La tarde pasaba mientras mi función era ser su asistente. Él trabajaba y yo llevaba a sus manos la herramienta que necesitaba, era sin duda una tarde entretenida y muy divertida. Nicolás sonreía en todo momento y nuestra conversación no tenía fin.
Yo siempre había sido muy introvertida, pero mi timidez no tenía lugar en este momento, sentía que podía ser yo misma, Nicolás sacaba muchas sonrisas de mi rostro y este momento no podía ser aburrido.
Clementina y yo solíamos pasar tardes con amigos, pero ella tenía siempre las palabras en su boca, yo siempre fui de las que se burlaba de los chistes no era para nada de las que los hacían, pero con Nico era diferente, una parte de mí se sorprendió al sentirme chistosa por una tarde.
Ver a Nico trabajar, aparte de ser entretenido, era impresionante, el sabia muchas cosas y la cabaña la había construido el mismo. Tenía mucha paciencia y todo le estaba quedando perfecto.
—Creo que me vendrían bien unas clases de construcción —dije divertida mientras le alcanzaba un martillo, el sonrió dejando en evidencia su blanca dentadura.
—Mañana podrías venir conmigo de nuevo —martillaba mientras detenía un clavo con su boca —si quieres te puedo enseñar a poner ventanas —rió un poco.
Las ventanas eran necesarias ya que mencionó que las necesitaba cuando un poco de viento hizo bailar sus cosas.
Me encargué de limpiar los vidrios de su portarretrato, y lo puse sobre un trozo de madera que le sugerí clavar a la pared en modo de repisa.Nos sentamos a descansar cuando el sol comenzaba a ocultarse, Nico sacó unos sándwiches y me ofreció uno.
—El refresco tendremos que compartirlo ya que no esperaba visita —dijo contento mientras lo ponía en el centro a disposición de los dos —claro, siempre y cuando no te moleste —agregó preocupado, negué con mi cabeza y le dediqué una sonrisa.
Mientras comíamos la charla no terminaba. Habíamos platicado sobre su familia un poco, sobre su relación con Lisa, sobre sus estudios y también de Clementina el cual había sido el tema más largo.
Nico siempre se mostró atento a lo que yo decía y hacía, mostrando un lindo interés que lo hacía ver muy educado. Cuando el silencio se hizo presente, yo empecé a sobar mis piernas con mis manos, el bosque se había puesto fresco y la noche había llegado.
El timbre de mi celular rompió el silencio y nos hizo movernos de nuestros lugares, mi madre estaba preocupada y su llamada, que era para asegurarse de que todo estuviera bien, se alargó cuando mencione que estaba en el bosque y dije que tenía compañía para que no se preocupara, ella soltó una pequeña risa de emoción y sus preguntas, "¿estas con él?, ¿Qué te está diciendo? Cuéntame todo, ¿es guapo?" salieron como un grito y me hicieron dudar sobre si Nico había escuchado algo. El fumaba un cigarrillo mientras contemplaba los resultados de su trabajo.
—Vale, no creo que sea buena idea que tu mama esté preocupada, creo que es hora de irnos —asentí mientras me inclinaba por mis cosas.
Este pueblo incluyendo el bosque siempre habían sido muy seguros, no existía la maldad y tampoco la inseguridad, así que pasar la tarde o la noche por el bosque era un privilegio que no todos tenían.
Nicolás puso en orden toda la herramienta que había usado esa tarde y me tomó por sorpresa cuando puso una chaqueta sobre mis hombros y yo escondí mi rostro apenada.
—No es necesario, de verdad —mientras intentaba quitármela Nico luchó para que no lo hiciera.
—La noche está muy fresca Valentina, deberías dejártela.
Se ofreció a llevarme y subí a su coche contenta y con cuidado, su aroma se hizo presente de nuevo, la plática comenzó sin fin una vez más. La música que escuchaba, su forma de vestir, su cabello, su educación, ¡Dios! Nico iba a terminar por sacarme el corazón del pecho. Mientras manejaba le echaba unas miradas, contemplándolo en secreto, muchas sonrisas se mantuvieron escondidas. Clementina se asomaba en mi cabeza, ella me había hablado y no sabía cómo hacer para escucharla de nuevo, me hubiera encantado que ella estuviera aquí y escuchar lo que tendría para decirme acerca de Nico, tal como lo hacía con Theo, el cual nunca fue de su agrado pero en fin ella decía que eso era mi decisión. El timbre de mi celular detuvo nuestra platica, un número desconocido me hizo dudar en atender, pero al fin respondí.
— ¿Hola?
—Hola Valentina, ¿Cómo estás? — ¡Por Dios! Esa era la voz que había esperado escuchar por mucho tiempo, pero ahora, ahora no había nada que yo quisiera decir, no quería hablar con él y menos con Nico a un lado de mí.
—Estoy bien —alcancé a decir sin importarme lo que pudiera contestar a eso.
—¿Sabes quién habla? —preguntó con emoción como si esperara que yo brincara de felicidad.
—Si, lo sé —respondí con desinterés, no iba a mencionar su nombre, no enfrente de Nico.
—Dime quien soy Valentina —insistió divertido.
—Podrías llamar después, ahora no es un buen momento —solté un tanto avergonzada.
—Claro, te llamaré en una hora —colgó.
Theo nunca me había hablado, solo me había dado los buenos días una vez, sabía mi nombre porque íbamos en el mismo salón, pero era extraño que el me hablara y no me provocara la emocion que yo tanto tiempo esperé, solo desconcierto y preocupación. Definitivamente solo había sido inoportuno.
—Por mí no te detengas —el mantenía su mirada al frente —no quiero que sientas que me meto en tus asuntos.
—No es eso confesé —definitivamente no era eso. Me limité a dar explicaciones, no quería darle importancia.
El me dedicó una sonrisa y puso rápidamente su mirada en el camino.
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El bosque y yo
ParanormalValentina acaba de perder a su hermana gemela y su vida esta destrozada. En busca de paz visita el bosque en el que pasaba tardes enteras junto a ella. A partir de ese momento ya nada volverá a ser lo mismo Valentina esta a punto de encontrar...