14.Sorena

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Sus ojos azules se clavaron en mí como una espada, un corte certero que habría rajado una montaña.
-Ha sido muy fácil encontrarte, demasiado. Me pregunto que harías en medio de la nada tú sola, supongo que el rey de Crisantemo se habrá aburrido de ti.
No dije nada. Ni siquiera escuchaba mi propia respiración. El sonido del viento chocar contra las copas de los árboles inundaron mis sentidos.
Alvar se arrodilló frente a mí y alargó en brazo para coger uno de los mechones de pelo de mi frente .
-Te has teñido el pelo. Así me gusta más que antes, no das tanta grima con el pelo oscuro-se rió mirando al suelo un momento y volvió a mirar mis ojos.
-Mandaré teñir tu pelo de este mismo color en Swen, no quiero volver a ver ese repugnante pelo trasparente .
Basta, no puedo soportar estar frente a él con sólo un silencio en mi boca.
-Pues si tienes intención de engendrar herederos conmingo, corres el riesgo de que hereden ese repugnante pelo transparente.
Alvar me dio una bofetada y casi me caigo del tronco.
-¡No me hables así, maldita insolente, salvaje sin modales!
Me puse en pie.
-¿Por qué debería respetar a alguien como tú? ¡Eres un asqueroso que quiere casarse con su hermana !-grité.
Alvar me cogió de la cara con una fuerza brutal. Tenía los dientes encajados y llamas en los ojos.
-¿Ahora eres sorda? ¡No soy tu hermano!
Era una buena oportunidad para hacerlo entrar en razón,    sabía que me estaba exponiendo a la furia de Alvar pero miles de golpes eran mucho mejor que tener un hijo con él.
-¡Sí lo eres! Aunque no quieras, aunque no lo aceptes, soy tu hermana, tú única hermana. ¿Es que no significa nada para ti todos estos años viviendo juntos, comiendo juntos, compartiendo padre?
Alvar me cogió por los hombros y me empujó al suelo.
-¡Silencio , harás lo que tú rey-se señalo el pecho con el dedo- ordene!
Cuando gemí de dolor , Arashi relincho y se encabritó un poco. Vi a Gösta como ponía su manos sobre su espada. Por Dios, que  no haga lo que creo que va a hacer.
-¡Alvar, es suficiente!
La voz de Jercker seguía siendo atronadora y autoritaria pese al paso del tiempo.
-¡Ésta mujer va a aprender a respetar a su rey!-hizo ademán de agarrarme pero de repente apareció Gösta para detenerlo.
-Alvar, basta, tengo que hablar con ella - dijo Jerker
-¡Suéltame !-gritó.
Lars me ayudó a levantarme del suelo.
-¡Ya tendrás todo el tiempo del mundo para estar a solas con tu futura esposa, ahora cálmate !
Alvar dejó de forcejear y levantó lo poco de sus brazos que le quedaban libres en señal de rendición. Cuando Gösta lo soltó se sacudió el tacto de él con un movimiento de hombros y lo miró fijamente.
-Cuidado con como tratas a tú rey en el futuro, puede que la proxima vez decida cortarte la cabeza.
Gösta no dijo nada y tomó esa advertencia como  un soldado toma las advertencias de un superior, mostrando obediencia y sumisión .
Vi al Alvar alejarse entre los árboles, altos , de corteza rústica y clara , con hojas tan verdes que parecían brillar.
-Será mejor que aprendáis a mantener la boca bien cerrada , mi lady, si no queréis tener problemas con vuestro futuro marido - Jerker sonó como si estuviera dando una órden de ataque.
No podía creer que esas palabras salieran de la boca de un hombre que me había visto crecer , el hombre que puso en mis manos por primera vez un arco.
-No puedo creer que estés de acuerdo con esto, Jerker, tú, que me conoces desde el día en que nací. ¿Cómo puedes apoyar algo así?
Intenté no derramar las lágrimas que cegaban mis ojos en vano, éstas cayeron con la fuerza de un meteoro.
Jerker suspiró profundamente e hizo un movimiento de cabeza , a la señal, Lars y Gösta se encamiraron por una camino distinto al de Alvar y se perdieron entre los árboles.
Jerker caminó hacía mí muy despacio. Seguía siendo guapo, como siempre, como lo recordaba. Con su tez de reflejos dorados por  las innumerables horas de exposición al sol que contrastaba con sus ojos azules como le hielo , su barba oscura y corta como las de los soldados jóvenes y su pelo canoso cayendo con suavidad, las canas le daban  un aspecto plateado a las sienes que lo hacía parecer majestuoso.
-Sorena, las cosas están muy mal en Swean.
-¿Y la única solución es el incesto?
Jerker se pasó la mano por la cara.
-Sé que estás enfadada pero sí, era la única solución, todos saben que eres especial , lo que puedes hacer los aterra. Un herededo de Swean con tus poderes , que se vayan ransmitiendo de generación en generación es la única manera de mantener a salvo el reino para siempre.
Puse una mano en mis caderas y empecé a morderme la uña del dedo pulgar  con nerviosimo y las lágrimas brotaron de mis ojos como estrellas en la noche. Sollozé y me mordí el labio inferior.
-¿ Qué es eso de que no es mi hermano?
-Verás ,Sorena, no sabes la verdad sobre tu origen.
-¿Que verdad?-lo miré desconcertada.
-Alvar , el león dorado ,no era realmente tu padre.
Sentí una punzada en el estómago que casi me traspasa.
-¿ Qué dices? Mientes.
-Ya conoces las leyendas sobre los espiritús de la naturaleza que se cuentas a los niños en Swean.
-Tú lo has dicho, son leyendas.
-En toda leyenda siempre hay verdades, Sorena y tu madre era muy real, creéme.
-Mi madre está muerta, Jerker.-por primera vez en mi vida me escuché como a una mujer y no como a una niña.
-Sí, lo está, pero no era la reina Anja.
-Para Jerker, me estás haciendo daño, por favor-sollozé.
-No trato de herirte, te estoy contando la verdad , tienes que saberlo todo o si no tu vida al lado de Alvar será como una condena a muerte.
Cubrí mi boca con mi mano derecha.
-Tu verdadera madre es uno de los espiritús de las leyendas, se llamaba Sheetlet y era tu viva imágen. Tu padre se llamaba Dag y era un soldado de Alvar , el león dorado. Era su mejor amigo.
Al cuerpo de Sheetlet le dieron muerte unos conicidos de Dag, lo traicionaron y la mataron después de alumbrarte a ti. Dag , tu padre, no puedo impedir la muerte de su amada Sheetlet y se quitó la vida pero antes, hizo prometer a su amigo Alvar que cuidaría de ti.
Me cubrí la cara con las manos y me dejé caer sobre mis piernas. Y lloré . Lloré como nunca antes había hecho.
Jerker se arrodilló junto a mí y me destapó la cara.
-Sorena ,mírame.
-Por eso Alvar me ha ignorado siempre. Por que no tengo nada que ver con él realmente. Toda mi vida es una mentira, jercker, sabía que había algo distinto en mí pero no creí que podría ser una cosa así, algo tan grande-lloré.
-Muñeca, escucha muñeca-ese era el apodo que me dio cuando tenía 5 años-tienes que ser fuerte, se que te sientes culpable por la última guerra de Swen y esto podría compensarlo.
Negué con la cabeza.
-No, jerker, no estoy a la altura de esto, no puedo casarme con Alvar, ¡no puedo!
-Mirame-me miró a los ojos- lo conseguirás.
Sollozé y me apoyé en su pecho, él me abrazó.
-Áyudame, convéncelo para que me dé tiempo almenos.
-Haré todo lo que pueda, te lo prometo.

La noche cayó sobre los árboles y las piedras del suelo se cubrieron de oscuridad a  cada centímetro de aquel apartado lugar.
Las tiendas para pasar la noche ya estaban montadas , Alvar estuvo toda la noche sin mirarme si quiera y los muchachos estaban en silencio, espedando a que Jerker les sirviera el guiso que estaban tendido a la pequeña hoguera ya que los soldados estaban hambrientos.
Mientras yo y los muchachos comíamos, Jerker apartó a Alvar , no pude oír de que estaban hablando pero me lo imaginé. Me temblaba todo el cuerpo. Obserbé a los soldados que antes estaban bajo las órdenes de mi padre,  obserbé a esos hombres que derramarían toda la sangre del mundo si Alvar así lo ordenase. Reconocí a unos cuantos, el pelirrojo rapado, cuyas puntas del pelo le sobresalían y teñían su cabeza de un naranja vivo, con el tatuaje de una cruz en la cabeza me fascinó en su día, nadie usa el hacha como él. Era unos años mayor que Alvar, Gösta y Lars, que tenían 24 años cada uno. No esperaba que me saludara pero no me miró ni una sola vez.

Llegó la hora de acortarse y Alvar se me encaró. Con voz ronca me dijo:
- Te vas a salvar por unas cuantas noches, pero te sugiero que te hagas a la idea  de que vas a ser la estufa de mi cama o te tomaré de todos modos.
Me encogí al escuchar de su boca esas palabras tan cerca de mi oído.
-Vamos, Sorena-Jerker me apartó de él cogiendo suavemente mi brazo.
Entré en la tienda que compartiría con Jerker y me senté en la cama improvidada del suelo, me quedé imnóvil, en silencio.
-Lo he hecho, te va a dar tiempo, Sorena, ¿Me oyes?
-¿Eh? No, lo siento - no se donde tenía la cabeza.
-Le he dicho a Alvar que  lo ves como a su hermano, que los traumas afectan  mucho a la fertilidad femenina , que debe darte tiempo para que estés sana y poder concebir facilmente un hijo.
-Sí...gracias.
Me recosté y no dije nada hasta que Jerker se acostó a mi lado. Estábamos de espaldas y dije:
-¿Qué habría pasado esta noche si no le llegas a decir nada?
-Tal vez habría pasado lo que tiene que pasar para que los niños nazcan.
-Éramos como desconocidos.
-¿Nosotros?
-Yo y Alvar. No sabemos  nada el uno de el otro. ¿Qué hermana de un futuro rey no sabe que es lo que más le gusta comer ? Sé que le gusta la carne pero ¿ Qué carne es su favorita?
-Creo que el faisán.
-A eso me refería, no le conozco realmente.
Se me resbalarón unas lágrimas.
-Duérmete Sorena, mañana tenemos que seguir el viaje.
Y lo hize, me dormí desesperada por escapar de la realidad al mundo de los sueños , donde todo puede ser tan hermoso como me gustaría.

Desterrada © En ReescripciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora