Capítulo 11

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Me despierto enredada en sabanas.  Tardo unos segundos en volver a la realidad.

Abrazo la almohada y sonrío.

Huele a Lauren.

Me encojo buscando su contacto pero no la encuentro.

Oh, oh.

Abro los ojos y estoy sola en mi enorme cama.

¡¡No puede ser!!

Tanteo y el lugar esta frío.

¡¡No, no, no!!

Me levanto tomando mi albornoz en el camino. Corro a baño.

Nada.

La cocina.

Nada.

Se fue.¡¡No puede ser!!

Voy hasta la sala  y encuentro un paquete perfectamente armado.

Me tiemblan las manos al abrirlo.

Es una de las fotos que nos tomamos el día que las lleve al río y Sophie nos lleno de chocolate a las dos.

Ahogo un sollozo al verla.

Tomo la nota y la leo entre mis ojos empapados.


Lauren: Si estás leyendo esto quiere decir que ya partí hacia algún lugar. Esta foto era un regalo que tenía preparado hace un tiempo, pero dadas las circunstancias deberías tenerlo, es tuyo.Recuerdo perfectamente todo lo que sucedió ese día. Nuestro primer día como una verdadera familia. Ambas con miedos e inseguridades, pero logramos llevarlas adelante. Pero lo que más recuerdo es que ese día confirme que seguía, o mejor dicho que me había vuelto a enamorar perdidamente de ti, tanto o más que el primer día. Pero aquella vez no me costó tanto aceptarlo. Luché contra los fantasmas del pasado, intente con toda mi alma poder confiar en que habías vuelto y finalmente íbamos a ser felices las 3. Pero luego todo se derrumbo. Intenté ponerme en tu lugar, pensar en que hubiese hecho yo si alguna vez estuviese en tu situación, lo intenté, lo prometo. Y me partió el corazón ver esa mirada tuya aquel día que me contaste lo que sucedió. Dolió en lo más profundo de mí ser saber que habías pasado por todo eso y yo no había sido capaz de acompañarte. Te amo Karla Camila Cabello Estrabao. Si no lo dije fue porque sabía que si te lo decía frente a ti, no ibas a ser capaz de dejarme ir. Te amo, y es por eso que me voy.Me voy porque soy víctima de mis inseguridades. Me voy porque estoy presa del miedo, de creer que puede llegar cualquier persona y arrebatarnos esa felicidad que tanto nos costó encontrar. Me alejo por miedo por si tú lo haces antes. Me marcho porque si me quedo no seré capaz de hacerlo.Largo unos cuantos sollozos, limpiando algunas lágrimas con mis dedos y continúo leyendo.
Como cuando te vi con esa chica en el cumpleaños de Shaun, no lo podría tolerar Camz. No seré capaz de dejarte ir. Simplemente no podré.Llámame cobarde, completamente idiota. Pero no voy a condenarte a pasar el resto de tu vida con una insegura y perseguida como yo. Lamento que Sophie esté en medio de todo esto, pero no puedo dejarla, entiendes eso, ¿verdad?Estas libre, Camz. Busca tu felicidad. Busca la persona que te haga sentir amada, que te adore y te cuide como yo no supe hacerlo. Y déjate llevar.Tendré conmigo al fruto de nuestro más profundo y sincero amor. Por favor no me odies, no podría vivir sabiendo que sientes eso hacia mí.Me voy, pero una parte de mi vivirá siempre contigo.Lauren.
Me desplomo en la silla mas cercana para llorar como nunca antes.

No soy capaz de moverme.

Me ama. Me ama, y me abandona.

¡¡Maldita y estúpida cobarde!!

No es capaz de quedarse y pelear como es debido. Como yo estoy dispuesta a hacerlo. Si la tuviese en frente no dudaría en decirlo.

Decirlo... ¡eso es!

Lauren no puede irse sin saber lo que pienso.

Debo frenarla. Debo llegar.

Como flash me cambio rápidamente y salgo.

Si voy en el coche tendré que retomar a unas cuantas calles para acceder a la estación.

No hay tiempo para pensar.

No lo hago.

Mis piernas comienzan a moverse rápidamente y hago lo que creo que nunca en mi vida hice.

Corro.

No de esos trotes que debes en cuando hacia, corro como si estuviese en una maratón.

Lo tengo prohibido y no llevo el broncodilatador conmigo, pero no tengo tiempo de ponerme a pensar en mi estúpida enfermedad.

Estoy a punto de perder a mi hija y al gran amor de mi vida.

Ella me ama, pienso con una estúpida sonrisa en mi rostro.

Mis pulmones me arden, y mi corazón palpita rápidamente, a punto de salirse del pecho. Pero no me impide continuar, estoy a unas cuantas calles.

Lo lograré. Solo no debo aminorar la marcha.

Estoy a solo dos cuadras, puedo ver el río. La tos ya hace acto de presencia, pero no puedo rendirme, no con tan poco por recorrer.

Tengo la garganta seca, pero hablare con ella aunque sea lo último que haga.

En cuanto llego escucho la bocina del tren avisando que es la última llamada para embarcar.

Corro por los andariveles, no tengo ni idea que hacer incluso si es este tren o el anterior que se fue.

Hay gente por todos lados, choco con algunos y a otros soy capaz de esquivar a tiempo.

- ¡¡Mama!! – escucho de repente.

No sé si me emociono más por escuchar a mi hija dirigirse a mí de esa forma, o por saber que aun tengo una oportunidad.

- ¿Camz?

Lauren me mira y sus ojos se salen de órbita.

No me esperaba.

Mis pulmones se vuelven tan pesados que no encuentro mi voz.

- ¿Camz... te sientes bien?

- L..au... Laur... tú... tú no – digo agitada.

- Pequeña, tranquila – dice Clara poniendo una mano en mi espalda – cálmate Camila.

- Estuvo corriendo mama – dice Lauren dejando a Sophie parada a su lado – Camz, intenta respirar.

Escucho nuevamente esa maldita bocina.

No hay tiempo

¡¡Tengo que hablar!!

- No puee..des!

No puedo respirar.

Mi desesperación aumenta en exceso.

Escucho que Clara grita pidiendo agua y Lauren se acerca aun mas intentando calmarme.

Mi garganta me raspa, ya ni siquiera puedo toser bien.

En mi último esfuerzo, toso todo lo que puedo hasta sentir un sabor metálico en mi boca.

¡No! ¡no puede ser ahora!

Necesito hablar con ella.

Necesito decirle que la quiero conmigo.

Necesito decirle que es una cobarde, pero que seremos capaces si al menos somos cobardes juntas.

Necesito decirle que la amo.

Pero mi cuerpo se niega a responder.

No sé cómo, pero mis ojos se apagan de repente venciendo mi cuerpo completamente.


Una manada de unicornios se acerca a mi rodeándome de dulces y paleas. Hay colores por todos lados. Debí de estar soñando. Alguna cosa extraña apreta desde mi nariz hasta mi nuca, sostenido en mi boca. Mi cuerpo está completamente pesado, aunque intente moverme. Abro los ojos y parpadeo lentamente para acostumbrarme a la luz.

Estoy en una pequeña sala blanca.

Llevo mi mano a la boca y toco el respirador.

¿Desde cuando me hace falta?

- No lo quites – dice una voz a mi lado – te hace falta.

Me giro a mirarla y se encuentra sentada a escasos metros.

Los recuerdos llegan a mi mente en forma de flashes.

- ¿Te sientes bien? ¿Necesitas algo? – pregunta inclinándose hacia la camilla.

Niego.

No solo por el respirador, sino porque no puedo hablar.

No encuentro palabra. Ella no se fue, no aun.

Alargo la mano y toco su mejilla con la gema de mis dedos.

Todavía tengo una oportunidad.

Cierra los ojos y inclina su cara para que pueda tocarla mejor.

- Me asustaste mucho, Camz – susurra.

Me quito el respirador

- No – dice ella intentando detenerme

Tarde.

- No te fuiste – susurro

Demonios, ¿esa es mi voz?

¡Pero si parece que me he fumado todos los cigarrillos del mundo!

Y no fumo.

Probé solo una vez junto con Lauren. No nos gusto.

- Shh, Camila. Ponte el respirador

- No lo necesito

- Tuviste un fuerte ataque, Camz.

- No te fuiste – repito.

- No pude – suspira ante mi terquedad - me preocupe mucho por ti. ¡¡En serio corriste hasta allí? Sabes que no puedes hacerlo,Camz!!¡ Pudo ser mucho peor!

- Tenía algo importante que hacer... - toso – tenía que llegar a ti.

- Camz, no es momento de hablar.

- Si, si lo es– determino con mi nueva voz mientras me apoyo sobre mis codos – no voy a dejarte ir, Laur. Debes saber eso.

- Camila...

- No, de eso nada, Lauren. Estoy aquí, y tu también. Mi estúpido desmayo no tiene nada que ver con esto. Te quiero, es por eso que corrí. Necesitaba llegar a ti antes que sea demasiado tarde. No puedo dejarte marchar, no después de saber que me amas.

- ¿Leíste la carta?

Asiento.

- Lauren... - le rozo los nudillos con mis dedos – Cometimos errores, lo sé. Pero las peleas, los errores y todo eso son cosas que suceden en las parejas. Así como también el amor. Y yo te amo. Es por eso que quería llegar a ti.

Clavo mi mirada sobre sus verdes ojos para enfatizar lo que voy a decir.

- Te ofrezco una vida a mi lado. No puedo prometerte que va a ser fácil. Te ofrezco peleas, desencuentros, y discusiones absurdas. Te ofrezco mi vacía casa. Una familia completamente rota, pero es la única que tengo. Te ofrezco una vida llena de problemas por los cuales enfrentar, tantos que nos vamos a volver locas. Te ofrezco una vida para nada fácil. Te ofrezco mi alma, mi corazón, y amor, mucho. Te ofrezco esforzarme para ser la mejor madre, la mejor mujer para ti. Te diré lo preciosa y especial que eres todos los días. Te ofrezco todo lo que tengo y más. Me ofrezco a ti en cuerpo y alma, mi amor.. Pelearemos juntas como se debe, como tiene que ser. Como está escrito, porque estoy segura que debemos estar juntas. Si estas dispuesta a eso, quédate conmigo

Sigue sin despegar su mirada de la mía mientras algunas lagrimas se escapan por sus mejillas.

Me brindé a ella con todo lo que tengo.

Ahora es su decisión.

- Sophie te dijo mamá... - susurra de repente.

- Lo escuche. La comeré a besos en cuanto la tenga en frente.

- Mamá se la llevo poco después que llego la ambulancia. No quería que se asuste.

- Eso quiere decir que no te vas

Se encoje de hombros.

- Los trenes no esperan

- Mi corazón te esperará toda la vida.

- ¿Que voy a hacer contigo, Srt. Cabello?
– suspira-

- Quedarte. Dejarme que te ama y te vuelva a enamorar.

- ¿Acaso no lo ves?
– pregunta

Arrugo la frente mostrando mi confusión. Una leve sonrisa aparece de su parte. Se acerca cuidadosamente y me besa.

Suspiro de placer al sentir sus cálidos labios sobre los míos.

- Acepto tu propuesta – dice a milímetros de mi boca – pero no tienes que prometer nada. Lo que tenga que ser, será. Lo averiguaremos juntas – me sonríe.

Una de esas sonrisas que me derriten por completo y están reservadas exclusivamente para mi.

No tengo nada para decir.

Si lo hago me largaré a llorar como una magdalena.

Así que simplemente, la beso.

Take me home- camren  (parte 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora