Capítulo 12

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  - Camz – dice entre besos

No la dejo hablar, la tomo de la nuca y la sostengo pegada a mi boca.

- Camz, necesitas descansar.

- Estoy a gusto.

- Camila, no iré a ninguna parte.

Me separo unos milímetros.

- Dime Camila.

- Mejor te diré amor. Pero hazme caso. – se separa obligándome a acomodarme en la camilla.

- ¿De verdad vas a quedarte?

- Estoy aquí, o ¿no?

- Anoche también lo estabas.

- Camila– suspira –¿ de verdad crees que podremos seguir adelante con todas nuestras dudas e inseguridades?

- No dudo de ti – digo rápidamente – lo siento. Solo es que no puedo creer que realmente estés aquí. Podremos mi amor, lo prometo. Vamos a lograrlo, por favor, no nos separamos mas. Mi corazón no soportaría estar lejos de ti otra vez. Y mis pulmones tampoco – digo burlonamente.

- Eres imposible.

- Esta imposible te ama. Por cierto, ¿cuanto más debo estar aquí?

- Estarás lo que tengas que estar. El doctor pasara mas tarde.


- Pues llámalo y dile que me siento mejor. Quiero irme a mi casa con mis dos amores.

- ¡Camila acabas de tener un ataque! – me reta

- Si. Y no es el primero. Estoy bien y dime Camz.

Solo me llama Brittany cuando me reta o está enojada.

- Te lo diré si dejas de comportarte como una niña. ¡Aun no puedo creer lo que hiciste!

- ¿Estamos en una especie de discusión o algo así?

- No – suspira resignada – solo me asuste mucho cuando te vi de esa forma. Por favor, no vuelvas a hacerlo

- Quédate a mi lado, y no lo haré.

- ¿Es un chantaje?

- Puede.

- Cállate.

- Cállame.


¿Esa soy yo? ¿Que me dieron que no puedo parar de hablar?

- Lo haría, pero debes descansar.

- Nunca podría descansar de tus besos.

- Estas bastante protestona –
me vuelve a retar.

- Estoy feliz – digo con una sonrisa.

- Te daré todos los besos que quieras – dice acercándose a milímetros de mis labios.

Por consiguiente me acerco para tomar sus labios. Pero me esquiva.

- Cuando salgas de aquí - dice mientras vuelve a sentarse a mi lado.

- ¿Es un chantaje? – pregunto levantando mi ceja.

- Puede.

- Cállate
– la imito.

Unas malditas dos horas después, me dan el alta.

Por supuesto que no sin antes escuchar el sermón del médico diciendo que puedo y no puedo hacer. Sumado a las exigencias de Lauren.

No me importa. Estoy feliz porque la tengo conmigo.

No se irá.

Y no permitiré que lo haga.

- ¿A dónde vas? – pregunto al bajar del taxi y ver que Lauren se dirige hacia mi casa.

- El médico dijo que no debías hacer esfuerzo. Voy a llevarte directo a la cama.

Sonrío y me cruzo de brazos.

- Ni tú, ni el medico van a impedir que este con mi hija.

Lo sé.

Soy insoportable en el papel de enferma.

- Yo misma te traeré a Sophie mañana. Ahora no puedes. Vamos – me tiende la mano.

- Tráela ahora y que duerma con nosotras

- Lauren
– dice exasperada.

- Dime Camz.

Suspira cansada.

- Por favor – le ruego.

Lo piensa.

- No. vamos.

- No voy a ir a ningún lado.

- Bien, como digas.
– se gira para irse.

- ¿A dónde vas? – la tomo del brazo para frenarla.

- Tienes edad suficiente para tomar tus decisiones, Camila. No voy a luchar contigo como si fueses una niña. Visto y considerando que no vas a hacerme caso, pues entonces arréglate tu sola.

- Lo siento – digo mirando mis pies, aun sin soltarla – estoy un poco acelerada – murmuro.

Suspira resignada.

- A la cama, Camz.

- ¡¡Lolo!! – levanto la cabeza al instante

- No volveré a repetirlo...


Cual niña reboleo los brazos y me dirijo hacia mi flamante casa.

No me apetece en lo más mínimo.

Mañana ni ella ni nadie va a impedir que pase tiempo con mi pequeña.

- Maamaa – digo arrastrando cada letra

- ¡Ren!

- No... maaamaa

- Ren! – exclama sonriendo.

Es imposible.

- Sigues intentándolo, ¿cariño?

- ¡Algún día volverá a repetirlo! – exclamo para que me escuche desde la cocina.

Hace tres meses que prácticamente vivimos juntas.

Después de lograr que Lauren se quedara junta a mi me fue imposible separarme de ellas.

Somos una especie de novias, aunque no nos lo pedimos formalmente.

¿Como hacerlo? Fuimos vecinas, luego amigas, nos enamoramos, nos casamos a escondidas, perdimos un bebe, tuvimos una preciosa hija un año después. Nos separamos, volvimos a estar juntas para divorciarnos luego y aquí estamos... viviendo como una familia.

¿Tenemos que ponerle un rotulo a eso?

Creo que no...

- Es una Jauregui- Cabello, ella dirá lo que quiere, cuando quiere – comenta Lauren a mi lado entregándole el biberón – entonces, ¿como me llamo yo? – le pregunta haciéndole caritas.

- ¡¡Reen!! – exclama mi pequeña antes de llevarse la tetina a la boca.

- ¡¡Oye!! – dice mi amor con el ceño fruncido.

No puedo evitar largar una carcajada ante esa situación.

- Lo que quiere, cuando quiere – repite.

Mi pequeña vaga está comenzando a hablar más, pero se niega a volver a llamarme mama.

Aun siento la piel de gallo al recordarlo.

Dejo a mi hija mirando sus dibujos matutinos y voy en busca de mi chica.

La sorprendo abrazándola por detrás y pegándome todo lo que puedo a su cuerpo.

Ataco su cuello mientras ella continua poniéndose sus aros.

- No vayas a trabajar hoy – le susurro bajo mis caricias.

- Camz – suspira. Un poco por excitación y otro poco por frustración – llevas pidiéndomelo toda la semana

- 'Pero nunca quieres!

- Y supongo que el hecho de que tenga que hacer una producción con Lucy no viene al caso, ¿o si? – pregunta girándose en mis brazos.

Mierda.

- ¿Debería? – levanto una ceja

- ¡¡Karla Camila Cabello ni siquiera te atrevas a pensarlo!! – me reta

- Entonces quédate conmigo – la abrazo más cerca – tengo cosas muy sucias pensadas para ti

- Cariño, ya lo hablamos. Debo ir a trabajar


- ¿Porqué Shaun no puede suplantarte?

- Porque es mi trabajo. ¿Me sueltas?

- No.

- Mila...


- Por favor – suplico.

No es ella, solo que no me fio de esa morena supuesta modelo de fantasía.

Lauren me aclaro que fue solo cosa de una vez, pero al parecer para la tal Lucy no fue lo mismo.

- Puedes pasarme a buscar, seré tuya luego de las 4... - se suelta y va en busca de su bolso.

Debo ensayar otra táctica para el convencimiento.

Agote todos mis trucos con ella y ninguno parece funcionar.

- ¿4? ¿A penas son las 9!!

- Exacto. Lo bueno se hace esperar, ¿no es cierto?

Al parecer no tengo chance.

- Te veo más tarde, cariño – besa mi mejilla pero cuando va a pasar de mi vuelvo a pegarla abrazada a mí.

- Te amo, lo sabes, ¿verdad?

- Lo se. Y también te amo, ¿hay alguna duda de eso? – pregunta con ternura.

Niego

- Solo quería que lo sepas. Estoy cumpliendo mis promesas,¿ recuerdas?

Asiente sonriendo y se inclina para besarme.

Acepto su beso y jugueteo con su boca el tiempo que me lo permite.

- Estaré contando las horas para verte – me susurra dejando un beso en mi nariz antes de irse.  

Take me home- camren  (parte 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora