Capítulo N° 8 - Encierro

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En la ciudad (Narrado por Alex)

Rápidamente salí del cuarto sin hacer ruido y me dirigí hacia mi habitación. Estaba muy indignado por la repentina reacción de Elena. ¿Acaso es estúpida a veces?
Luego de varios minutos de mirar el techo me quedé plácidamente dormido.

Un fuerte estruendo hizo que me despertara de un susto. Un fuerte rayo había caído muy cerca. Agarré mi campera y salí de mi habitación. Al cruzar por la de Elena vi que estaba completamente dormida.

Decidí ir a la casa de Charlie para despejarme un poco. Afuera llovía a cántaros y una tormenta eléctrica inmensa se aproximaba. "¿Justo hoy vienes a aparecer pequeña tormenta? ¿¡JUSTO HOY QUE ÍBAMOS A SALIR DE ESTE MALDITO LUGAR!?" suspiré.

Bajé corriendo por las escaleras y miré el reloj de pared que colgaba sobre la puerta de entrada. Eran las 8:45 de la mañana. Salí de la casa casi trotando. Me tapé con la mano la cara para poder divisar la casa de enfrente y vi a Charlie que me llamaba con la mano como si me hubiese estado esperando.

Sin mirar la calle crucé corriendo intentando en vano no mojarme. Su casa era muy similar a la nuestra, de ladrillo visto y grandes ventanales. Al ingresar noté que las paredes estaban revestidas de cuadros y posters.

-¿Tu novia se quedó durmiendo? - bromeó luego de cerrar la puerta a mis espaldas.

- Ya te dije, no es mi novia- gruñí seriamente quitándome la campera empapada y colgándola en el perchero de la entrada.

- De acuerdo, de acuerdo, solo fue una broma -dijo dándome una palmada en el hombro. Nos dirigimos hacia la sala de estar donde se encontraban otros chicos. Al verlos quedé sumamente sorprendido.

- Bueno Alex te presento a los muchachos - rió Charlie.

Quedé completamente en shock. Lo primero que se me ocurrió fue salir corriendo a avisarle a Elena, pero luego pensé en que sería bonito ir y darle una linda sorpresa llevando a sus ídolos a casa.

Un muchacho de pelo enrulado me estiró la mano.

-¡Hola amigo soy Ray! - el sujeto con melena estaba sentado en un sillón muy cómodo con unos auriculares puestos en los oídos y una revista en las manos. Lo saludé muy amablemente y Charlie me dirigió hacia la cocina, donde se encontraban dos sujetos más.

-¿Desde cuando ustedes haciendo algo? - bromeó al verlos amasar unas pastas.

-Hola Chuck - Dijo un rubio de ojos celestes que poseía un piercing en el labio observándome de reojo - y ... Hola sujeto extraño, soy Bob.

- Eres nuestro vecino ¿verdad? - dijo el compañero que tenía unos anteojos grandes mientras me estrechaba su mano llena de harina -Un placer, soy Mikey.

- Ho... Hola... Pues si, soy el vecino - dije un poco nervioso. Aquellos sujetos eran miembros de la banda favorita de Elena.

- Por cierto, muy linda tu novia - exclamó Mikey sonriendo

- Ya te dije - gruñó Charlie- no es su novia, es su "amiga"...

-Si... seguro -murmuró Bob mientras codeaba a Mikey haciendo que éste se ensuciara el pantalón con harina.

- No les hagas caso- dijo Charlie -Ven, te llevaré arriba para que conozcas mi habitación y a los otros dos locos que faltan, seguro están durmiendo aún.

La escalera estaba en el mismo lugar que la de nuestra casa. Subimos rápidamente y llegamos a una hilera de puertas, había más cantidad que en la nuestra.

- ¿Cada uno tiene su propia habitación? - pregunté con curiosidad observando cada puerta a medida que avanzábamos por el largo pasillo.

-No, dormidos de a dos por habitación. Como verás somos muchos. Yo duermo con... - Charlie pasaba frente a cada puerta y observaba en su interior pero no encontraba a nadie - Duermo... con Gerard. ¿Lo conoces?

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