Capítulo 16

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 Ocho de la noche.

Aún no sabemos nada.

No paro de beber café y comprobar una y otra vez mi teléfono.

Por supuesto, el celular de mi padre está fuera de servicio.

Y mi madre anda a saber uno donde la envió. 

"Cuando dices te amo estas aceptando todas sus virtudes, defectos e inseguridades"

Liam, Niall y Harry prometieron hacer lo posible para ubicarlo. Incluso los padres de Liam no podían creerlo.

Sé que si, algo deben saber, pero prefieren protegerlo.

En un momento de desesperación salí en mi auto para recorrer algunas calles de la ciudad.

Nada.

Volví y todo seguía igual.

No sé que mas hacer.

Me voy apagando lentamente.

No quiero ser una carga más para Lauren, quien intenta mostrarse entera, aunque por dentro se desmorone.


"Me desmorono por dentro, por perderlo todo, por perder lo que más amo"




- Creo que deberías dormir en casa de tu mama.
.- sugiero.

Me mira atentamente.

- No voy a dejarte.

- No servimos de nada las dos aquí. Lo único que hago es alterarte, será mejor que vayas. – me giro para volver a la sala pero su áspera voz me detiene.

- No voy a irme, Camila. Mírame – me exige.

No me volteo.

- He dicho que me mires – asegura más cerca de mí.

Me giro pero no puedo mirarla a los ojos.

- Lo prometiste...

- Solo soy una carga más. Todo me sale mal.

- ¡Lo prometiste! ¡Me ofreciste una vida difícil, pero dijiste que íbamos a estar juntas, Camila!

- Por favor – pido derrotada.

No puedo con ella.

- Pues échame, llama a la policía o a quien sea, no voy a moverme de aquí. Vamos a enfrentar esto juntas, Camila. No voy a repetirlo!!

- Me estoy muriendo por dentro...

-¿ Y qué hay de mi? ¿Como crees que estoy? ¡¡Es mi hija también!! ¡¡Y ese desgraciado se la llevo!! ¡¡Maldita sea!!
–grita – también te necesito, ¡Camila! No ganaras nada con apartarme de tu lado. Deja de ser una cobarde!! No podemos darnos ese lujo, no ahora! Se llevo a nuestra pequeña, pero ambas nos vamos a encargar que pague por todo lo que te hizo, lo que nos hizo –resalta – nos separó una vez y no sucedió nada, pero esta vez sí. Y lo va a pagar aunque sea lo último que haga.

Sin soportarlo más, la tiro de los hombros y la estrecho contra mi pecho.

Soy una idiota, no puedo pensar solo en mí. Ella me necesita tanto como yo a ella.

Debemos ser una.

- No entiendo que sucedió. Creí que iba a volver por la casa... pero no por esto. Debe haberse enterado que firmamos el divorcio,¿ como eso no lo despisto? – pienso en voz alta – Dios... no se...

- Camz
– se separa y me mira.

Suspira.

- Ven – me toma de la mano y me guía hacia la habitación.

La miro atentamente mientras va al cajón de la cómoda y saca lo que busca.

Se sienta a mi lado y suspira.

- Tengo esto guardado hace un tiempo. Quizá tengas algunas preguntas después que te lo enseñe, o quizá no estés de acuerdo. Si no te lo mostré antes fue porque quería estar segura y... no lo sé. Aunque no me imagine que fuese en esta situación.

- Lau, me estas poniendo más nerviosa..

- Lo siento. Ten – me extiende una pequeña carpeta.

Aun sin entender, la tomo y la abro sacando los papeles que dentro.

- El permiso de Sophie.

- Si... – dice algo nerviosa.

"No intentes conseguir que me quede ni preguntarme si estoy bien, porque no tengo la respuesta."


- ¿Laur... porque me muestras esto justo hoy?

- Mira con atención, Camz...

Lo hago.

Nuestros papeles de divorcio, tres para ser más precisos, aquellos que firme antes que se vaya.

Aquello que me dolió en el alma hacerlo.

Reviso los tres, no es nada que no haya visto.

Un papel con nuestros datos, los datos de la boda y mi firma.

Mi... firma.

Levanto la cabeza y la miro. Ella me observa expectante.

- ¿Porque no los firmaste?

- Ese día... una parte de mi, o... gran parte de mi, te esperaba allí. No quería irme, pero fui tan estúpida que creí que era lo mejor. Cuando pedí estos papeles estaba cegada, no me di cuenta de lo que había hecho hasta que los firmaste. Intente frenarte, pero no quisiste escucharme. No podía culparte tampoco. Así que los guarde, me iba a ir e iba a firmarlos más adelante, cuando pase un tiempo prudencial y quizá no duela tanto.

- Se supone que tienes un margen para entregarlos

- Estamos en Lima, Ohio
– dice poniendo los ojos –

- Lolo... no entiendo a que quieres llegar.

- Lo que quiero decir – me quita el papel de la mano – es que esto... - lo dobla y comienza a romperlo en pedazos – ya no sirve. Te amaba tanto, que creí que alejándome de ti solucionaría las cosas. Pero estaba equivocada, y tengo que agradecerte por no dejar que cometa ese enorme error. De seguro me hubiese arrepentido toda mi vida. Ambas nos lastimamos, somos dos completas estúpidas cuando queremos. Pero nuestro amor está intacto, y lo seguirá estando, entonces, porque tener ese horrible papel en mi poder cuando hoy más que nunca estoy completamente segura de todo lo que te amo y lo que significas para mí?

Sus palabras me hacen llorar.

Es un simple papel, pero luego de todo lo que nos costo, me dolía mucho saber que ya no nos unía.

Recorrimos nuestro camino, solas. Mi abuela, y los padres de Lauren eran los únicos que apoyaban nuestra relación. El resto solo nos juzgaba por ser solo dos mujeres que sin saber nada de la vida decidían enamorarse y llevar una vida juntas.

Hoy es distinto.

Aunque haya personas que sigan queriendo separarnos, no lo van a lograr.

Somos una familia.

- Te amo – le digo mientras la tomo de las mejillas y la beso – te amo. Te amo. Te amo – confieso entre besos salados

Probablemente ella sabía el calvario que era para mí.

- También te amo. Y estamos juntas, ¿de acuerdo?

Asiento.

- Supongo que es hora devolverte esto. – abro el cajón de mi mesa de noche y saco el collar.

Su collar.

Ella corre su pelo a un costado sin quitar mis ojos de los suyos se lo vuelvo a abrochar.

Como aquella vez que nos casamos, me inclino y le doy un sentido beso en el dije, cerca de su corazón.

- Fue hecho para estar aquí y nunca más se ira.

- Nunca.

Yo si se por qué decidió contármelo hoy.

Este es el empujón que necesitaba para creer que todo puede estar bien.

Mi padre puede haberse llevado a nuestra hija, pero estoy segura que este donde este la vamos a encontrar.

Es incapaz de hacerle daño.

Con tan solo mirar esos ojitos color cielo basta para derretirse.

Y quizá Sophie realice ese milagro.

Este donde este, la vamos a encontrar, y no volveremos a separarnos nunca más.

- Tienes razón – aseguro – vamos a estar bien.

Toma mi mano y me da un apretón.

Pero cuando va a hablar, mi teléfono se ilumina y nos interrumpe con su fuerte sonido.

Número desconocido.

"Mi corazón dice buscala, mi mente apartate"

Take me home- camren  (parte 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora