21. El drama del banco.

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Y aquí su maratón, perras incandescentes. (1/3)

ASHLEY POV'S:

Me desperté como todos los días, como si un tractor me hubiera pasado por encima unas veinte veces.

Cumplí mi rutina de todas las mañanas de escuela, y corrí como alma que lleva el diablo porque ya se me estaba haciendo tarde.

Apenas llegué sonó la campana, que bueno que esta ya es una época de frío porque si hiciera calor ni siquiera me habría levantado.

Entré como un condenado chita a mi salón correspondiente y cuando cruzo la puerta -además de que ya estaba la profesora- había una perra que estaba ocupando mi lugar, y yo conozco a la maldita.

Es la Doña Princesa Me Creo Barbie.

Encima es la vieja de Ciencias, y digamos que no estoy en mi derecho de reclamarle ni mi propio asiento. Pero voy a cruzar los dedos, la suerte, amabilidad y todas esas cosas raras para que por algún milagro divino la dama me conteste como a un alumno y no como a un sapo.

-Buen día, señorita James, ¿como le va? Me gusta esa falda, esta muy bonita. Perdón por llegar tarde es que mi madre se fue a un viaje de negocios y mi padre sale temprano al trabajo y mi alarma no sonó, le pido mis mas sinceras disculpas-. Me incliné como si fuera un sirviente y rezé unas cuantas plegarias que sabe Dios si existen.

-Buen día, Ashley, está bien, yo llegué demasiado temprano, así que no te preocupes.

Cayó la maldita.

-Muchas gracias, señorita James-. me dirigí inocentemente a mi asiento e hice una perfecta cara de sorpresa al estilo Hollywood-. Señorita James, ¿por que ya hay alguien en mi asiento?

-No tenía donde sentarse, querida Ashley.

CLARO Y QUE SE SIENTE EN EL LUGAR DE LA QUERIDA ASHLEY TOTAL ELLA SE SENTARÁ EN EL SUELO.

-Y.. ¿y no podían traer un banco de la sala de profesores o de otro salón? Porque este es mi conde.. mi preciado asiento.

-Es que pensamos que no vendría hoy.

-Ja ja, pero vine, y ahora no tengo donde sentarme.

-Entonces, ¿sería tan amable de ir a buscarle un asiento a la señorita, mientras ella recoge sus cosas?

-Claro, no sabría porque no hacerlo-. Malditas zorras.

ME RECORRÍ TODA LA MALDITA ESCUELA Y EN NINGÚN SALÓN, SALA DE PROFESORES, DIRECCIÓN O QUE SE YO TENÍAN UN BANCO Y UNA SILLA PARA PRESTARME.

Bueno, solo queda el salón de el último año, pero me da vewuencha.

Aunque necesito un banco donde sentarme... podría poner un almohadón en el piso y acomodarme ahí, ¿no? Bueno, primero tendría que conseguir un almohadón, y si nadie tiene una banco, mucho menos tendrán un almohadón, así solo me queda pedirle a los del curso de Ryan.

Gracias Barbara por enfermarte de verdad hoy. Maldita.

Salí corriendo hasta la última puerta del pasillo interminablemente largo de este establecimiento, hasta llegar al salón de quinto. Toqué la puerta y adivinen quién me abrió. El malditamente sexy: Ryan.

Dios, no se si quieres matarme o que te mate.

-P-permiso, Profesor Stuart, ¿tendrían un banco y una silla de sobra para prestarme?

QUE DIGA QUE SI, DIOS, QUE DIGA QUE SI.

-Si, tenemos uno de sobra, Ryan, ayúdala a llevar algo, no podrá sola.

-¿Eh? ¡no! Yo puedo sola, enserio, gracias pero no gracias-. tomé rápidamente el banco y la silla y salí como pude de ahí, parecía un vendedor ambulante. Ahora gritaré que vendo sillas y bancos.

-¡Ey! ¡Mini-Smith!-. adivinen quien es.

-¿Por qué gritas? No estoy sorda, ¿sabes?

-Bueno, disculpa por herir tus tímpanos, pero quiero que me des ese banco.

-¿Por qué? ¡Es mío ahora!

-No te lo voy a robar, solo dámelo.

Se lo di, desconfiada, pensando que se lo llevaría porque se equivocaron y en realidad solo les sobraba una silla y ahora quieren quitarme mi banco y.. y.. y.. ¿Por qué me está ayudando?

-¿Por qué me ayudas? Dije que podía sola, no te molestes.

-Vamos, cuando te vi salir lo primero que rogué fue que no te cayeras porque te romperías esa bonita cara que Dios te dio-. lo mire lo más seria que pude y luego dijo-. También pensé que sería amable ayudarte.

-Pero.. está bien. Ayúdame.

Seguí caminando con mi cara roja cual tomate. Seguro que en un rato me explotan los cachetes.

-Mini-Smith, ¿tienes fiebre? porque tienes la cara roja. Parece que vas a explotar. Mejor deja esto aquí y te llevaré a la enfermería.

-¿Eh? No, no tengo fiebre, solo tengo algo de frío, y cuando tengo frío la cara se me pone roja-. en mi defensa, eso es cierto, y también tengo frío.

-Entonces toma-. se sacó la bufanda que tenía puesta y me la envolvió en el cuello, tapándome hasta la nariz.

-Gracias, te la devuelvo cuando toque la campana del recreo.

-Me la devuelves a la salida, si me la devuelves después del recreo estaré intranquilo pensando en que pasarás frío la mitad de la mañana.

-Está bien-. afirme sin más remedio.- Idiota Pervertido-. susurré.

-¿Dijiste algo?

-No, nada. Bueno, gracias, yo los entro.

-No, yo entro con esto.

Maldito, si entra causará tal alboroto que se le caerán las tangas hasta a la profesora. Y nadie quiere ver eso.

-Permiso, vengo a dejar esto, ¿donde te sientas Ashley?

-Detrás de Nick.

La perra pulgosa se mudo con MI banco y MI silla a otro lado, no los podía dejar ahí  y esperar a que yo llegara con estos. Mejor, ahora este banco esta tocado y manoseado por Ryan Miller. Tomen esas, prostitutas de pacotilla.

-Jejeje.

-¿Dijo algo, señorita Ashley?

-Para nada, profesora. Gracias Ryan-. dije esperando a que se vaya con la mayor rapidez posible.

-De nada, Mini-Smith-. al pasar me revolvió el pelo.

-Maldito, con lo que me costó peinarme.

Por cinco minutos se escucharon interminables susurros que decían: "¿Ashley es la novia? ¡Que desperdicio!" "¿Ese tarado está con Ashley?" "Espero que no, tengo ganas de romperle los huesos" "¿Esa tarada y Ryan?" "Pobre chico, lo que le espera"

-¡CIERREN LA MALDITA BOCA Y DEJEN QUE LA PROFESORA DE LA CLASE!

El silencio que hubo después de ese grito fue extremadamente intenso, hasta la profesora dejó de hablar, pero luego habló para decirme a mi que deje de gritar. Vieja desagradecida.

-Bueno, empecemos la clase, hoy tenemos a una nueva alumna, ¿nos harías el honor de presentarte?

La perra se paró y dijo:-Soy Clarisse Taylor, tengo dieciséis, y estoy en esta escuela porque recientemente me mudé aquí y porque es a la que viene Nicholas Miller.

Todos miraron a Nick y este estaba básicamente intentando desaparecer por la vergüenza.

-¿Terminaste tu monólogo, Barbie?

-Ashley-. dijo la profesora. -No seas grosera.

-Señora, por primera vez quiero empezar la clase, ¿y me dice que no sea grosera? ¡También me lo dice cuando no quiero que empiece! ¡Sola se contradice! 

La profesora rodó los ojos, hizo que Barbie se sentara y empezó con la clase.

¿Por qué presiento  que este día será demasiado largo y caluroso a pesar de ser casi invierno?

La vida de una chica espía.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora