La vida de una chica espía.

27. Te amo. |FIN|

—Buenos días, Conejita—. me despertó la suave voz de Ryan, quien estaba mirándome desde la cama de al lado de la habitación del hospital.—¿Has podido descansar bien?

—Buenos días, Ryan, y si, he descansado bien dentro de todo, ¿y tu? ¿como están tus moretones?

—Estoy bien, no es nada grave, estos hematomas se irán dentro de unos días dijo el doctor, pero lo más importante, ¿como te sientes de tus heridas? El doctor dijo que podrían quedarte algunas cicatrices ¿aún te duele la pantorrilla? ¿puedes moverla? ¿tienes sed? ¿hambr..

—Estoy bien Ryan, no te preocupes, me duele un poco la pierna, pero no es un dolor insoportable, no necesito nada, quédate tranquilo, ¿por cuanto tiempo he estado dormida?

—1 día, yo he despertado ayer por la mañana, así que me he quedado cuidándote.—sonrió orgulloso acto que me hizo sonreír.

Luego de observarlo unos segundos mas, apoyé mi cabeza en mi almohada con la vista en dirección al techo, y cerré los ojos, para luego volverme hacia Ryan y decir:—Gracias.

Abrió lentamente los ojos hasta que no pudo mas y me preguntó por qué era que yo le agradecía si su vida se salvó gracias a mi, me senté como pude y giré mi cabeza en su dirección.

—Te agradezco por ser tan atento conmigo, por haberte preocupado por mi a lo largo de estos meses, te agradezco por el hecho de que estés a mi lado, gracias, Ryan.

—Como no preocuparme por ti, si eres la mujer que amo, niña tonta.

—Ya, no bromees, que lo que te he dicho era enserio.

—Yo no estoy diciendo mentiras tampoco—. frunció el ceño, segundos después suavizó su expresión y con una sonrisa, dijo —Desde pequeña siempre me has gustado, tu sonrisa cuando algo te hace feliz, el como arrugas la nariz cuando te enfadas, como te sonrojas cuando me acerco demasiado a ti, el que seas valiente incluso si sientes algo de miedo, como ríes a carcajadas limpias sin importarte cuanto ruido harás, todo de ti me tiene encantado, Ashley.

Quedamos en silencio por un buen rato, ya que necesitaba procesar toda esa información.

A ver si entiendo, ¿dijo que le gusto?

Si pelmaza, eso dijo.

Tu cállate, volviendo a lo principal, ¡qué carajos le digo! Las palabras no suenan tan bonitas cuando salen de mi boca.

Pero, creo que con unas pocas palabras bastará.

—Yo.. a mi también me gustas, Ryan.

Sentí como mis mejillas ardían entonces escondí mi cara entre mis hombros. De pronto sentí unas manos que tomaban mis brazos y los tiraban hacia delante, segundos después tenía a Ryan abrazándome con fuerza.

—Conejita, se mi novia.

Si sigo teniendo tantas sorpresas así va a darme un ataque cardíaco, por suerte ya estoy en el hospital, así que me atenderían rápido, un problema menos.

—C-laro, por qué no.— dije sacudiendo mi mano como restándole importancia.

Ambos soltamos una risa suave y luego de eso, nos besamos.

Desconéctenme, ya puedo morir en paz.

—Oye Ash ¿ya despertaste? porque mira lo que te he traí... ¡Suéltala maldito bruto!— Nick se había tirado en la espalda de su hermano como si fuera un mono trepando un árbol.

—¡Aaaaa me ataca Caesar de el planeta de los simios! ¡Alguien ayuda!

Ryan se sacudió como loco al que le ponen camisa de fuerza mientras Nick lo sacudía por los hombros  y le gritaba.