4.Sorena

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Habían pasado tres largas semanas. En Crisantemo el verano era bastante más cálido que en Swean y eso me gustaba. Había más días de sol y menos días de nubes que tapaban la luz y ensombrecían la tierra.
El aire también era distinto. Aquí, el aire denso  se mezclaba con el aroma de las flores de los árboles y la hierba , era un olor que me recordaba a las últimas notas del sabor de la miel en la boca .
Jin me dijo que el árbol de flores rosas se llama cerezo y el de flores blancas lo llamaba peral . Había más árboles con flores de color rosa, el melocotonero y el ciruelo. Eran nuy parecidos al cerezo pero jin me enseñó a diferenciarlos. Pasaba horas explorando las hermosas flores de esos árboles.
En cambio, en Swean, el aire era más salvaje, más puro, cómo si él mismo respirase. Olía a madera y al sabor de las almendras y el coco en la boca, dulce , intenso y demoledor. El olor amaderado era lo que más añoraba , incluso más que a mi hermano.
Tres semanas no es mucho tiempo, pero fue suficiente para que llegase a confiar en Jin o eso creía. Me trató muy bien, no me hizo sentir amenazada en ningún sentido. Más bien, parecía haberse convertido en un amigo. Me traía ropa, perfumes, zapatos y muchas cosas para que me sintiera bonita , además , me presentó a su amigo Arashi, un bonito caballo blanco pero con muy mal carácter, me enganchó el pelo y me lo llenó de baba , intentó morderme cuando quise tocarlo y me relinchaba , Jin me dijo que es muy celoso con él .
Cuando lo conocí, jamás habría imaginado que un hombre cómo él pudiera ser tan dulce.  No habría creído que tuviera algún matiz. Me protege, como si fuera su hermana pequeña, me da las buenas noches y me hace reír.
Mi hermano de Swean nunca hizo algo parecido.
Él era frío. Sabía que él debía ser así, después de todo iba a ser un rey . Por eso no me importaba y me conformaba con verlo desde lejos aprender a usar la espada . Cuando pasaba por mi lado me miraba a duras penas y hacía como si no hubiera nadie. Yo siempre sonreía hasta que me dolía la cara, por si alguna vez me saludaba o algo. Le admiraba. Es un gran guerrero y gobernante, y escuché en muchas ocasiones a las muchachas de Swean decir que era muy apuesto. Siendo sincera conmigo misma, yo adoraba a mi hermano. Me pregunto si alguna vez él me quiso. No lo tengo muy claro después de haberme echado del castillo a bofetones. Podría haber aceptado los golpes , pero que me alejase así de él, me partió el corazón .
Ahora estoy aquí , en Crisantemo, en el jardín del general Jin Ishihara, sentada en la hierba, observando una flor de melocotón a la sombra del árbol y sería mejor que le cogiera más gusto, no parece que vaya a volver a Swean.
Oí unos pasos y me giré. Era Jin. Me sonrió y se sentó en el tronco partido que estaba frente a mí.
-Hola.
-Hola- le ondeé la flor de melocotón.
-Yo...he decidido contarte algo.
-¿De qué se trata?
-¿Recuerdas la foto de la niña?
-Sí, claro- lancé al cielo la flor para que me cayera encima .
-Ella era mi hija. Mía y de mi esposa. Las dos murieron.
Me olvidé de la flor y ésta cayó en mi vestido. Concentré mi mirada en Jin, asombrada.
-Vaya, lo...lo siento mucho.
Jin se pasó los dedos entre el pelo.
-Ahora debería tener cinco años. Las mataron en una invasión Sweana - apoyó los codos en sus muslos y entrelazó sus dedos.
Sentí una profunda. vergüena.
-Lo siento mucho, es ...terrible.
-Lo es. No teníamos la suficiente confianza , por eso no te lo conté antes.
-No tenías que hacerlo si no querías. Te doy las gracias por abrirme así tu corazón.
Jin hizo una mueca.
-No es para tanto.
-Para mi significa mucho.
-¿Entonces, vas a contarme el oscuro secreto de tu aspecto?
Me miré .
-¿Qué pasa con mi aspecto?
-Tu piel es casi como la canela molida . En Swean jamás vi a alguien con una piel así.
-Ah, eso, es algo familiar. Mi primera antepasada con una piel así nació hace 400 años y desde entonces ha habido sólo dos más como ella, la tatarabuela de mi padre y yo.
-Te da un aspecto muy peculiar , digo, por el color del pelo. El contraste.
-Sí, sí, entiendo lo que quieres decir.
-Tu padre no tenía ese tono de rubio en el cabello, ni los ojos verdes.
-El pelo y los ojos tambien son de mi antepasada.
-¿Hay algo que sea de tu padre o de tu madre ?-se burló.
-Los labios eran de mi madre, la nariz de mi padre y las manos también-me defendí.
-Estaba bromeando. Eres hermosa.
-Eso decían todos-sonreí con amargura.
-¿Que hay de tu hermano, también era guapo, era estúpido?
-¿No puedes preguntar las cosas con normalidad?
-Vale, era guapo, listo y además lo querías.
No contesté y me puse a juguetear con la hierba.
-¿No quieres hablar de él?
Suspiré, arranqué unas hojas de hierba y lo miré.
-Se llama Alvar. Es rubio, alto, fuerte, de ojos azules. Se parece mucho a mi padre.
-¿No os llevábais bien?
-No. Podría decirse que no tuvimos relacción. En Swean, tener hermanos no es para divertirse o buscar apoyo. Allí todos somos guerreros de una forma u otra.
-Por eso usas el arco.
-Sí.
-Los Sweanos sois un poco raros.
-Tal vez. Allí se ponen muy contentos si nace una niña, su virginidad vale mucho, mucho oro. Y más si eres de una familia noble.
-Os ven como sacos de oro.
-Eso es. Y les meten en la cabeza a los niños que sus hermanas sólo son dinero, nada más. Es repugante.
-Por eso tu hermano te ragaló a mi rey.
-Yo era un acuerdo de paz. Pero tu rey me dijo que tu me harías mucho más daño que él.
-No tengo buena reputación.
-En absoluto. Creo que te tiene miedo.
-Muchos aquí me tienen miedo, me encargué de ello cuando mi familia murió. Hice muchas cosas malas.
-¿Cómo cuáles?
-Matar y aterrorizar a gente inocente.
-Yo también he matado gente. Por mi culpa hubo una guerra y en ella murió tu príncipe y mi padre. No soy ningún ángel, sin embargo, aunque me apena, no me siento culpable. Yo sólo me estaba defendiendo.
Jin rió.
-No piensas como una mujer normal.
Me encogí de hombros.
-Sí, tienes razón, no soy como las demás.
-No, no estás casada y eres una experta con el arco.
Sonreí.
-¿Qué pasó después de la guerra?
-Mi padre murió y mi hermano me culpó por ello. Me pegaba e incluso pasaban días hasta que volvía a darme de comer.
-Eso es terrible.
-Antes creía que me lo merecía-estuve apunto de llorar pero me contuve- por ser una rebelde, por no ser de utilidad a mi familia.
-Si que eras útil, eras el primer arco de tu padre.
-Nunca confió en mí para hacer tiros importantes, creo que me dejó ser primer arco para que me enamorase de algún militar adinerado.
-¿Y que hay de tu madre?
-Murió cuando yo nací, sólo he visto unos retratos de ella, eso es todo.
-Entonces, no es que los hermanos Sweanos sean fríos, tu hermano te detesta por que cree que eres la culpable de la muerte de su madre.
Eso fue demasiado. Los ojos se me llenaron de lágrimas. Ya lo sabía, no había querido decirlo porque me resultada demasiado doloroso decir en voz alta que soy la causa del sufrimiento de mi hermano.
Me sequé las lágrimas con el dorso de la mano.
-Mato gente sin ninguna intención.
-Muchas mujeres mueren al dar a luz.
-Ya, dile eso a mi hermano.
-Del sufrimiento de tu hermano si te sientes culpable.
-Ya se que soy una persona horrible.
Jin se levantó, se sentó a mi lado ,me pasó un brazo por encima y me frotó el hombro .
-Esto es demasiado deprimente, háblame sobre tus poderes, ¿Qué es lo que puedes hacer?
Lo miré con desconfianza , no hacía él, si no hacía mí misma . Mis poderes me daban miedo.
-Yo...yo...no...-tartamudeé
-No lo hagas si no quieres.
-No es que no quiera , esque son...contraproducentes.
-Lo sé, la brujería es así .
-No soy una bruja.
¿Qué eres entonces?
-No lo sé- me encogí de hombros, realmente no sabía si era una bruja u otra cosa.
Jin rió.
-Bien, no me cuentes que puedes hacer si no quieres- se levantó- voy a preguntar que comeremos hoy.
-No, espera- me levanté también- te lo diré.
Jin cruzó los brazos al pecho.
Me dirigí al estanque de carpas y jin me siguió .
-Mira con atención.
Hice un gesto con mis manos, apuntando al agua del estanque , como si tratara de levantarla , y ésta comenzó a moverse, a elevarse hasta convertirse en una bola. Seguí moviendo mis manos en círculos para mantener la bola de agua en el aire ante la mirada asombrada de jin.
-Esto es...mágico- rió, sus ojos chispeaban.
Moví mis manos y lancé la bola de agua sobre la hierba. El sonido casi metálico inundó nuestros oídos. Durante unos segundos, Jin miró la hierba empapada, absorto.
-¿Cómo...cómo lo haces ?
-Eso no es todo.
Corriendo el riesgo de asustarlo, me agaché y rocé mis dedos sobre la hierba. Allí por donde toqué el suelo, quedó como si hubiera caído un rayo .
Jin se llevó las manos a la cabeza.
-También hago cosas con el fuego y con el aire.
Jin me miró con gravedad.
-Dominas los cuatro elementos - sentenció con entusiasmo.
Asentí con la cabeza.
-Eso explica mi aspecto. El aire en mi cabeza, para tener una mente libre y sabia, el fuego en mi piel, para ser valiente y saber sobrevivir, la tierra en mis ojos, para sentirme parte de ella y protegerla cuando lo necesite y el agua en mi sangre para...-suspiré
-Impresionante.
Jin estaba totalmente fascinado. Me encongí de hombros. Agradecí que me interrumpiera.
- No se de donde pueden venir estos poderes, mi padre me dijo que era una enfermedad que había heredado de una antepada y que no podía contarselo a nadie.
-Pero tú no le creíste.
-No. No tiene sentido, intenté buscárselo pero no lo encontré.
-Esto es de locos- se puso las manos en la nuca.
-No , bueno, se que es díficil de asimilar pero no soy una bruja mala ni nada parecido.
-Ya se que no lo eres.
-¿Te doy miedo? - lo reté.
-Claro que no, ¿y tú , tienes miedo de mí? - me siguió el juego.
Negué con la cabeza.
-Lo que si tengo es hambre, me comería a ese caballo tuyo.
-Ni se te ocurra acercarte a mi precioso Arashi, vamos-me ofreció su brazo.
Corrí junto a jin agarrada de su brazo hasta la cocina. Era hora de reponer fuerzas.

Desterrada © En ReescripciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora