Examiné su boca. Todavía no hay peligro; tiene un solo diente. Aún no tiene cola. Ahora hace más ruido que nunca, princi-palmente de noche. Ya me mudé. Pero vuelvo por la mañana para desayunar y ver si tiene más dientes. Si se le llena la boca de dientes será tiempo de que se vaya, con cola o sin cola, porque un oso no necesita cola para ser peligroso.