Capítulo 9

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 - Tardaste demasiado! – me reprocha

-¡ Me estaba despidiendo! ¿Acaso se invirtieron los roles?

- No... - cambia el peso de pie
– creí que te habías arrepentido.

No nena. ¡No hay lugar para arrepentimientos!

Pero me gusta verla así.

Sonrío y me acerco a darle un beso.

-¿ Vamos? – le ofrezco mi mano

Ella la toma y me devuelve la sonrisa.

- ¿Vamos a ir andando?

- ¡Por supuesto! No nos vendría mal un paseo, además la luna está preciosa, es mi último tiempo contigo y voy a disfrutarlo a mi manera.

- ¿Así vestida? –

La miro sin dejar de caminar.

- Te ves preciosa de todas las formas y maneras posibles...

- ¿Las alabanzas son parte del trato?

- ¡Por supuesto que no! Creo decírtelo cada minuto que paso contigo.

- Bueno hoy te dije que me gustaba tu vestido...
– deja la frase sin terminar.

- Y yo iba a decírtelo – me freno a mirarla – pero no quería complicar más las cosas. Ahora... el trato es el siguiente, me darás estas 24 horas para disfrutar de ti, y luego te dejare marcharte. No hay reproches, ni charlas que incomoden a ninguna. Simplemente seremos la Lauren y Camila de siempre,¿ esta bien?

- ¿Una Camila sin reproches? ¡Me gustara ver eso!

- Mas te gustaran las cosas que tengo pensadas para ti
– sigo caminando mientras tiro de ella para que me siga.

Mi casa queda solo a unas pocas cuadras de la casa de Robert, pero intencionalmente tomo el camino más largo, frenándonos de vez en cuando por las quejas de Lauren hacia sus zapatos, simplemente la beso y sigo tirando de ella para finalmente llegar a destino.

- ¿Ni siquiera me vas a dejar ir por algo de ropa? – pregunta mientras rebusco la llave en mi cartera.

- No será la primera vez que uses la mía.

- Bueno podría ver como esta Sophie también...


- Ella está bien. Y si vas tú, probablemente quiera ir a verla yo también y no querrás que tu madre se entere ¿o sí?

- Shaun se lo contará de todo modos
– se encoje de hombros.

Reímos mientras abro la puerta.

Al ingresar pateo la correspondencia.

Es extraño, pocas personas tienen la dirección de mi casa.

- Mierda – murmura Lauren detrás de mí.

Los levanto mientras los observo uno por uno y me giro a mirarla.

- Camz lo siento – dice apenada - los deje aquí antes de irme. ¡Lo había olvidado por completo!

- El permiso de Sophie y... ¿la solicitud de divorcio?

- La pedí hace un tiempo, creí que teníamos que dejar las cosas claras antes de irme... - se
remueve incomoda.

Suelto el aire que estaba reteniendo.

Mierda esto es malditamente difícil.

- Camz...

- Está bien... estoy bien – dejo los papeles sobre la mesa e intento recomponerme– no tenemos que hablar de eso ahora. ¿Quieres algo para beber?

- Camila...

- 24 horas Lauren, no lo olvides...

Asiente y se acerca a mí. Me toma de la nuca y comienza a besarme.

- Quiero beber de ti – me dice sobre mis labios mientras me arrastra con ella hacia el sillón- dios, te necesito tanto – me susurra.

- Estoy aquí.

Vuelvo a besarla mientras su lengua invade mi boca recorriendo cada rincón.

Bajo la cara hasta su cuello y me embriago con su olor.

Me vuelve completamente loca!

Creo un camino de besos y lengüetazos entre su cuello y su mandíbula mientras ella intenta deshacerse del nudo de mi corsé.

- Tranquila –
le digo volviendo a su boca para hacer lo que la vuelve loca.
Tomo su labio inferior entre los míos y tiro lentamente de el sin quitarle los ojos de encima.

- Date prisa. – dice dándome un beso.

- No voy a hacerte el amor en este sillón como cuando éramos adolescentes.

- Te trae muchos recuerdos,¿verdad?

- Demasiados. Pero estaré contigo en una cama, como nuestra primera vez.


Vuelvo a besarla y me paro arrastrándola conmigo para llevarla hacia mi habitación.

La primera y la última vez en el mismo lugar.

Aun recuerdo cuando aprovechamos un viaje de mi abuela para tener nuestro primer encuentro intimo aquí.

Mi abuela adoraba a Lauren, pero si se hubiese enterado de lo que habíamos hecho en su casa con tan solo 16 años probablemente no hubiese torturado de por vida.

- Tengo muchos recuerdos de esta casa – comenta Lauren entrando a la habitación conmigo abrazada a su espalda.

- Estaba pensando en uno en particular.

- ¿Nuestra primera vez?
– se gira sin romper el abrazo.

Asiento pegándome más a ella.

- ¡Fue un desastre! – se ríe.

Es verdad, ninguna sabía exactamente qué hacer.

- Fue contigo, es lo importante.

- Eres hermosa... no puedo creer como no funcionó 
– dice apenada.

- Quizá tendrá que ser así...

''Dile que la quieres contigo idiota!!!

- Quizá... - dice con una extraña voz – pero no hablaremos de eso, ¿verdad? – pregunta recomponiéndose.

- Nunca nos hizo falta hablar – digo acercándome a sus labios, los tiene medio abiertos y succiono su labio inferior.

Inmediatamente enrosca sus brazos en mi cuello mientras la llevo hacia la cama, nuestros pasos van a pares aún con tacones sigo siendo más pequeña que ella,sus caricias en mi nuca me están quemando.

Le recorro la espalda en busca del cierre de su vestido pero no tengo éxito.

- ¿Donde demonios está? – pregunto sobre sus labios.

Ella se ríe y guía mis manos hacia su costado donde casi un inexistente cierre se oculta bajo la tela.

Lo bajo y sin romper el beso corro la tela de sus hombros para que caiga por su cuerpo.

Lleva un camisón y unas bragas a juego.

La vuelvo a abrazar pegada a mí besando toda su piel expuesta, embriagándome con ese olor que tanto voy a extrañar.

- ¿Estas segura de esto? – pregunta en un tono apenas audible.

- Tan segura como de todo lo que te amo – contesto sin vacilar.

No espero respuesta, continúo mis caricias, disfrutándola plenamente por ultima vez.

- Amo tu corsé pero por favor, quítatelo. Me muero por tocarte
– susurra con su voz ronca.

Me llevo las manos a la espalda mientras ataco su cuello e intento aflojar mi ajustado vestido.

Maldigo mentalmente a Shaun por hacerme poner todo esto.

Nos reímos por nuestras torpezas mientras continuamos con las caricias.

En cuanto me libero, quedo frente a ella solo en ropa interior.

Me besa entre los pechos y desabrocha mi sostén.

- Hermosa – dice antes de llevarse mi pecho a su boca y deleitarme con su lengua provocándome un gemido ante su acto.

Le bajo sus tirantes besando su hombro hasta que queda expuesta a mi solo con sus pequeñas bragas.

Muero por probarla.

Ataco su boca mientras masajeo su pecho, poso una mano en la parte baja de su cintura llevándola hacia atrás hasta recostarla suavemente sobre la cama

Desciendo besando todo a mi camino llevándome sus bragas conmigo.

Abro sus piernas y sin perder mi contacto con sus ojos paso mi lengua por su sexo.

Ambas gemimos audiblemente.

La beso, chupo, muerdo y me deleito con su foco de placer hasta absorber cada gota del orgasmo que acabo de arrancarle.

De un suave beso en su sexo y asiendo para atacar sus pechos mientras se recupera de su liberación.

- Vas a matarme – dice con su respiración aun agitada.

Sonrío y toma mi nuca para atraerme hacia sus labios. De repente estoy de espaldas y ella sobre mí.

- Mi turno – dice con sus oscuros ojos llenos de deseo.

En cuanto siento su lengua en mi parte más intima provoca una descarga eléctrica en todo mi cuerpo.

Quiero correrme en ese instante, pero lo retengo.

Gimo, grito, me retuerzo debajo de ella mientras siento su húmeda boca succionar mi clítoris.

Llego al clímax con una explosión que provoca temblores en todo mi cuerpo.

Jadeo en busca de aire cuando la siento sentarse encima de mi juntando nuestros sexos.

Doy un respingo y abro los ojos.

¡¡Aun no me he recuperado!!

Sonríe como si leyera mis pensamientos y baja apoyando sus pechos sobre los míos mientras ataca mi cuello.

Presiono mis manos en su espalda bajando una hasta su culo.

Siempre fue mi debilidad.

Ataca mi boca con veneración y eso sirve para recomponerme.

Mueve su cadera en círculos mientras su lengua me invade.

- Dios – jadeo

Vuelve a repetir su movimiento y gemimos mientras abandono su trasero y poso mis manos en la entrada de su sexo. Se levanta un poco dándome más acceso y la penetro lentamente.

Volvemos a gemir cuando comienza a moverse una y otra vez sobre mí.

Doy un grito de placer en cuanto me penetra de repente con sus largos y fríos dedos, pero suaves y delicados.

Abro los ojos y nos miramos mientras continuamos con el ataque.

Nuestras miradas dicen demasiadas cosas y estoy a punto de largarme a llorar si es lo que estoy pensando.

Una de sus estocadas capta toda mi atención catapultándome hacia la punta de un nuevo orgasmo.

No quiero hacerlo, no aun.

Juntas.

- Dios, no aguanto más –
jadea.

Apresuro mis envestidas y me dejo ir en cuanto ella grita mi nombre desplomándose sobre mí.

La abrazo contra mi pecho y le dejo besos en su pelo mientras le susurro palabras bonitas.

- Mañana no voy a poder andar
– me dice en cuanto su corazón se serena.

- ¿Eso es malo?

- No, porque vale la pena
– se gira para mirarme dejando un beso en mi pecho.

Es tan hermosa.

No dejo de enamorarme una y otra vez.

- Perfecto, por que aun no he terminado contigo – la giro dejándola de espaldas en la cama atacándola con mi lengua por su cuerpo.

- Aun no me he recuperado. ¡¡Au!! – exclama cuando la muerdo –

- Que yo sepa tu tiempo de recuperación luego de un orgasmo es mínimo, Jauregui. – me llevo su pezón a la boca.

- Lo era cuando tenía 17 – suspira cuando poso mi mano en su sexo.

Paso una pierna por cintura y me subo sobre ella para juntar nuestros sexos nuevamente. Ambas nos movemos acompasándonos en un ritmo increíble que nos excita nuevamente hacia el clímax.


Take me home- camren  (parte 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora