16.Sorena

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Mientras bebía algo de la sopa de ayer , el sonido del cuero y el acero de la vestimenta de los soldados de Swean, que andaban de un lado a otro, inundaban mis oídos. Daba sorbos al cuenco mientras remeroraba mis días en Swean. Ese sonido me debería ser muy familiar , durante toda mi vida lo escuché a diario y sin embargo, se me hacía raro. El sonido que ahora estaba grabado en mi mente era la voz brillante y a la ver profunda de Jin.
Jin. Si tan sólo estuviera aquí. Jin.
Salimos del claro en el que tendimos las tiendas para dormir , los cascos de los caballos estaban creando una armoniosa música junto con el aire rozando las ramas de los árboles y el olor a tierra ponía el acorde que faltaba para crear la melodía que tanto se escuchaba en Swean. Por un momento creí estar allí. Despegué un poco mi espalda del pecho de Lars y me giré hasta poder mirarlo a la cara. Él se dio cuenta y me miró fugazmente, al instante volvió su mirada al frente pero tres segundos después, sin mirarme todavía ,dijo :
-¿Le curre algo a mi cara lady Sorena?
Pues ahora que lo dijo, acababa de darme cuenta que seguía teniendo la misma cara de niño bueno de hace diez años atrás, sólo que ahora tenía barba.
-No, no es nada.
-Entonces, permitidme que os recoloque adecuadamente - me obligó a sebtarme bien, mirando hacia adelante con sus bíceps, gemí y fruncí el ceño.
-Antes me hablabas de tú - gruñí.
-Antes no estábais a días de ser mi reina.
-¿Almenos podré disponer de Elsa en el castillo como compañía, verdad? - le pinché.
-Sois la futura reina, podréis disponer de cualquier objeto o persona que queráis.
Tratándose de su amada hermana, de su única familia de sangre en el mundo, esperaba otro tipo de respuesta. Lars no sólo tenía cara de niño bueno, también lo es.
Miré un lado de la cara de Arashi, que nos cargaba a mí y a Lars y lo acaricié. Era un caballo lleno de vida y ahora estaba triste, sus párpados siempre estaban bien abiertos, alerta y ahora estaban caídos.

"Tengo que hacer algo, no puedo permitir que no vuelva a ver a Jin nunca más, es su mejor amigo. Y yo me niego en redondo a volver así a Swean, como un simple horno de bebés"

Entonces caí en la cuenta. Recordé las palabras de Lars
" a días de ser mi reina" ¿Cómo no se me había ocurrido antes? Me di una palmada en la frente con la palma de la mano. Jin me está buscando, al ver que no estaba en casa, habrá interrogado a todos y estoy segura de que Nanami, siendo tan astuta, le habrá dicho que pregunté por su esposa e hija. ¡Sí, eso es , Jin debe estar camino a Seichi !
Me volví a girar hacía Lars.
-Lars, no podemos seguir este camino. No llegaremos a Swean en almenos un mes, estamos en una ruta muy mala - puse la expresión más seria que fui capaz, tratando de parecer totalmente sincera.
Lars alzó una ceja.
-¿Cómo los sabéis?
-¿Acaso es éste el camino que habéis tomado para llegar hasta aquí? - me la estaba jugando, crucé los dedos con disimulo para acertar .
-No, no es este el camino, ¿Cómo estáis tan segura mi lady ?
-Por que he vivido una temporada con el general del ejército, no hay ni un sólo centímetro de ésta tierra que él no conozca a la perfección y me tomé la molestia de escuchar y aprender las cosas útiles que me decía, ¿Dudas de tu futura reina? - casi no me reconocí al decir todo eso, realmente soné como una verdadera reina. Tal vez estaba descubriendo una parte de mí que había estado escondida.
-No, mi señora, claro que no dudo de vos.
-Entonces, dile a Alvar que es preciso cambiar el rumbo hacía el noroeste - señalé con la cabeza la dirección.
Lars apretó el ritmo a Arashi y se salió de la fila hasta ponerse al lado de Alvar.
-Mi señor - a pesar de la sorpresa, la cara de Alvar seguió impasible, inmutable, como la del verdadero rey que es - vuestra futura esposa dice conocer éstas tierras - mierda Lars, eres demasiado bueno, como me habría gustado que fueras más tramposo - dice que por este camino tardaremos como mínimo un mes en regresar a Swean y que si seguimos por el noroeste cogeríamos un atajo.
Alvar me miró con desconfianza. Di un respingo, me dieron ganas de saltar del caballo pero era necesario mantener la calma si quería engañarlo.
Agaché la cabeza y dije con voz grave y con un tono cargado de pesadumbre :
-Swean no puede esperar tanto, lo sabes mejor que nadie.
Tres, cuatro segundos. No dijo nada. Se aclaró la garganta y por fin habló.
-Sigue así durante toda tu vida y no te pasará nada - me dijo - ¡Detenéos! - gritó - ¡Cambiaremos el rumbo hacía el noroeste!
Funcionó. Quise hacer palmas. No me lo podía creer. Había engañado a dos hombres de guerra, dos hombres que respiraban sangre en el aire, su piel siempre estába manchada por los restos de la tierra del aire y sus manos enegrecidas por el contacto con el acero.
Reprimí una sonrisa.
Mi caballo y el de Gösta se cruzaron. Nos miramos.
- Sujétala bien - pidió a Lars.
Era una orden que podría confundirse pero sus ojos siempre habían reflejado sus sentimientos y ahora no era miedo a que me escapara, sino miedo a que me hiciera daño. Tal vez no había prestado a Gösta la suficiente atención. Era el único de los tres (Alvar, Gösta y Lars ) que me saludaba, me había querido ayudar a escapa de Alvar, aunqur eso supusiera traicionar a su rey , y ahora pedía por mi seguridad.
- Tranquilo, hermano, lo haré - lo tranquilizó.

Desterrada © En ReescripciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora