Sábado

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Ayer se cayó en la laguna, cuando se estaba mirando en ella, que es lo que está haciendo siempre. Casi se ahoga y dijo que era muy desagradable. Esta experiencia la llevó a compadecerse de las criaturas que viven allí, a las que llama peces, porque continúa endilgando nombres a las cosas que no los necesitan y que no vienen cuando se los llama por ellos; lo cual no tiene importancia para ella, ya que es una cabeza dura; así que anoche sacó un montón de ellos del agua, los trajo aquí y los puso en mi cama para mantenerlos en calor, pero durante el día los estuve observando y no veo que estén más felices allí de lo que estaban antes; solamente más quietos. Cuando anochezca los voy a tirar afuera. No voy a dormir con ellos otra vez; es desagradable y pegajoso dormir con ellos para una persona que no tiene nada puesto.

El diario de Adan y Eva (Twain)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora