Capítulo N° 12 - Sin salida

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Caminé lentamente por el sendero de ingreso y escuché que los chicos me seguían por detrás. Miramos a cada lado de la carretera la cual continuaba desolada, sin ningún vehículo a la redonda. Nos sorprendimos al ver mucha gente afuera de sus casas como si nunca hubiese ocurrido nada. Me sobresalté cuando de repente un grupo de chicas se acercó a nosotros riendose.

- ¡Hola vecinos! ¿de cómo despiertos tan temprano? - preguntaron entre risitas. No pudimos responder ante la sorpresa y nos quedamos atónitos mirándolas confundidos - Bueno no importa... nos vemos en el instituto.

Continuaron caminando muy tranquilas por la vereda mirándonos de reojo pero no les quise prestar demasiada atención, estaba confundido al ver la casa de enfrente tan distinta de como la recordaba. No era así, pero no quise pensar demasiado y crucé la calle. Al tocar la puerta comencé a ponerme nervioso como nunca me había sentido antes. Tenía tantas ganas de ver a Elena, de abrazarla y de.... besarla.

Luego de unos minutos una chica con una inmensa sonrisa atendió la puerta.

- ¡MI AMOR! - gritó colgándose de mi cuello. Intenté alejarla un poco de mí sutilmente - ¿Qué haces a esta hora?

- Ehh... ¿y tú eres? - pregunté tartamudeando mirándola perplejo. La chica sin demorarse un segundo me besó en la boca.

- ¡Qué chistoso estas esta mañana eh! ¡No seas tonto, ven te voy a hacer el desayuno! - susurró mordiéndose el labio inferior - y muchos mimitos también.

Me quedé atónito al verla. Era una chica muy bonita, de ojos claros y cabello rubio. Nunca la habia visto y no tenía ni idea de quien demonios era. Se la veía muy entusiasmada y por sobre todas las cosas muy cariñosa. ¿Acaso me habrá confundido con alguien más?

- Mira te agradezco la invitación pero... de verdad, ¿Quién eres? - pregunté nuevamente haciendo un paso hacia atrás mientras intentaba tomarme de la mano. La chica comenzó a reírse nerviosa y luego frunció el ceño.

- ¿Otra vez con lo mismo Alex? - dijo poniéndose histérica y cruzándose de brazos - Anoche me dijiste lo mismo.

- ¿Anoche? ¿De qué hablas? Yo...

Sentí que tras mío se acercaban Mikey, Ray y Bob. Los tres me miraron extrañados y la chica se aferró a mí de inmediato.

- Holas chicos, este bombón hoy se queda conmigo - dijo ella con una voz muy chillona intentando introducirme en la casa. Los tres abrieron los ojos como platos y no dijeron ni una palabra al ver la reacción de aquella chica desconocida - ¿Nos dejarían solos?

- ¡No! - exclamé apartándome de ella - Debo... debemos... irnos. A...

- ¿Nikki? - oímos decir a alguien desde dentro de la casa.

- Ya voy mamá - contestó ella de pocos ánimos entre dientes - Bueno, debo irme... Por ahora te salvas, hermoso.

Se acercó a mí y me abrazó con fuerzas.

- Pero esta noche no te me escapas - susurró junto a mi oído y me besó en los labios. Volteó y cerró la puerta.

- ¿Pero qué demonios....? - exclamó Bob con la boca abierta - ¿Esa loca es Elena?

- No tengo ni la más puta idea de quien demonios es esa chica - respondí rascándome la cabeza intentando pensar con claridad. Si esa tal Nikki vivía en esa casa, ¿donde estaba Elena? No podía ni siquiera procesar la idea de que estuvieramos afuera y mucho menos que mi amiga no esté. Este lugar había cambiado, no era el mismo de hace unas semanas atrás. Las personas estaban demasiado tranquilas y ninguna presentaba síntomas de encierro, todos continuaban con su vida "normal".

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