Capítulo 3

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 En cuanto llego a mi casa es demasiado tarde, probablemente Sophie debe estar durmiendo, así que le envío un mensaje a Clara para decirle que mañana a primera hora iré a visitarla.

Tomo una larga y relajante ducha para luego hundirme en mi nueva cama inversa en mis propios pensamientos.

Tomo mi celular y veo que hace 3 días que no le escribo a Lolo... dios estoy completamente tentada a hacerlo, pero debo hacerle caso a Shaun, lo mejor es dejar que ella tome la iniciativa. Aunque me vuelva loca de solo pensar que no va a hacerlo.

Terca y caprichosa.

Pero la amo y si sigo sin saber de ella voy a morir de tristeza.

¡Basta Camila! ¡Tienes una hija en la cual pensar!¡ Y ya le hiciste demasiado en su corta vida como para no tenerla en cuenta!!

Debo definir mi vida de una vez por todas, si Lauren no decide regresar, nada cambiará, seguiré aquí, continuaré con mis trabajos y enfrentaré a mi padre en cuanto haga su aparición, probablemente no tardará demasiado.

Continuar con mi vida y proteger a Sophie, es mi nueva meta.

Como era de esperar, me despierto de madrugada luego de un precioso sueño de mi pasado. Aun es temprano para ir a visitar a mis vecinas, así que decido salir a correr y de paso recorrer lo poco que recuerdo del barrio.

Alrededor de 45 min después, regreso para tomar una rápida ducha antes de llevar a mi hija a la guardería.

Aunque estoy completamente tentada a tenerla conmigo durante el resto del día.

En cuanto llego mi pequeña me recibe con los brazos abiertos mientras la lleno de cosquillas y besos. Paso la tarde con Sophie mientras Clara trabaja. Y en cuanto regresa la invito a cenar a mi casa para contarle todas mis novedades.

- ¡Tenias muy bien escondido el secreto que eras muy buena cocinera!!

- La realidad es que no había tenido que hacerlo hasta hace un tiempo. Pero recuerdo mucho de los tips que me dabas cuando con Lauren cuando queríamos hacernos las adultas.

- ¡¡Lo recuerdo, pobre de mi cocina en esos días!! – exclama riendo.

- Los mismos que va a hacer tu nieta en cuanto tenga edad

- ¡Así es, y serán muy bien recibidos! – dice mirando a Sophie que juega en medio de nosotras – Esta pequeña trajo consigo mucha felicidad.

Asiento acariciando los rulos de mi hija.

¡Sí que lo hizo! ¡Aun recuerdo mi ataque de nervios cuando vi las dos rayitas de positivo en el test de embarazo! Uno entre tantos. Aun no sabía que iba a hacer, quería pero tenía miedo, ni si estaba lista para criar a un precioso ser que salga de mis entrañas. Pero fui feliz. Lo soy con tan solo respirar su olorcito a colonia de bebé todos los días. Estuve sin ello un tiempo, pero ya no más.

En cuanto terminamos el café, Sophie se encuentra dormida en mi pecho.

- Debería llevarla a dormir – me susurra Clara señalando a Sophie.

- Si – le contesto de igual forma – vamos, la dejaré en su cama.

- Puedo cargarla.

Eso es obvio, Sophie duerme igual que Lauren, no hay nada que pueda despertarla una vez que se durmió.

- Lo sé – digo sonriendo – pero quiero retrasar la despedida.

Rodeamos mi entrada y nos paramos en su puerta mientras espero a que abra.

Aunque no me sorprender nota que esta sin llave.

- Clara ¿es mucho pedir que sierres con llave? – le susurro en cuanto ella entra.

¡Lima- Ohio es un lugar tranquilo, pero uno nunca sabe!

El ruido de la llave y el bolso de Clara al piso me interrumpen mis pensamientos.

- ¡¡¡Lauren!!! – se escucha gritar a Clara mientras corre hacia ella.

Levanto la vista y la veo parada en medio del salón con su mirada fija en Sophie, a quien de repente abrazo fuertemente contra mi pecho. Probablemente hubiese caído del culo al piso si no estuviese conmigo.

Mi corazón completamente acelerado no me deja pensar.

Lauren está aquí, frente a mí y mis músculos no responden.

Está preciosa.

Quiero correr, abrazarla, decirle todo lo que la extrañe. Quiero gritarle por haberse ido, por no responder mis mensajes. Por ser tan cabezota e irse sin darme una oportunidad.

Pero no puedo.

- ¡¡Mi pequeña!! ¿¿Pero cuando regresaste??

- Hace unos minutos, mama – dice besando su frente.

- ¡Por dios! Qué alegría! Camilita! – dice girándose – ¡¡¡mira quien está aquí!! – exclama feliz.

Lauren finalmente posa su dulce mirada en mí.

Eso es suficiente para partirme al medio.


Recuerdos de nuestra última discusión vienen a mi mente como si hubiesen sido hace apenas unos segundos.

Su mirada de decepción, sus reproches, su sinceridad al decirme que era igual a mi padre.

Absolutamente todo. Duele tanto como dolió en ese momento.

Ninguna de las dos dice nada, solo nos miramos.

Mi corazón aun desbocado y mi respiración agitándose cada vez mas.

¡Demonios!

¡Otro ataque no!!

No puedo mostrarme de esa forma otra vez.

- Me alegro que hayas vuelto – digo luego de aclarar mi garganta – Solo... solo ayudaba a Clara a acostar a Sophie, pero quizá querías hacerlo tú. – me acerco a Clara y le paso a mi pequeña dejando un dulce beso en su cabeza.

Toso levemente y rezo a todos los santos para que pase desapercibido.

- Que tengan buenas noches. Gracias por la cena

- Gracias a ti, pequeña – me despide Clara.

En cuanto cruzo la puerta corro hacia mi casa y busco mi broncodilatador finalmente dejando caer mi cuerpo de espaldas contra la pared.

Creí que iba a poder con esto, sentía que estaba haciendo lo correcto. Pero esa mirada de Lauren no creo poder soportarla.

Es simplemente la nada misma. Como si yo fuese una completa extraña, cuando lo que más deseo es que vuelva a mirarme y a quererme de la misma forma que yo a ella.

Como el gran amor de mi vida.

Me despierta el sonido del timbre. Busco mi reloj 7.47 AM.

¿En serio?

Dormí apenas unas dos horas, claramente no podía pegar un ojo pesando en que Lauren se encontraba a apenas unos metros.

El timbre y la puerta vuelven a sonar.

¿Quién demonios es tan temprano?

Me pongo mi albornoz y corro a atender.

- Cariño, tu cara no es la mejor

- Estaba durmiendo, Shaun. ¿Que esperabas?

- No lo sé, ¿las modelos no están perfectas siempre?

- ¡Ya déjala!
– me defiende Robert cerrando al puerta tras el

- ¿A que se debe su adorable y temprana visita? – pregunto mientras me hundo en mi sillón.

- Imaginamos que podrías necesitarnos.

- Demonios, ¿ya lo saben?

- Hable con Clara anoche...

- ¡Dios! ¡Lauren tiene razón! ¡Son terribles juntos!

- ¡A juzgar por tu aspecto creo que no nos equivocamos en venir!

- ¿Tanto se me nota?
– pregunto resignada.

- Anda, ve a preparar café y nos cuentas todo.

- Así que nada fue como esperabas, ¿verdad?

- ¡Dios, no! Lo imaginé muchas veces en mi mente, lo soñé incluso, pero me tomo por sorpresa encontrármela allí. ¡Ella ni siquiera me hablo! Así que simplemente me fui.


-¿ Y que vas a hacer ahora? – pregunta un Robert afligido mientras toma mi mano libre.

- No voy a forzarla. Pero necesito hablarle, hay muchas cosas que tengo que decirle, aunque sea por última vez – digo muy a mi pesar – ¿Y que piensas hacer tú?

- Bueno en unos cuantos minutos más debe ir al estudio, ¡esa zorra va a escucharme! ¡Aunque la haya extrañado horrores debe saber que no puede desaparecer así y menos dejarme con la palabra en la boca! ¡Puedo asegurarte que se lo haré saber!

- No me quedan dudas
– digo riendo.

- ¿Aun vendrás a mi cumpleaños verdad?

- ¡Ya dije que si!

- ¡Genial! ¡Porque será fiesta de disfraces! ¡Muero por verte en el disfraz de la Reyna de corazones!

- ¿En serio? ¿Justo yo?¡ No sabía que el cumpleañero decida los disfraces de todos!

- No, solo los de ustedes. Y la temática será el amor, así que debes vestirte acorde a la situación. ¡¡Eres modelo!! ¡¡No puedes negarme eso! – exclama haciendo puchero.

Dios está completamente loco!

Pero lo quiero tanto... 

Take me home- camren  (parte 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora