11. Ashley, haz tu magia.

1.2K 91 2
                                    

Después de correr unos diez minutos para escapar de mi hermana -en realidad ella ya no me perseguía pero tenía que alejarme lo suficientemente lejos como para estar segura- volví a casa.

Como iba caminando, apenas llegué me desplomé en el sillón de la sala.

-Ashley, ¿porque no llegaste con tu hermana?- preguntó mi papá entrando a la sala.

-Me perseguía- dije sentándome.

Miré a mi padre y este tenía una bandeja con papitas, chocolatada y un alfajor de chocolate. Mis ojos se iluminaron. Extendí los brazos para tomar la bandeja pero mi papá pasó por enfrente mío sentándose a mi lado y prendiendo la televisión. Y ÉL empezó a comer. 

Con aún los brazos extendidos giré la cabeza para verlo con una expresión de "¿Qué?" y este solo se movió poniendo sus piernas sobres mis brazos aún extendidos y recostarse sobre el reposa-brazos.

-Gracias por ser tan buena hija, Ash- dijo mientras comía una papita.

-Ojalá pudiera decir lo mismo Matt.

Tiré sus piernas de mis brazos y me levanté para ir a la cocina a hacerme una chocolatada para MI. Con un alfajor para MI y con unas papitas paras MI. Pero para mi mala muy muy muuuuuy mala suerte, cuando abrí la alacena ya no había más papitas ni chocolate en polvo, abrí la heladera y ya no quedaban alfajores.

-¡¿Es que quieres que muera de hambre?!- grité mirando al techo.

-Si le sigues hablando al techo tendremos que internarte en un loquero- habló mamá entrando por la cocina.

-Gracias mamá, siempre es bueno platicar contigo.

-Que puedo decirte, soy un ejemplo a seguir.

Si tu lo dices...

Tomé las llaves del auto y algo de dinero. 

Ya en el auto, lo encendí y prendí la radio, estaba sonando This Is How We Do de Katy Perry, amo demasiado esta canción.

Empecé a cantar como maniática y afinando todo lo mas que podía, nadie podía oírme ya que tenía los vidrios subidos. Paré en un semáforo y empecé a cantar pero sin moverme tanto, ya que los de al lado me verían. Cuando miro hacia mi costado estaba Ryan en un auto, que creo es de su madre o padre, ya que el todavía es menor de edad, me mira, sonríe y saluda con la mano, yo hago un intento de sonrisa y lo saludo. Vuelvo mi vista al camino y sigo cantando bien fuerte para sacar los males.

-¡Que lindo cantas Mini Smith!- grita y acelera ya que el semáforo estaba en verde. Yo quedé atónita.

¡Tenía los vidrios bajos!

-¡Avanza idiota!- gritan de atrás tocando bocina. Aceleré sin decir nada. Voy a morir.

¡Todos por los que pasé por al lado me escucharon cantar! ¡Ryan me escuchó cantar! 

Pero ahora que lo pienso mejor... ¡Quién carajo deja los vidrios abajo cuando guarda el auto!

Mataré a todos.


Ya con mis cosas compradas, subí al auto y le subí los vidrios, y también tomé un camino diferente. Que vergüenza.

Llegué a mi casa y me preparé una merienda, por fin voy a merendar, ya estaba desnutriéndome.

-¡Llegué!- grité después de quince minutos. Me cuesta no ser idiota.

Ya lo sabemos todos

Si, gracias por el apoyo moral que me das.


La vida de una chica espía.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora