Capitulo 25 Final

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 Estaba muerto.

Aun no sabía ni quien había llamado, ni mucho menos que me había dicho luego de articular esa frase. 


"Lo sentimos mucho"
Desde el instante en que mi celular sonó con aquel numero supe que algo no andaba bien.

Incluso, luego de colgar sabia que aun no se había terminado.

Y no lo había hecho.

Unas dos horas después el señor Will  se había comunicado conmigo para pedirme que me presentara en su estudio. Por lo que me negué rotundamente. No insistió, solo pidió que lo piense bien.

Lo hice.

Aunque luego de saber que mi padre había fallecido solo en aquel solitario lugar donde le habían dado el arresto domiciliario me movilizo como nunca hubiese querido.

No quise verlo a lo largo de este tiempo. No después del daño que me había causado, a mí y a mi familiar. Pero inevitablemente era mi padre y me entristecía saber que se había ido de este mundo sin conocer el amor.

No viaje a su entierro.

Qué sentido tenía asistir y recibir las condolencias de sus pocos amigos cuando apenas tuve relación con él? De hecho, la última vez que lo vi fue cuando le advertí que nunca más se acerque a mi hija luego de habérsela robado.

Sin embargo allí se encontraba esa maldita reunión a la que tenía que asistir.

- Deberías ir, cariño.

- ¿Qué sentido tiene, San? No teníamos relación. No me quería y yo llegue a odiarlo. ¿Porque iba a hacerme participe de sus adquisiciones?

- Era tu padre, Camz. No entiendo porque todo tuvo que se así entre ustedes. Sabes mejor que nadie lo que daría por tener al mío cerca. Pero... ¿quien dice? Quizá quiera que sepas que está arrepentido a pesar de todo

- De nada sirve. El ya está muerto y el daño ya está hecho.

Sin embargo, asistí a aquella junta.

Lo cierto es que mi padre no había dejado testamento. Pero a causa de eso, el 75 % era mío y el otro 25 % para mi madre, quien no se presento a la junta.

Increíble familia la mía, verdad?

Estaba dispuesta a rechazarlo, pero luego pensé en Sophie y en aquel bebe que estaría con nosotros luego de unos meses.

¿Podría hacerle eso a ellos?

Lo cierto es que no.

Aceptaría mi parte y abriría una cuenta bancaria en nombre de los dos.

Si mi padre no supo hacer algo bueno con su dinero, yo si iba a hacerlo.


- No vayas

- Y esto lleva a un pedido número...

- Lo pediré las veces que haga falta – digo besando en medio de sus pechos.

Acabamos de hacer el amor unas 3 veces esa misma mañana.

Sophie se había quedado con su abuela la noche pasada.

Todo era perfecto.

Solo faltaba que Lauren no tenga que ir a ese bendito estudio para que yo pueda disfrutarla el resto de la mañana.

A ella y a su preciosa panza.

Si, Lauren estaba embarazada.

Aun no sabemos exactamente que es.

Pero estoy completamente enamorada de su abultada barriga de 4 meses.

Y también de ella.

Me enamore mas de esta mujer que me robo el corazón hace más años de lo que puedo recordar. Su maternidad no hace más que recordarme día a día que no tome mejor decisión que elegirla para que sea mi compañera de vida.

- ¿En qué piensas? – pregunta sacándome de mis pensamientos.

- En que te amo. – sentencio.

- Yo también. pero si es uno de tus trucos para persuadirme y que no vaya a trabajar, deberías pensar en otra cosa


- ¿O sea que tenga chances?

- Nose dime tú...

- No vayas – lloriqueo – quiero teneros conmigo el resto de la mañana. Para siempre – digo besando su costado mientras desciendo a su panza.

- Entonces estas luchando en vano

- ¿Porque? – levanto la cabeza para mirarlos.

- Porque ya nos tienes.

Muero de amor.

- ¿Este es el momento en que te pido que te cases conmigo?

- Mmm, quizá. Pero lo siento, ya estoy casada – dice enseñándome su collar

- ¡Mierda! es una desgraciada con suerte – me quejo

- De hecho si... Aunque yo también lo soy.

- Bien, eso será lo último que dirás porque no pienso dejar que te levantes de esta maldita cama. – doy un tierno beso en su barriga mientras bajo hasta besar su monte de venus.

Si antes hacíamos el amor a diario, con el embarazo se multiplico. Mi preciosa esposa desarrollo un alto grado de revolución hormonal lo cual lo descarga conmigo, tomándome donde sea, a lo que por supuesto no me opongo en lo mas mínimo.

La pruebo con mi lengua, tomo su sexo con mi boca hasta llevarla a un punto de no retorno.

Sus manos en manos enredadas en mi pelo, sumado a sus suplicas me hacen saber que ella está disfrutando tanto como yo.

Aunque no me permite terminar con mi deseo, rápidamente me gira sentándose a horcajadas sobre mí y me penetra sin darme tiempo a acostumbrarme.

- En que pensabas, ¿Cabello? – pregunta agitada mientras entra y sale de mi sin piedad.

- En algo que te involucraba a ti llegando al éxtasis en mi boca – digo mientras la incito a juntar nuestros sexos.

Se cómoda y comienza a moverse a un ritmo exquisito sin abandonar su tarea anterior.

- Lo sabia – gime.

- Traidora – la acuso mientras incrementamos el ritmo.

No nos lleva mucho tiempo más explotar de placer.

Juntas, como nos encanta hacerlo.

Lauren se desploma sobre mí y yo con cuidado la apoyo sobre la cama cuidando su panza.

- Eres perfecta – me susurra apoyada en mi pecho mientras delineaba mi rostro con su dedo.

- ¿Y me lo dices tú? ¿Quieres que me muera de amor?

- Nadie se va a morir de nada aquí, aun tenemos muchas cosas más por vivir. Contrato de por vida, señora Cabello, ¿aun no recuerdas tus promesas?

- No necesito recordarlas. Estar contigo es mi elección de todos los días, no necesito de promesas para ser feliz contigo. – levanto su mano y beso las dos estrellas en su muñeca, una simbolizando a su padre y la otra a aquel bebe que perdimos.

Ella corre mi cabello y besa detrás de mi nuca. También, mis dos estrellas, para nuestro bebe y mi abuela.

- ¿Eres feliz?

- Si te tengo a mi lado si
– digo con ternura agachándome a tomar sus labios.

- ¿Es parte de tu plan para que me quede contigo verdad?

- Funciona, ¿verdad? – pregunto pasando la lengua por sus labios.

No me canso de ella.

- Me quedaré. Pero solo porque tienes un cuerpo que me vuelve loca, el cual sin el no puedo vivir.

- Me amas – me burlo.

- Cállate.

Nos reímos a carcajadas como tanto disfrutamos hacerlo.

Juntas, más allá de cualquier obstáculo que la vida nos haya puesto en el camino.

Aprendimos a querernos, respetarnos y sobretodo entendernos a lo largo de este camino que emprendimos juntas y a pesar de que a veces se nos salga de las manos, estamos hechas la una para la otra.

Hoy podemos ser felices de la forma que tanto anhelamos.

Y estoy segura que aún nos quedan muchas cosas por vivir.  




Take me home- camren  (parte 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora