14. Mi fiel corcel.

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Comí cuatro brownies de chocolate con almendras con tenedor. CON TENEDOR. Mi madre se acercó enseguida a mi y dijo que los comiera con tenedor así no paso vergüenza ni yo ni ella.

Que más da.

Al fin y al cabo jamás volveré a ver a estas personas.

-Oye niña, -me toca el hombro una anciana. -¿tu eres la hija menor de la Sra. Jhonson?

¿Jhonson? ¿Quién cara.. oh, mi madre, su apellido es Jhonson, cierto.

-Si, me llamo Ashley señora, un gusto.- extiendo mi brazo en su dirección, ella estrecha mi mano conforme a mi respuesta y luego dice.

-Por allí hay una mujer que pregunta por ti, pero como está en muletas yo me ofrecí para saber si eras tu la persona que buscaba.

-Oh, muchas gracias, iré a ver que necesita, disfrute de la fiesta.- wow, esas palabras no son de la Ashley ordinaria, es como si me hubiese poseído una fuerza sobrenatural e hizo que no dijera cosas vergonzosas a esa pobre anciana.

-Hola, al final eras Ashley ¿verdad?

-Claro, ¿quién es usted?

-Alguien con quien jamás habrías querido toparte.

Me estás jodiendo.

-Pues si es así para que preguntaste por mi, tonta.- le di un tincaso a su frente.

Ella abre los oos y luego los cierra formando en su rostro una sonrisa llena de maldad.

-¿Es que acaso no me reconoces?

-Pues si te hubiese reconocido claramente no hubiera preguntado quién eres.

-Eres idiota.- golpea su frente.

-Y tu tienes menos memoria que una gorra. Como vas a preguntarme si te reconozco sabiendo que pregunté quien eras. Y por cierto, todavía no me lo dices.

-Ya lo descubrirás.- se dá media vuelta, pero esto no quedará así.

-Que me lo diga, señora.- claramente, no tiene edad para que le digan señora, y se que eso va a hacerla enojar.

-No soy una señora, mocosa.

-Pues para mi es bastante anciana, mire, tiene unas canas muy notorias.

-¡No tengo canas!

-¡Que si! ¡Mira!- y arranqué una cana muy bien escondida de su cabello colorado.- Ups, creo que si las arrancas te crecen más, ¿verdad?

La gente miraba divertida la escena, mi papá debe estar llamando a una ambulancia para mi mamá, a la cual seguro le está dando un paro cardíaco por verme hacer esto en una fiesta tan elegante como esta.

Pero que más puede pedir, ella comenzó a subestimar mis habilidades ninjas para encontrar canas.

Luego de la discusión con esa chiflada mujer, decidí volver a comer, ya que la anciana no me había dejado probar esos deliciosos manjares de crema batida.

Me acerqué a la mesa dulce y Ryan también lo hizo. No le di importancia y tomé uno de esos postres con crema batida, durazno, frutillas y kiwi.

Esto se ve delicioso... ¡Y sabe aún más delicioso!

-Maldita sea, esto está delicioso.- saboreé mi postre como si se me fuera a olvidar el sabor.

-No está mejor que este de aquí.

-Claro que si, ese ya lo probé y no iguala el sabor de mi delicia de crema batida.

-¿Cuantos postres has comido?

La vida de una chica espía.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora