7.Sorena

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Que vergüenza. Soy una miedica, una tonta , una niña estúpida. Sólo a mi se me ocurre gritar y tirarme al suelo en lugar de defenderme. O tal vez no. Tengo mis motivos para tener miedo de Jin pero tambien los tengo para confíar en él. Estoy hecha un lío .
Mi habitación es un lugar tan agradable que me parece un sueño que acabe de intentar escapar de él. Me senté en mi cama e inspiré el aroma a jazmíz de mis sábanas color crema y  mis muebles de madera, crean para mi una armonía perfecta. Es muy bonita, mi habitación es muy bonita, no como la que tenía ultimamente en Swean, me pregunto si Alvar pensará en mí aunque sea un poquito.
Me levanté y busqué ropa limpia. Estaba a salvo pero aún tenía  el pecho encogido, el miedo a alguien o a algo no se va así como así . Me decanté por un sencillo vestido blanco con cuello barco.  No tenía ánimo de vestirme muy guapa. Me metí en la bañera y pensé en mi hermano. ¿ Qué estará haciendo ? ¿Pensará en mí ? ¿ Qué pensará de mí ?
Cogí uno de mis mechones blacos y lo miré fijamente.
Se me nubló la vista y las lágrimas cayeron al agua de la bañera. El tintineo del agua me erizó la piel.
-¿Cómo pudiste regalarme Alvar ?
Suspiré y pasé los dedos por la superficie del agua.
El agua, el agua de mi sangre y su inmenso poder. Me consideraban una especie de hija de satanás por ser descendiente de humanos y tener el poder de devolver la vida a los muertos, una desertora del reino de los cielos, una perversidad puesta en el vientre de mi madre para desafíar el poder de Dios.
No se si soy hija de satanás o si él me puso en el vientre de mi madre ,  ni si quiera sé si soy malvada pero si sé que amaba a mi familia y que me duele el que ahora a causa de ellos sea una desterrada.
No me habría importado ser una desterrada por bruja o por hija del maligno pero ser una desterrada por que no le importas a tu familia... Lo que me duele es que mi propio hermano me haya apartado así de él.

-Tengo que dejar de llorar por ti, después de todo, no soy la primera a la que regalan.
Mis intentos por consolarme eran efectivos, debería hablar sola más a menudo.
Salí de la bañera y me vestí, me puse mi perfume y me asomé por mi puerta. Hice una mueca de dolor cuando el sonido de el hierro del pomo y las visagras crujieron. Asomé con precaución la cabeza,  nadie a la izquierda, nadie a la derecha . ¿Pero que estoy haciendo? Nadie va atraparme . Abrí la puerta por completo, me alisé la falda del vestido.
-Rélajate Sorena, Jin es el señor de la casa y es tu amigo, no va a pasarte nada.
No me resultaba difícil autoconvencerme, yo lo llamo mi quinto don. Algo bueno tenía que tener.
Bajé las escaleras y empecé a escuchar unos gritos desgarradores, era la voz de un hombre . Seguí bajando y encontré a los críados juntos . Allí estaba Nanami. Me apresuré hacia ella.
-¿ Qué pasa ?
-Lady Sorena debería volver a su habitación .
Los gritos volvieron junto con estruendos y golpes. Esa voz...era Jin.
-Nanami es Jin.
-Lady Sorena , volved a vuestra habitación, se le pasará.
-Pero, ¿ Qué le sucede ?
-Los recuerdos a veces los atormentan, grita y rompe cosas , supongo que es su forma de lidiar con el dolor .
-Se va a hacer daño, alguien tiene que pararlo, algún sirviente tiene que ir y pararlo.
-Los mozos han ido varias veces pero el general los atacó, es muy peligroso acercarse a él cuando está en ese estado.
Miré hacia el pasillo de donde venían los gritos y me dirigí allí.
-¡Lady Sorena , voled , os podría matar !
Escuché a Nanami perfectamente pero la ignoré, Jin no podía continuar así. Me adentré por un pasillo y seguí los gritos desgarrados.
Encontré a Jin en una sala amplia con una mesa volcada , miles de libros rotos y esparcidos por el suelo, jarrones echos añicos , una silla partida junto a la pared y las vidrieras rotas. No llevaba camisa , sólo sus botas altas y su pantalón ajustado de cuero que parecían escamas marrones.
-¡Jin para, detente , vas a hacerte daño!
Jin se dio la vuelta, por su frente y su pecho corrían unas gotas de sudor. Me miró fijamente .
-Vete de aquí Sorena.
Me atreví a entrar y a  acercarme a él.
-No puedo dejar que sigas haciéndote daño.
De repente Jin me agarró por la nuca y me acercó tanto a él que sentí el calor que desprendía su cuerpo.
Grité por el dolor y por el susto. Me pillo por sorpresa que me agarrara por la nuca.
- ¿Crees que esto puede hacerme daño?-gritó mostrándome su puño ensangrentado.
-Jin , me estás haciendo daño-gemí.
-Daño, daño, no sabes que es el verdadero dolor.
-Sé que echas de menos a tu familia pero...
-¡Cállate!
Me tiró al suelo y me golpeé de lleno en las costillas, me clavé los libros, me di la vuelta dolorida lo más rápido que pude y vi que Jin avanzaba hacia mí, medio agachado ,intentando cogerme. Retrocedí inpulsándome con los talones pero me atraparía antes de poneeme.a salvo, asique agarré el primer libro que tenía a mano y le golpeé en la cara con todas mis fuerzas.
-¡Ya basta!
Lo golpeé tan fuerte que le di media vuelta a su cuerpo y cayó de rodillas.
Por la leche de la bañera de Lady Sophie, va a matarme, va a matarme , va a matarme.
-Nanami-susurré mientras retrocedía empujádome con los talones,  quise gritar pero no me salió la voz.
Por suerte ,cuando volvió a mirarme parecía que había vuelto en sí. El golpe con el libro le había devuelto la calma,  Dios bendiga los libros de más de 800 páginas y tapa dura.
-Me lo tengo merecido -dijo.
Mi corazón latía a mil por hora.
-Ha sido un buen golpe.
Está bromeando, no va a matarme,  suspiré tan fuerte creí que Nanami me habría oído.
-¿Estás bien?
Asentí con la cabeza.
-Lo siento - se frotó el lugar de la cara en el que le habí golpeado.
-Pues yo nunca voy a disculparme  por el librazo.
Jin se levantó, se puso en pie y se acercó a mí lentamente.
-Te he tirado al suelo...
Yo lo observaba con cautela, asegurándome de que no había peligro.
Me puso en pie, me miró a los ojos tres segundos en los qie mi corazón se encogió.
-Lo siento-me tocó la frente-yo ...lo siento - se fue sin más.
El sonido de sus botas chocando con el suelo, su espalda fuerte con gotas de sudor y su pelo alborotado se  grabaron en mi recuerdo.

Fui  a la cocina y vi a Nanami absorta en sus que haceres. Me detuve en el umbral que separaba la cocina del resto de la casa.
-Anda que ibas a venir a ayudarme - entré.
-Disculpad, lady Sorena, el general nos dio órdenes de volver a nuestros que haceres.
-¿ Y si estuviera herida, sangrando o algo peor , ahí tirada en suelo ?
-No quérais cargar mi conciencia niña.
Reí y chasqueé la lengua.
-Es broma, sabía que no vendría nadie, ¿ Tienes algo para el dolor de cervicales ?
-Os oí gritar-cogió hielo con una pala de madera de un cuenco con más hielo medio derretido y lo envolvió en un paño.
-No era yo, era mi cuello quien gritaba.
-No deberíais bromear sobre esto, podría haberos matado-me puso el paño en la nuca.
-Siento...lástima por él, es muy duro perder a tu familia. ¿ Su esposa era bella ? - me coloqué mejor el hielo en la nuca.
-Lo era , no tanto como vos pero era dulce y amable. Todos las queríamos , fueron dos pérdidas irreparables, la de ella y la niña.
-¿ Que pasaría sin Jin ...?
-¿Si el general que ?
-Nada, nada, no es nada.
-Para ser una niña habéis sido muy valiente.  Yo nunca fui así, ni si quiera ahora que soy casada y madre de cuatro hijos.
-Vaya -hice una mueca de horrr - eso si que es valor, parir cuatro veces, en Swean asistí al parto de la duquesa Sophie, chillaba como si la estuvieran torturando- me estremecí y bufé- horrible.
Nanami rió.
-Procura no meterte en más lios- dijo señalando mi nuca.
Ya estaba metida en un lío y bien gordo , lo presentí . No podía parar de repetir el nombre de mi hermano en mi cabeza en todo el día y eso sólo podía significar  que por fin estaba pensando en mí, pero había algo , algo que me inquietaba, si estaba pensando en mí , no sería por que me echase de menos.

Desterrada © En ReescripciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora