Bienvenidos a Nevertown

Capítulo N° 9 - Microclimas

En la playa - Narrado por Elena.

El hombre continuaba en silencio mirando hacia la nada misma.

- ¿Hace cuánto tiempo que estamos aquí? - pregunté al cabo de varios minutos.

- Y... mañana se cumplirán exactamente tres semanas - murmuró

- ¡Tres Semanas!- grité con asombro - Pero... ¿Cómo es posible? ¿Nadie intentó irse de aquí? Veo que hay una especie de....

- ¿Bosque? Sí. Curioso que haya un bosque bordeando una playa ¿no? - dijo esperando que yo responda algo coherente ante su planteo, pero no había hecho más que continuar asombrándome - Pero no, nadie se ha animado a adentrarse en ese bosque... En realidad, los pocos que entraron no volvieron a aparecer.

Esa última oración hizo que un nudo en mi garganta me impidiera hablar por varios segundos.

- ¿Có... Cómo que no volvieron a aparecer? - tartamudeé casi sin pestañear.

- Lo que oíste. No volvieron, no sé que habrá en ese bosque, pero sea lo que sea no es algo bueno... Si caminas un poco por las orillas no hay problema, el problema es si te pasas largas horas caminando sin rumbo allí dentro - el hombre enmudeció un buen rato intentando encontrar la forma de explicarse -¿Sabes una cosa Elena?... Te voy a contar algo, pero debes prometerme no decírselo a nadie.

El hombre me miró fijamente a los ojos y me dejó petrificada. Sentí que un escalofrío recorría mi espalda.

-De acuerdo... Se lo prometo... - susurré con miedo e inseguridad.

- Tú nunca te estrellaste en este lugar. Y sospecho que ninguno de nosotros lo hizo.

-¿Qué? ¡¿Que cosa dice?! - exclamé con sorpresa.

-Shh... - se llevó un dedos a los labios -Debes bajar la voz... Nadie cree en mis teorías, pero veras... Los microclimas que hay en este lugar, tanto en la playa como en ese bosque no son normales. Este lugar no es real Elena. Realmente... ¿Crees que un avión cayendo a toda velocidad se estrellaría aquí y que gran parte de sus supuestos pasajeros hayan sobrevivido? Tan solo mira el pedazo que sobresale del agua Elena... Es simplemente imposible sobrevivir.

Mi rostro pareció transformarse y Bert intentó ser un poco más claro. Respiró hondo y continuó.

- Te lastimaste la cabeza al "caer" ¿verdad? Algo me dice que ese golpe no fue por eso ¿y si lo hubiese hecho alguien más a propósito? Alguien nos depositó aquí como si fuéramos ratitas de laboratorio. Y ten mucho cuidado... Porque probablemente entre nosotros haya gente que esté analizando nuestros actos.

-Bert... ¿Estás hablando enserio? - dije a penas con un hilo de voz - ¿Por qué dices esto?

- ¡LAS AGENDAS ELENA! ¿Recuerdas las agendas que había en tu casa?

En mi mente comenzaron a rotar imágenes una tras otra sin parar. Un teléfono... Mis padres yéndose... Una agenda... ¡La agenda con los nombres! Un intenso dolor en la parte trasera de mi cuello hizo que automáticamente posara mi mano detrás y notara una pequeña herida. No le di demasiada importancia e intenté continuar recordando poco a poco.

- ¡Lo recuerdo! El teléfono, recuerdo las llamadas, la sospechosa agenda con aquellos símbolos extraños y a Alex... -Al volver mi cabeza hacia él noté que ya no estaba. Me levanté rápidamente y divisé a lo lejos el pequeño campamento de todas aquellas misteriosas personas. Bert me había hecho dudar sobre todo a mi alrededor. Mi cabeza aun seguía dando vueltas y no entendía nada. ¿Cómo era que había pasado tanto tiempo?

Caminé un poco por la orilla del mar observando la infinidad del mismo, parecía un espejismo bellísimo. El viento me revolvía mis cabellos y mis ropas. Junto a mí, noté que alguien se me aproximaba. Moví mi cabeza y vi a Charlie.