- Está bien – digo intentando serenarme.
No hay tiempo.
- Te diré mi decisión, pero a solas.
- Nada de trucos, Camila. Estas bien donde estas. Suéltenla – les indica y automáticamente lo hacen – lleva tosiendo horas, si la quieres, dime lo que quiero escuchar...
Vacilo.
-Camila, ¡¡se me está acabando la puta paciencia!!!
Estrella su vaso contra la pared más cerca estallando en mil pedazos.
Automáticamente se escucha un extraño ruido proveniente del pasillo.
- Ve a ver qué sucede – manda -¡¡ Y tú te quedas ahí! – exclama cuando nos quedamos solos. –
Lo ignoro.
En cuanto quiero acercarme a la puerta el rodea la barra y caigo de bruces cuando su mano se estampa en mi mejilla.
- Te lo advertí, Camila. ¡¡Te dije que era lo mejor y tu no escuchaste!! ¡Como siempre prefieres la opinión de esa otra antes que la de tu propia familia! Maldita sea, ¡¡¡¡te dije que no quería hacerte daño!!!!¡¡ Pero te empañas en hacer las cosas mal!!
Sophie sigue llorando frente a los fuertes ruidos.
- ¡¡Y tú cuando vas a entender que no te quiero en mi vida!! ¡Eres el ser mas despreciable que ha existido! ¡Solo piensas en ti y en tu puta fortuna!! Pues no quiero nada de eso! ¡¡Déjame ser feliz con mi propia familia y vete a morir a otro lugar que no sea a mi lado!!
Me cubro cuando su mano intenta impactar sobre mi nuevamente.
Mis fuerzas se están agotando.
Si esto se acaba, necesito que sea enfrentándolo como nunca tuve el valor de hacerlo.
- Dime ¿qué fue lo que te dijeron para meterte esas estúpidas ideas en tu cabeza? ¡Lo tenias todo! Un buen esposo, un trabajo, seguridad económica. ¡¡Pero no!! tú te encaprichaste en rebajaste a esa gentuza. ¡Creí que eran cosas de la adolescencia pero evidentemente eres estúpida por el resto de tu vida!
De pronto, escucho mi señal.
El bullicio, los estruendos y fuertes golpes me invaden.
En cuanto se distrae, golpeo sus piernas para que caiga al piso y corro hacia la puerta.
Para mi suerte no está con llave.
Abro rápidamente con mis manos temblorosas y me encierro.
Ahí está ella.
En el medio de una gran cama con su chupete colgando, aun llora y tose a causa de la fuerza que hace.
Corro hacia ella y la tomo en brazos y la apreto contra mí.
- Mamá – dice ella entre lágrimas.
Me desplomo en la cama sollozando.
Mi corazón vuelve a latir.
Esta conmigo.
Esta salvo.
Nunca, jamás voy a volver a dejarla.
Está asustada, y yo aun tiemblo.
No sé qué sucede afuera, solo tengo ojos y oído para mi hija.
- Tranquila – le susurro acariciando su espalda – ya paso todo.
La miro entera para ver si tiene algo, pero solo está asustada. Al igual que yo.
Aun respira con dificultad, así que busco en su pequeña mochila a los pies de la cama y tomo el broncodilatador.
- Aspira con mami, mi amor – la siento en mi regazo y la ayudo mientras le seco las lágrimas.
Necesito recomponerme también.
Mi aspecto debe ser un desastre y aun no sé cómo voy a sacarla de aquí ilesa.
Pero también es importante transmitirle seguridad.
- Mama te ama, lo sabes, ¿verdad? – la abrazo contra mi nuevamente y ella se acomoda en mi pecho – Eres lo más importante y valioso que tengo en mi vida. Nunca voy a alejarme de ti. Lo prometo.
Paso unos minutos recomponiéndome con mi pequeña en brazos. Ella se calma y su respiración vuelve de a poco a la normalidad.
No paro de olerla y sentir su pequeño corazoncito contra mi pecho.
Amo a este pequeño ser de luz que me ilumina día a día.
Al igual que su mama.
Mama.
¡Lauren!
Debo volver con mi amor.
Debemos volver.
Tomo las cosas de mi hija, me armo de valor y finalmente traspaso la puerta con ella aferrada a mí como si mi vida dependiera de eso.
Y lo hace, sin esta pequeña no respiro.
Lo comprobé recientemente.
En cuando cruzo esa puerta no me gusta lo que veo.
Los matones de mi padre de boca al piso con sus manos esposadas. Un oficial golpeado cerca de la puerta por la que entre y mi papa... en uno de los grandes sillones custodiado por otros dos policías, mientras varios remueven la habitación para encontrar no se qué cosa.
No me importa.
Tengo a mi hija en mis brazos, y tengo una promesa que cumplir.
- ¿Se encuentra bien? – pregunta el oficial que tomo mis declaraciones esta tarde.
- Un poco asustada, la encontré con su respiración agitada.
- Hay una ambulancia en la puerta para atenderla a usted o a la pequeña.
- Es asmática, también lo soy. Se calmo al verme, solo necesita a su familia, y es lo que le voy a dar.
- Entiendo. Pero me gustaría hacerle algunas preguntas antes...Su padre...
- ¿No me ha oído? Solo quería a mi hija conmigo a salvo y aquí está. Lo que hagan o no con el no me importa!
- Es su padre. Quizá mañana cuando se calme y supere el shock piense distinto, son cosas muy serias. Además, hemos descubierto algunas cuestiones que complican su causa...
- Todo esto – señalo alrededor – fue su culpa, como lleva años. No lo quiero cerca de mí y mucho menos de mi hija o mi mujer. Pediré una orden de restricción si hace falta.
- ¿Mujer? – ríe mi papa desde su lugar – esta desvariando oficial. Lo hizo desde que conoció a esa persona de la cual habla.
- Te diré una cosa – digo enfrentándolo por última vez – y serás lo último que escuches de mí en toda tu miserable vida. Eres la persona más detestable y deplorable que he conocido. Ojala tu vida termine como te lo mereces, en cambio yo, estaré disfrutando del amor de la familia que forme y que me eligen día a día así como yo a ellos. En cambio tu.. no vas a poder decir lo mismo, nunca nadie te trato como ellos me tratan a mí, es por eso que me quieres separar de ellos. Pero no lo lograste antes, y mucho menos lo harás ahora. Seré feliz, y jamás pensare en ti.
Abrazo mas fuerte a mi hija y me giro al terminar.
- Hablo muy en serio, no lo quiero cerca de mi familia – digo con determinación al oficial que escribe cada palabra.
Finalmente me retiro a paso seguro.
Dirigiéndome al lugar donde siempre debí estar.
En cuanto piso el cuarto es un completo caos. Esta todo cercado y cada individuo me mira de una forma extraña.
¿Es pena lo que veo en sus ojos?
¿La pobre lesbiana que su padre no acepta y para demostrarlo se roba a su hija?
Pues que se pasen sus pensamientos por el culo.
Al salir, la cosa no mejora.
Luces, sirenas de los carros de policía, la ambulancia.
¡Yo solo quiero llegar a casa y dejar a mi hija en el lugar de donde nunca debió moverse!
Una médica se acerca a mí con la intensión de revisar a Sophie.
Automáticamente la aparto y la abrazo más contra mí.
No voy a dejarla, nadie va a tocarla.
- Tranquila – me dice – están a salvo.
¿Y de que va?
Pero no tengo tiempo de responder.
- ¡Camila! – escucho a lo lejos.
Mi corazón vuelve a acelerarse.
Sophie también la ha oído porque siento que se sobresalta.
Me giro y ahí está ella.
Corre hacia nosotras y por inercia mis pies acortan su camino.
Se estrella con nosotras en un abrazo desesperado.
Lloramos juntas mientras la pequeña se despierta en medio de todo el caos.
- ¿Que haces aquí? – la reto sonriendo en medio de un ataque de nervios – ¡te dije que te quedaras en casa!
- ¿En serio creíste que iba a dejar a mis dos grandes amores? – pregunta llorando mientras besa a Sophie, quien se tira de lleno a sus brazos.
No, ni por un momento.
- Juntas, siempre. ¿Lo recuerdas? Camz. Tu cara – se preocupa al verme.
Los golpes de mi padre, si... y probablemente mis brazos no deben estar mejor gracias a sus hombres.
- Estoy bien ahora que estamos juntas. Llévame a casa, por favor.
Toma mi mano dejando y beso en ella mientras que con la otra sostiene a nuestra pequeña y me guía entre la multitud. Quienes nos llenan de preguntas y agobios que pasamos de responder.
No nos hace falta.
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Take me home- camren (parte 2)
FanfictionVolveré por ella, por ella, mi hija y mis amigos. Volveré para recuperar la casa que mi abuela me dejo para que viva con mi familia. Volveré para llevar a cabo mis sueños allí. Pero sobre todas las cosas, volveré para demostrarle mi profundo y verda...