Como pude salí de mi habitación, echando un vistazo a mí alrededor solo para asegurarme de que nadie me veía. Sobé mis manos contra mi pantalón para secar el sudor frio que emanaban. Con pasos lentos caminé a la salida luego de sacarme los zapatos para no hacer ruido.
El miedo que esa mujer había sembrado en mi habitación y en mí, me había dejado un frio que congelaba. Recorrí el largo y obscuro pasillo encogiendo mi espalda ante la sensación de que alguien me seguía. Abrí la puerta con sumo cuidado para no hacer ruido y alcancé a ver a Nico de brazos cruzados, caminando de un lado a otro demostrando su impaciencia, al verme corrió discretamente hacia mí, corrí para encontrarnos en un cálido abrazo, mi corazón comenzó a tranquilizarse cuando me llené de su aroma, sentía sus pectorales en mis mejillas y sus grandes brazos alrededor mío me hacían sentir protegida, nada podría pasarme mientras él estuviera conmigo, al menos eso era lo que creía mi ilusa mente enamorada y me encantaba esa sensación.
Mis lágrimas mojaban su camisa y el, en completo silencio acariciaba mi cabello, presionando mi espalda para mantenerme junto a él ¿Cómo era posible que me llenara de calma casi de inmediato?
Escuchaba su corazón acelerado al mismo tiempo que el recargaba su barbilla en mi cabeza, ahora mi corazón estaba latiendo rápido pero ya no era por miedo, ahora la razón era su acogedor abrazo. El temor se había esfumado y la emoción se alojó en su lugar.
Mis lágrimas comenzaron a cesar y Nico que parecía haberse percatado de ello dejó una corta distancia entre ambos, tomando mi mentón, mirándome a los ojos. Yo tratando de sosegar mi agitada respiración, no pude evitar sonreír ante su hermosa mirada.
─ ¿Qué está pasando Valentina? ¿Por qué el llanto?─rompió el silencio con un tono de voz que parecía ser una relajante melodía para mis oídos tanto, que pasó por mi cabeza la idea de responder que todo estaba en calma, pero cuando él se fuera, la calma también me abandonaría.
─Me están sucediendo cosas... ─aclaré mi garganta mientras pensaba en cómo iba a explicar todo ─cosas extrañas.
─Exactamente ¿Qué cosas extrañas?
El suelo estaba frio y algunas piedras se incrustaban en mis pies, un aroma a humedad, indicaba que pronto llovería, era lo que faltaba para hacer más tenebrosa esta noche; no quería quedarme sola, el miedo me inundaba.
Respiré hondo antes de empezar con toda mi explicación. Todo acerca de esa horrorosa mujer que estaba espantándome desde que había subido al autobús. Nico me escuchaba con atención, estaba preocupado, era imposible no darse cuenta.
─Ella estuvo aquí hace unos minutos, quiere que me vaya y amenazó con asegurarse de que lo haga, ya sabes, en caso de que no obedezca. No sé a dónde ir y tampoco sé porque tengo que hacerlo. No puede llegar de la nada a indicarme lo que tengo que hacer; simplemente desaparecer, es ridículo.
─Ven conmigo a la cabaña ─ofreció tomándome de las manos, con un brillo en su mirada que iluminó todo su rostro ─El bosque esta fuera del pueblo, probablemente eso solucione el problema de la mujer.
─ ¿Qué voy a decirle a mi mamá? Ella no va a permitir que yo vaya contigo a ninguna parte, nada de lo que le diga funcionará.
─Entonces vámonos ahora, sube al auto y escapemos. Es por tu bien Valentina.
─No puedo hacerlo ─no quería causarle un disgusto a mi familia, no lo merecían.
─Hazlo Valentina─
─ ¡Clementina! ─exclamé feliz ─no puedo irme ¿Tú me entiendes?
─Seré Valentina por unos días─
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El bosque y yo
ParanormalValentina acaba de perder a su hermana gemela y su vida esta destrozada. En busca de paz visita el bosque en el que pasaba tardes enteras junto a ella. A partir de ese momento ya nada volverá a ser lo mismo Valentina esta a punto de encontrar...