿Qué tenía que hacer? Salí de la habitación dando desorientados pasos, de un lado a otro, con la mirada perdida. No puedo explicar que era exactamente lo que yo sentía, porque no sentía nada, todo había muerto o al menos era lo que yo creía.
Al salir del aquel lugar me di cuenta que no recordaba lo que estaba haciendo ahí, o como había llegado. Luces azules y rojas me cegaban, intentaba encontrar a alguien o algo que me ayudara, ¿iba a despertar o no? ¿Tenía que buscar un túnel? Sentí unas ganas terribles de llorar, pero no salían lágrimas de mis ojos. Me alejé de aquella horrenda escena, caminando sin rumbo, sin pensar, sin sentir —Lágrimas comenzaron a resbalar por sus mejillas mientras contaba su increíble historia.
—No quería interrumpir pero, justo en este momento estas llorando y mencionaste que no podías hacerlo.
—Puedo hacerlo porque estoy aquí, contigo. Mi historia te conmueve, por lo tanto tus sentimientos los compartes conmigo sin darte cuenta—puse una cara de confusión, ¿yo compartiendo mis sentimientos con ella? ¿Cómo podía hacer eso? —Voy a contarte acerca de eso en un momento—ella parecía ser buena, era increíble que estuviera provocándome una profunda tristeza, aun sabiendo que ella me haría vivir lo mismo en pocos minutos.
—Pasó el tiempo mientras yo vagaba por todos lados, sin saber que hacer o a donde ir. No había visto a mi familia desde que había muerto, porque no quería ver el sufrimiento que yo les había provocado, así que simplemente me aislé, pero llegó el momento en que no podía estar más tiempo sola, extrañaba cualquier contacto, extrañaba dormir, comer, extrañaba estar viva así que, me dirigí a mi casa para ver a mi familia. Había perdido la noción del tiempo y de eso me di cuenta cuando llegué, al ver que mis papas continuaban con su vida, aunque denotaban tristeza, había pasado algo de tiempo, ellos lo demostraban. Me recosté junto a mis padres que estaban a punto de dormir, no me sentían, no me escuchaban. Me quedé a contemplarlos mientras dormían y ese día me llevé una increíble y maravillosa sorpresa, me había quedado dormida, ¿Cómo lo había hecho? Desperté en la cama de mis padres y ellos ya no estaban ahí, ni si quiera había sentido cuando habían salido de casa. Empecé a reír como una loca, me sentía feliz y ya no estaba cansada. Después de ese día aprendí que mientras estuviera con ellos yo podía dormir también, poco a poco fui descubriendo más cosas, como sentarme con ellos a la mesa y sentir hambre, esperar a que salieran de la cocina para luego disponerme a comer. Estar con ellos me hizo sentir como si estuviera viva y por esa razón estuve mucho tiempo siguiéndolos a todos los lugares que iban, haciendo todo lo que ellos hacían pero, después pasó algo que me desconcertó.
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El bosque y yo
ParanormalValentina acaba de perder a su hermana gemela y su vida esta destrozada. En busca de paz visita el bosque en el que pasaba tardes enteras junto a ella. A partir de ese momento ya nada volverá a ser lo mismo Valentina esta a punto de encontrar...