Capítulo 10

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 Pasamos un tiempo más allí hasta que se esconde el ultimo rayo de luz.

Emprendemos el viaje de regreso.

Aminoramos la marcha, realmente no quiero que se termine este día.

Lauren posa su mano en mi rodilla y la apreta suavemente.

Probablemente sea más difícil para mí que para ella, después de todo, la que sigue enamorada soy yo.

- ¿Quieres llevar a Sophie a dormir? Estaría bien que tengan su rato a solas, puedo volver andando en cuanto termine.

- ¿Segura no quieres que te espere?

- No, mejor llévala. Tendrá un largo día mañana.


Asiento.

- Pasare a verte luego – dice cerrando la puerta del acompañante.


- ¡Han vuelto! ¿La pasaron bien? – pregunta Clara quitándose sus gafas de leer.

- Increíblemente bien. Solo vengo a dejar a mi pequeña. Se durmió luego de un largo día, esta exhausta.

- Por supuesto! Pasa...

Pero cuando voy a pasar por su lado me pone una mana en mi brazo.

- Se lo difícil que es para ti, Camz. Créeme que no comparto para nada la decisión de mi hija. Pero lejos esta de nosotros meternos en su cabeza para hacerle entender las cosas. Lamento que su hija está en el medio. Si pudiera cambiar las cosas lo haría.

- Lo se... – le susurro con mis lagrimas haciendo acto de presencia – pero tengo que dejarla ir, Clara. Por todo lo que las amo, es lo mejor.

Asiente tristemente y apreta mi brazo en señal de apoyo.

Paso un largo rato con Sophie a upa.

Ella aun sigue completamente dormida sobre mí.

No puedo despedirme de ella.

No sé cómo voy a hacer, no creo poder soportar una despedida más.

- Te deje en cuanto naciste por cobarde. Porque no me creía capaz de criar y cuidar a lo más lindo y preciado que había llegado a mi vida. No hubo ni un solo día que no pensara en ti. Quería saber si estabas bien, si llorabas, si estabas sana, si te faltaba algo, pero no podía acercarme. – le delineo el contorno de toda su carita mientras mis lagrimas caen sin parar - Durante todo mi embarazo te imagine llevándote de la mano al jardín, comprándote todo lo que te guste y mas, con tal de recibir una preciosa sonrisa a cambio. Luego volví y tú y tu madre me dieron la oportunidad de volver a empezar. No puedo expresar con palabras lo que significo eso para mí. Me permití volver a soñar con caminar de la mano juntas en esta vida. Y ahora me toca despedirme otra vez, con la diferencia de que esta vez siento que es lo mejor que puedo hacer por ti, aunque se me parta el alma. – sorbo por la nariz y continuo – No crezcas mucho sin mí. Encontraremos la forma de estar juntas, pase lo que pase. Te llevo en mi piel y en mi corazón, porque te amo más allá de cualquier cosa. Te amo más de lo que creí amar alguna vez. Y nada, ni siquiera la distancia, lo cambiara. Haré lo mejor para ti, Sophie. Lo prometo. Te lo prometo.

La cerco más a mí y le doy un largo y sentido beso en su frente.

Esto es mucho más difícil de lo que imagine.

Con todo el dolor del mundo la dejo en su camita, besándola unas cuantas veces mas, aspirando su increíble olor a bebe y salgo de su habitación.

Regreso a mi casa y lo primero que veo son los papeles que Santana dejo para mi la otra noche.

Aun no los he firmado. Estaba más preocupada por pasar mi tiempo con ellas.

Levanto la vista hacia el espejo que tengo en frente y me sorprendo de mi imagen.

Mis ojos y nariz enrojecidos, mis lagrimas aun cayendo por mis mejillas.

Me siento completamente rota.

No tengo absolutamente nada en mi vida. La gente así como llega, se vuelve a ir.

Mis jamás existieron para mí. Tuve la posibilidad de disfrutar a mi abuela, pero también me abandono por esa puta enfermedad que la consumió lentamente.

Lauren siempre fue lo más real que tuve desde que soy pequeña. Sophie viene de su mano. Sin embargo, van a abandonarme también.

Claramente, soy la del problema. Y evidentemente, no hay solución.

Suena el timbre y con él sus característicos golpes.

Por un momento dudo en abrirle. No quiero que me vea así.

Lo que menos quiero en estos momentos es compasión.

Pero tampoco puedo ser rencorosa.

Le pondré, como siempre, mi mejor cara y terminaré con esto de una vez por todas.

Solo me dio 24 horas para despedirme, y lo cumplió.

No puedo obligarla a nada más.

Me tomo unos momentos para recomponerme.

Es lo mejor que puedo hacer, de todas formas se dará cuenta.

-¡ Bueno estaba a punto de tirar la puerta abajo! – bromea mientras entra

Sonrío débilmente envolviendo mis brazos alrededor de mi torso.

Jesús, doy pena.

-¿ Estas bien?

- Si. Creo que tome algo de frío hoy, puede que pesque un resfriado – miento.

Su cara me lo dice todo.

No me creyó.

Me da igual.

- Camz – suspira.

Se lo que va a decir.

No quiero escucharlo.

- No quiero ser descortés pero estoy algo cansada y entiendo que debes tener muchas cosas que terminar. No quiero seguir siendo un problema.

Estoy histérica, pero debo echarla antes de que me vea completamente derrotada.

- Además, mi tiempo contigo se acabo.

- Camila, yo...


- No hace falta – la freno – son cosas que escuché demasiadas veces.

Desvío mi mirada y me encuentro con lo peor.

Los papeles que debo firmar. Riéndose de mí y de todo lo que mi absurda mente tenía pensado para nuestro futuro.

Absolutamente nada queda de eso.

Miro a Lauren quien me devuelve una mirada apenada.

No voy a posponerlo más.

Después de todo, está aquí por eso.

Voy hasta ellos, tomo un bolígrafo de la mesa y lo apoyo sobre mi nombre.

En un microsegundo me invaden millones de recuerdos de nosotras juntas.

Crecimos una al lado de la otra y así creíamos que íbamos a morir, amándonos a pesar de cualquier cosa. Y así estamos ahora, con mi alma destrozada a punto de dar el punto final a nuestra relación.

- Camila, escucha.

Tomo fuerzas y firmo los 3 papeles rápidamente.

- Camz, no...

- Que tengas una buena vida, lolo
. – digo apoyándolos sobre su pecho – realmente...te lo deseo de corazón. – espeto como puedo.

Me falla la voz.

No puedo decir nada más. Mi garganta se cerró completamente.

Oh no.

¡Otro ataque no!

Mis ojos se inundan en lagrimas que no quiero derramar.

Me giro y voy directo a mi habitación. No soportareé una despedida más.

Busco el broncodilatador en mi mesa de noche y aspiro dos veces mientras los sollozos hacen acto de presencia.

Levanto la vista y la veo frente a mí.

No decimos nada, pero a la vez nos decimos todo.

No se quien hace el primer movimiento, pero de repente ella está sobre mis brazos con su boca sobre la mía.

Es un beso completamente diferente a los demás. Mucho más sentido. Me separo y nos miramos, pero no tenemos tiempo de hablar.
Lauren se mueve para llevarme hasta la cama sin perder el contacto de nuestras lenguas enredándose.

En cuestión de minutos nuestra ropa vuela por los aires y entramos la una en la otra sin siquiera pedir permiso. Ahogamos nuestras respiraciones y seguimos perdiéndonos en una atmósfera de completo amor y pasión.

Esta es nuestra despedida.  

"Nuestro último beso"

Take me home- camren  (parte 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora