¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
AQUEL DÍA ERA EL DE LA SEGUNDA PRUEBA YROSE se encontraba en la biblioteca junto a sus hermanos buscando algún hechizo que pudiera ayudar a Calvin a aguantar la respiración bajo el agua el tiempo que fuera necesario. Pasaban página tras página, leyendo hechizo por hechizo, pero aún no podían encontrar lo que buscaban.
—Esto es agotador —se quejó Nora y largó un suspiró—, de por si no me gustan los libros y tener que leer tantos me abruma.
—¿Y crees que a mi me gusta esto? —espetó Calvin sin despegar la vista del libro—. Si te vas a seguir quejando mejor vete.
Ambas hermanas compartieron una mirada, Nora se veía estupefacta con su reacción, mientras que Rose sonreía divertida. Sin decir otra palabra, la menor volvió a la lectura.
—¡Rosie!
La nombrada se dio vuelta para encontrarse con los gemelos Weasley, quienes se acercaban con un andar divertido.
—¿Qué hacen acá? —preguntó frunciendo el ceño, aún sonriendo divertida—. Debe ser la primera vez que están en la biblioteca.
—Ja ja —murmuró George.
—Muy graciosa —siguió Fred.
—McGonagall te busca —avisó George.
—¿Para qué? —preguntó confundida.
—No lo se, pero se veia bastante sería.
—Nos pidió que te llevemos a su despacho.
—Bien —asintió la chica y giró a ver a sus hermanos—. Después vuelvo, buena suerte.
Calvin ni siquiera la miró, sólo asintió, y Nora le regaló una pequeña sonrisa. Rose suspiró y comenzó a seguir a los gemelos. Junto a ellos se detuvo al lado de Hermione, Harry y Ron, quienes también tenían las narices metidas en los libros.
—¿Qué hacen acá? —preguntó Ron al verlos.
—McGonagall quiere verte y a ti también, Hermione.
—¿Por qué? —preguntó Hermione sorprendida, era la primera vez que la llamaban al despacho de un profesor con tanta seriedad.
