13.Sorena

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La suave brisa sobre mi cara era lo único de lo que era consciente. Seguía congelada y no me percaté del movimiento de Arashi ni de que Gösta me tenía sujeta entre sus brazos hasta que me habló susurrando.
-¿Vas a quedarte muda por mucho más tiempo?
Levanté la vista hacía su cara con lentitud pero no dije nada, simplemente no me salían las palabras.
-No me mires con esa carita de pena, me imagino que debe ser un asco tener hijos con tu hermano pero por lo menos la forma de hacerlos ya te la han enseñado.
Mi respiración estaba algo agitada y seguí mirándolo sin decir nada. No podía hablar ni moverme, durante unos segundo parecía una estatua.
-¿Qué te pasa? vamos, reacciona-me presionó el cuerpo con sus brazos y emití un leve gemido.
-Eso está mejor, creí que te habías muerto con los ojos abiertos.
-Gösta...
Él miró hacía atrás para asegurarase de que nadie más escuchara nuestra conversación.
-¿Cómo te ha ido en Crisantemo?
-Ba...bastante bien, Gösta...-pero me interrumpió.
-Ese rey, ¿fue amable contigo?
-No llegué a vivir con él, me regaló al general del ejército.
Gösta me miró extrañado.
-¿Qué? ¿Cómo se le ocurre?
Suspiré.
-Para él soy una fuente que sólo trae desgracia.
Gösta bufó.
-¿Y que tal te fue con ese general?
-Muy bien, la verdad .
Gösta gruñó.
-Gösta, ¿Vas a ayudarme verdad?
Él me miró con pesadumbre.
-Lo he intentado pero debí preveer que Lars no seguiría mis órdenes de guardar la dirección contraria.
-Pero algo podremos hacer...
-Y si no podemos...acuérdate de que no es realmente tu hermano.
No pude reprimir un puchero y se me saltolaron las lágrimas.
-No llores, algo se nos ocurrirá, ganaremos algo de tiempo.
-Yo no quiero...no puede obligarme.
-Bueno, a menos que te hayan enseñado artes marciales en Crisantemo, técnicamente , si puede obligarte-me miró de reojo.
-No creerás que mi hermano me...
-No es tu hermano y nunca te ha visto como una hermana. Llámalo Alvar y se te hará más fácil.
-Más fácil, ¿ El qué?
Suelo pillar las cosas al vuelo pero esta situación me está sobrepasando, no soy capaz de pensar de forma más divergente.
Gösta agachó sus labios a mi oído .
-Se te hará más fácil el echo de que te tome.
Sentí un escalofrío por todo el cuerpo y Gösta se dio cuenta por que me frotó el brazo con una de sus manos.
-Si eso llegara a pasar, piensa en él como lo que realmente es, sólo otro hombre.
-¿Otro? No Gösta - negué con la cabeza - él sería el único.
Gösta me miró alterado.
-¿ Que quieres decir ? ¿Acaso el rey o ese general no te han tomado?
-No.
-¿No te han tomado por la fuerza?
-No-volví a repetir-ni ellos ni nadie.
Gösta frenó bruscamente a Arashi haciendo que éste relinchara y se encabritara un poco pero Gösta era lo suficientemente fuerte para mantenerme a mi y a él en la montura y controlar el brío de Arashi.
Alvar , que iba delante, escoltado por otros soldados,  se giró .
-¿Qué sucede ahí atrás?
-Nada mi rey, el caballo se ha debido asustar con algún pequeño animal pero ya está todo bajo control.
Reanudamos la marcha y Gösta parecía más pálido, ahora era él quién no pronunciaba una palabra.
-Gösta, áyudame.
Mi voz pareció sacarlo de su ensueño.
-¿Por qué me quiere a mí y no a cualquier otra mujer?
-Los invasores del este son demasiados, nuestras fuerzas no los superarían pero tu naturaleza los aterra. Te necesita para mantener a Swean a salvo, a ser posible, para siempre.
-Para eso no necesita un hijo , podría haberme pedido que volviera .
-No es tán fácil, después de todo , ¿ Por qué habrías de prestarte a algo así? En su día ya te negaste .
-Lo habría echo como compensación por la muerte de mi pa...del rey de Swean.
-Como ya he dicho antes , no es tán fácil, son cosas de guerra que no entiendes.
-Eso no es así, he estado muchos años en el ejército.
-Escucha, ¿Que hacías aquí ? - ignoró lo que le dije - Te hemos encontrado por casualidad.
-Iba de camino a un lugar , allí se encuentra un regalo para Jin.
-¿Quién es ese Jin?
Sonó molesto.
-Es el general de Crisantemo.
-¿Y lo llamas por su nombre como si fuera tú amigo? -dijo irritado.
-Es mi amigo.
-¿Cómo puede ser tu amigo un hombre te retiene contra tu voluntad o que te manda sola a por un simple regalo?
-Jin no me ha mandado a ningún lado, yo me he ido voluntariamente.
-Es decir, ¿Te has escapado?
-No, bueno, sí, se ha portado bien conmigo y es algo que él necesita para volver a ser feliz.
Gösta bufó.
-No me interesa que es eso que necesita ni por que pero sea lo que sea, no va a llegar nunca.
-Pobre Jin...estará muy preocupado. Debe estar buscándome.
-¿Por qué habría de buscarte?
-Creo que me ama.
Gösta me miró con severidad y me apretó en sus brazos de forma que me dio a entender   que le había molestado lo que acababa de decir.
-No te ama - sentenció.
-No estoy segura pero... - Gösta me interrumpió.
-No, no te ama-repitió-no puede amarte-me miró a los ojos.
-¿Acaso nunca ha intentado violentarte?
-Una vez...
Gösta me interrumpió de nuevo.
-Maldito Crisantemo-me volvió a apretar contra su pecho y me hizo enrojecer.
-No me hizo nada y nunca volvió a intentarlo-contesté con la esperanza de que aflojara su abrazo y así poder apartar mi cara de su pecho pero no lo hizo.
-Sorena , intentaré ayudarte pero si no puedo, tienes que ser fuerte y no hacer enfurecer a Alvar - aflojó su abrazo.
-¿Qué piensa Alvar de todo esto?
-Ya lo conoces, para él, el deber está por encima de todo.
-Antes dijo que...-me contaba pronunciar aquellas palabras- dijo que disfrutaría tomándome.
-Verás, como ya te he dicho, él siempre supo tu origen y nunca te vio como a una hermana.
-Aún así...no lo entiendo.
-Es un hombre y tú...y tú eres muy hermosa.
Me volví a sonrojar y me ardieron hasta las orejas.
Desvié mi mirada de la suya y seguí preguntando para sacudirme la vergüenza.
-¿Desde cuándo le intereso de esa manera?
-Yo empecé a notarlo hace 8 meses atrás. Cuando pasabas por su lado volvía la cara para mirarte hasta que desaparecías de su vista.
Nunca me había dado cuenta de que me miraba, todo lo contrario, creía que me ignoraba por completo.
-¿Cuándo te enteraste de que no soy su hermana?
-Siempre lo supe. Antes de que se convirtiera en rey, compartía sus sentimientos mucho más conmigo y con Lars.
-¿Que sabes de mi origen?
-De eso se va a encargar Jerker, cuándo sea el momento , el viejo responderá todas tus preguntas.
-¿Qué dicen Jerker y Lars sobre mí, sobre que sea la madre del heredero de Swean?
-Lars sólo cumple órdenes, inicialmente se negó , igual que yo pero Alvar es un buen estratega y habría encerrado a mi madre en los calabozos de haberme negado. Ya sabes que su salud no lo habría resistído. No se que amenaza habrá lanzado contra la hermana de Lars pero debe haber sido realmente mala para su integridad física por que , como has visto, ha sido él quién te ha atrapado.
-No puedo creer que Alvar haya echo algo así, sois sus amigos , como hermanos.
-Está haciendo lo que cree que es mejor para el reino, no puedo enfadarme con él por tomar medidas drásticas, por cierto, me costó reconocerte, ¿ Qué le has hecho a tu pelo? ¿El castaño está de moda entre las mujeres de Crisantemo ?
-Sí o eso creo pero me lo tinté para pasar desapercibida, si no me equivoco, todos saben quién es la Sweana de piel canela y pelo blanco.
-Bien pensado.
Miré hacía abajo, no podía mirarlo y necesitaba hacerle la pregunta.
-Gösta, si me niego ¿Alvar me va a ...obligar?
-Deja de pensar en ello, Sorena.
-Eso es un sí.
-Si sigues preguntándome eso te tiro del caballo.
Una parte del ejército, alvar, Jerker, Lars, Gösta, Arashi y yo, contínuamos hasta que cayó la tarde y acampamos para comer, me dolía todo el cuerpo y no me di cuenta de que estaba medio dormida hasta que Gösta me bajó del caballo. Me llevaba en sus brazos y me dejó con delicadeza sobre un tronco. Me acaricié la nuca y suspiré.
Escuché pasos y vi a Lars acercarse.
-Bebe agua-me ofreció una cantinplora.
-Gracias.
Ambos se alejaron dejándome respirar y lo agradecí, después de tanto rato pegada a otro cuerpo lo que necesitaba era que el aire corriera .
Entonces lo vi, alto, fuerte, masculino, con su pelo liso largo hasta la nuca, su corta barba rubia,  su cara cuadrada y su nariz recta, sus labios grandes y sus ojos azules enmarcados por unas cejas gruesas, se bajó del caballo como una estrella que cae a la tierra y se encaminó hacía mí.
Se quedó justo enfrente de mirándome de arriba a bajo , me encongí por instinto y aguardé, esperando que se compadeciera de mí , que recordara estos 17 años en los que fuimos hermanos y decidiera no hacer lo que tenía pensado hacer conmigo.

Desterrada © En ReescripciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora