Capítulo N° 11 - Inquilinos

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En Nevertown (Narrado por Alex)

Los días parecían ser eternos y las horas cada vez se hacían más largas. Desde aquel día, la puerta ni las persianas volvieron a abrir y por consecuencia no volvimos a ver la luz del sol.

La convivencia se estaba tornando cada vez más difícil y los nervios nos jugaban en contra a más de uno.

- ¡Te dije una y otra vez que levantes la mesa! ¿Ni eso sabes hacer acaso? - gritaba Ray increpándolo a Mikey.

- ¡Yo cociné! - contestaba él frenéticamente desde el otro lado de la mesa.

- Chicos por favor dejen de pelear... - intentaba tranquilizarlos Bob interponiéndose antes que una simple discusión pase a mayores. No pude hacer otra cosa mas que mirarlos callado sin meterme. Cada mañana, al despertar, se me era inevitable pensar en cómo había amanecido Elena, si desayunará, si estará tranquila. Deseaba tanto poder estar con ella. Charlar, pelear, reír. Cada vez que había este tipo de discusiones intentaba huir lejos con mis pensamientos para no involucrarme.

De repente un puño me hizo despabilar y vi que la pelea ya se estaba yendo a la manos.

- Ey ey ey tranquilos... Ray déjalo ¿quieres? - dije amablemente sujetándolo del brazo - no te preocupes yo levantaré la mesa. Ve al living y lee algo, yo me encargo.

- ¡No Alex! ¡NO! - gritó frenético- Deja ya de defenderlo. Todos debemos cooperar si queremos que esto funcione, ¿no te das cuenta que siempre mete excusas para no hacer nada?

Mikey salió del comedor y subió las escaleras corriendo. Solo oímos el ruido del portazo desde su habitación. Las miradas cruzadas entre todos fueron inevitables. El silencio se puso incómodo y cada uno comenzó a levantar su plato sin decir nada. Ray gruñía entre dientes.

- Oigan...- murmuró Bob una vez que estábamos todos en la cocina - Somos un equipo ¿de acuerdo? No hay que hacer las cosas más difíciles de lo que ya son.

- Lo sé Bob... pero...- Ray echó un suspiro apoyándose contra la mesada de la cocina - Estoy harto de todo esto. Creo que no soy el único, lo sé. Todos estamos hartos. Pero se supone que debemos convivir juntos y todos tendríamos que poner de nuestra parte para que esto funcione y para que pronto podamos irnos a la mierda de aquí. Y lo saben bien, desde que Charlie se fue todos estamos a la deriva sin saber qué hacer.

- El problema aquí no es quien falta y quien no... El tema es que más allá de eso debemos continuar juntos los que quedamos - dijo Bob apoyando su mano en el hombro de Ray. Yo solo los escuchaba mientras acumulaba la pila de platos para comenzarlos a lavar. La situación no podía ser peor y sentía que las cosas se nos estaban yendo de las manos - Quien sabe por cuánto tiempo estaremos encerrados en esta maldita casa

- Les sugiero que duerman un poco y dejen de pensar tanto. En un par de horas debemos hacernos otra extracción y lo mejor será que estén descansados para evitar lo de la última vez - dije seriamente mirando el reloj de pared .

En cierto modo me sentía responsable de cumplir a pie de la letra lo que nos habían encomendado. Hacía ya un poco más de una semana, un gran sobre blanco apareció junto a la puerta de entrada de la casa. Intentamos ignorarlo por un par de minutos hasta que los nervios y la curiosidad nos consumieron y nos sentamos todos juntos en el living a leer la correspondencia.

Era una carta escrita en máquina de escribir que decía:

"Queridos inquilinos de la ciudad de Nevertown:

Tenemos la obligación de informarles que debido a su inconstancia con las muestras de sangre, a partir de ahora deberán realizarse una extracción cada 8 horas, es decir, 3 veces en el día sin excepción durante una semana completa (7 días sin excepciones). Luego la misma deberá ser realizada solamente 3 veces a la semana.

Bienvenidos a NevertownDonde viven las historias. Descúbrelo ahora