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LA LUZ SE ABRIÓ PASO A TRAVÉS DE SUS PÁRPADOSY LOS murmullos llenaron sus oídos. Al abrir sus ojos se encontró en un ambiente desconocido, pero al notar que se encontraba sobre una camilla se dio cuenta que estaba en la enfermería del colegio. Calvin junto a Nora estaban hablando a los pies de la cama y cuando ella carraspeó llamando su atención, alzaron sus miradas para verla mientras el alivio recorría sus facciones. Ambos se acercaron con rapidez a su lado mientras las comisuras de sus labios se alzaban.
—Rose —murmuró Calvin tomando su mano—, ¿cómo te sentís? ¿Estás bien? ¿Te duele algo?
—Estoy bien —contestó la chica—, me siento mejor.
—Madame Pomfrey te dio algo para sanar algunos huesos que te habías roto —comentó Nora—, no sé que era.
—¿Llevo mucho tiempo acá?
—Dos días, tu cuerpo necesitaba recuperarse.
—Por cierto, pasó Cedric —informó Nora con una sonrisa ladeada—, pero como estabas dormida simplemente te dejo una caja de chocolates.
Nora apuntó la mesita a su lado y Rose notó la caja de chocolates. No pudo evitar sonreír mientras sus mejillas adquirían un leve tono rosaceo, era un gesto realmente lindo.
Las puertas de la enfermería se abrieron y por ellas entraron los gemelos Weasley seguidos por Lee. Se veían preocupados, pero cuando vieron a la chica con sus ojos abiertos junto a sus hermanos, que parecía estar completamente bien, se relajaron.
—¡Rose! —exclamó Lee y los tres caminaron a zancadas hasta ella—. ¿Cómo estás? Oí lo que pasó.
—Estoy bien —aseguró la chica con una sonrisa.
—Nos vemos después Rose —dijo Calvin y ella giró la cabeza a verlo—, sé que estás bien.
Calvin besó la frente de su hermana con cariño y luego se fue junto a Nora que le regalo una sonrisa, dejando una cálida sonrisa en el rostro de la rubia.
Rápidamente los tres mejores amigos la rodearon. George estaba parado del lado izquierdo de la cama y Fred junto a Lee del lado derecho. La miraban expectantes, esperando respuestas.
—¿Qué fue lo qué pasó? —insistió Fred—. Aún no puedo entenderlo.
Rose resumió lo que había pasado, como el terror la había invadido y como su cuerpo se había congelado, aunque Fred la interrumpía a cada rato preguntando cosas y Lee no podía evitar hacer comentarios. George escuchaba atentamente.
